La polic¨ªa detiene a medio millar de manifestantes por las protestas
M¨¢s de 20.000 soldados se han desplegado para las cumbres del G-20 y del G-8
Coches de polic¨ªa quemados y personas vestidas de negro destrozando escaparates de bancos y de locales de la cadena de caf¨¦ Starbucks en el centro de Toronto. Las im¨¢genes de los incidentes de la noche del s¨¢bado acaparaban ayer la programaci¨®n de las cadenas de televisi¨®n canadienses. Los actos vand¨¢licos hab¨ªan ganado la partida a la tediosa recepci¨®n oficial que dio inicio a la cumbre del G-20 o a los escasos planos de los l¨ªderes de pa¨ªses ricos y emergentes en la sesi¨®n plenaria. De las manifestaciones (y los motivos) que precedieron a las protestas, unos segundos en el mejor de los casos.
La polic¨ªa canadiense inform¨® de la detenci¨®n de 560 personas entre la noche del s¨¢bado y la ma?ana del domingo. "Un grupo relativamente peque?o de personas, unos cientos, vino claramente con la intenci¨®n de da?ar la propiedad y perpetrar actos violentos", relat¨® el alcalde de la ciudad, David Miller. La cuesti¨®n es que lo consiguieron con relativa facilidad, pese al enorme y pol¨¦mico despliegue policial.
Canad¨¢ se ha gastado m¨¢s de 800 millones de euros en el encuentro
El Gobierno canadiense admiti¨® antes de las cumbres que el coste de albergar el G-8 y el G-20 superar¨ªa los 1.000 millones de d¨®lares (800 millones de euros), b¨¢sicamente por motivos de seguridad. Entre Huntsville (sede del G-8) y Toronto se han desplegado m¨¢s de 20.000 soldados y polic¨ªas, casi un 13% de las fuerzas totales de Canad¨¢, seg¨²n datos detallados en una sesi¨®n parlamentaria el mes pasado. La construcci¨®n de una valla de seis kil¨®metros que rodea el centro de convenciones donde debatieron los l¨ªderes del G-20 se llev¨® m¨¢s de tres millones. "En Niza, nosotros nos gastaremos una d¨¦cima parte", dijo el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, que no desaprovech¨® la ocasi¨®n para reforzar el mensaje de austeridad.
El Ejecutivo de Stephen Harper aduce que el coste se dispar¨® porque inicialmente estaba previsto que Canad¨¢ solo acogiera la cita del G-8 en Huntsville, una ciudad a 200 kil¨®metros de la capital que recibi¨® una inyecci¨®n de dinero p¨²blico para preparar el evento. Pero la duplicidad de cumbres no justifica la enorme diferencia con otras reuniones (el G-20 de Pittsburgh cost¨® unos 100 millones de euros) ni algunas decisiones peregrinas, como la construcci¨®n de un lago artificial junto al centro de prensa -supuestamente para mostrar un atractivo del pa¨ªs- en una ciudad que bordea con el lago Ontario.
La protecci¨®n de la valla que rodea el centro de convenciones centr¨®, en la tarde de ayer, todos los esfuerzos de la polic¨ªa, a la que las autoridades provinciales hab¨ªan dado plenos poderes para detener a cualquier persona en la zona de seguridad. La manifestaci¨®n principal, unas 5.000 personas con una mir¨ªada de motivos (protestas contra la intervenci¨®n canadiense en Afganist¨¢n, contra el Gobierno de Harper por su escasa sensibilidad ambiental, contra el G-8 por la taca?er¨ªa en las ayudas a pa¨ªses en desarrollo) lleg¨® hasta la valla y luego vir¨® por el recorrido pactado. Varios grupos se desgajaron entonces de la marcha y camparon por sus anchas durante un par de horas por el centro de la ciudad. Varias delegaciones que acababan de llegar, incluida la espa?ola, pasaron un buen rato sin poder llegar a sus hoteles.
La polic¨ªa actu¨® tarde, y cuando lo hizo, con contundencia. Usaron con profusi¨®n las porras y el gas y dispararon pelotas de goma, como comprob¨® la prensa espa?ola, pese a que las autoridades locales lo negaron. Solo se inform¨® de tres heridos leves, aunque las im¨¢genes de enfrentamientos violentos suger¨ªan otra cosa.
Visto el escaso ¨¦xito de su estrategia inicial, la polic¨ªa se despleg¨® para tener bajo control las peque?as manifestaciones que se desperdigaban por varios puntos de la ciudad. Aun as¨ª, algunos grupos se acercaron al per¨ªmetro de seguridad y la polic¨ªa retras¨® la llegada de la prensa al centro de convenciones al t¨¦rmino de la cumbre.
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