El G-20 se apunta a la austeridad
Los l¨ªderes priman el mensaje de reducci¨®n del d¨¦ficit frente al del crecimiento
La recuperaci¨®n de la econom¨ªa mundial es "fr¨¢gil" y "desigual", el paro "se mantiene en niveles inaceptables en varios pa¨ªses", pero ya no habr¨¢ m¨¢s est¨ªmulos fiscales para reactivar la econom¨ªa. El recorte del d¨¦ficit p¨²blico se ha impuesto como prioridad, primero en Europa, y ahora en todos los pa¨ªses industrializados. As¨ª lo consagra el comunicado final del G-20, que termin¨® ayer su cuarta cumbre en Toronto (Canad¨¢).
"La cumbre refleja una amplia convergencia con las tesis europeas", reivindic¨® el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso. Con todo, se trata de una postura conjunta que encierra visiones diferentes. Por ello, la reducci¨®n del d¨¦ficit se har¨¢ en funci¨®n de las circunstancias de cada pa¨ªs.
Merkel ha logrado que se priorice la austeridad frente al crecimiento
Cada pa¨ªs decidir¨¢ c¨®mo garantizar que la banca pague por los rescates
Los pa¨ªses avanzados pactan reducir el d¨¦ficit a la mitad en 2013
Los emergentes se descuelgan del objetivo m¨ªnimo de ajuste fiscal
Las exigencias de m¨¢s capital a la banca ser¨¢n por pa¨ªses y graduales
Tras los retrasos, los l¨ªderes evitan poner fecha al acuerdo comercial
Hasta 24 horas antes de la sesi¨®n plenaria de pa¨ªses ricos y emergentes, el secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, insisti¨® en que la cumbre deb¨ªa centrarse en "potenciar el crecimiento". Y hay varias referencias a este asunto en el comunicado final. Pero, en suma, lo que se enfatiza es la necesidad de acelerar el ajuste de las cuentas p¨²blicas. La intervenci¨®n de los Gobiernos se limita a los est¨ªmulos fiscales (planes de inversi¨®n p¨²blica, subsidios, recortes de impuestos) "ya existentes", que han supuesto, seg¨²n el FMI, casi un 2% del PIB anual de los pa¨ªses del G-20 durante el periodo 2008-2010.
Que el G-20 asuma la l¨ªnea dura del ajuste presupuestario no significa que no sepa que juega con fuego. "Hay un riesgo de que el ajuste fiscal sincronizado de varias econom¨ªas pueda tener un impacto adverso en la recuperaci¨®n", reza el comunicado. Pero, a continuaci¨®n, equipara ese riesgo con el de que "el fracaso en la consolidaci¨®n de las cuentas p¨²blicas donde sea necesario, reduzca la confianza y obstaculice el crecimiento", en una alusi¨®n velada a lo que ha pasado en los mercados estas ¨²ltimas semanas.
El G-20 argumenta adem¨¢s que es necesario recuperar margen presupuestario para poder responder a "nuevas crisis" y a los retos que impone "el envejecimiento de la poblaci¨®n". "No podemos dejar a las generaciones futuras un legado de d¨¦ficit y deuda p¨²blica", se insiste en el comunicado. Como "respuesta equilibrada" a estos riesgos, los pa¨ªses industrializados se comprometen a "al menos, reducir a la mitad sus d¨¦ficits p¨²blicos en 2013 y empezar a reducir el peso de la deuda p¨²blica en relaci¨®n con el PIB a partir de 2016". El FMI estima que en esa fecha, la deuda p¨²blica de los pa¨ªses avanzados del G-20 habr¨¢ alcanzado el 117% del PIB conjunto, frente al 80% de 2007.
El texto sigue en su literalidad a la propuesta canadiense, que recoge objetivos alcanzables para Europa y EE UU. Los pa¨ªses de la UE ya han puesto en marcha planes para recortar el d¨¦ficit hasta el 3% del PIB en 2013, partiendo de niveles de d¨¦ficit que superan en todos los casos el 8%. Y el propio presidente de EE UU, Barack Obama, envi¨® una carta a los l¨ªderes del G-20 en la que se compromet¨ªa a reducir el d¨¦ficit (ahora del 11%) "a la mitad" en 2013 para llegar al 3% en 2015.
En todo caso, el objetivo fijado en el G-20 es m¨¢s exigente para la Administraci¨®n Obama que para los pa¨ªses de la UE, que ya han anunciado dr¨¢sticos planes de ajuste, con subidas de impuestos y tijeretazos al gasto. Y, a diferencia de lo que ocurre con los programas de estabilidad europeos, no se prev¨¦ ning¨²n tipo de sanci¨®n si el objetivo no se cumple.
Cada pa¨ªs elegir¨¢ el ritmo de ajuste presupuestario, pero, en el mejor de los casos, los est¨ªmulos fiscales ya existentes solo durar¨¢n hasta 2011, aunque ya hay varios pa¨ªses, como Reino Unido, Francia o Espa?a, que han empezado a desmantelarlos este a?o. Incluso EE UU afronta serios problemas para sacar adelante las medidas de est¨ªmulo previstas donde el mensaje de la austeridad cala entre representantes y senadores: el Congreso tumb¨® la semana pasada iniciativas para prorrogar subsidios a los parados y beneficios fiscales a las pymes.
"Hablando con franqueza, es mucho m¨¢s de lo que esper¨¢bamos, que los pa¨ªses industrializados se hayan comprometido as¨ª, es un ¨¦xito", dijo a la entrada de la sesi¨®n plenaria la canciller alemana, Angela Merkel, la principal valedora de que la pol¨ªtica de consolidaci¨®n fiscal sea prioritaria en esta fase de la crisis. Sus palabras contrastaron con las de varios dirigentes de los pa¨ªses emergentes. "Reducir el d¨¦ficit a la mitad para algunos pa¨ªses es un ajuste draconiano, cuando uno se pasa en la medicina puede matar al paciente", recalc¨® el ministro de Exteriores brasile?o, Guido Mantega. "La pol¨ªtica de austeridad es un desastre, nosotros ya lo experimentamos en 2001", dijo la presidenta de Argentina, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, en referencia al impago de la deuda p¨²blica que se produjo aquel a?o.
La oposici¨®n de los emergentes -con niveles de d¨¦ficit inferiores- qued¨® reflejada en el comunicado, ya que no se les aplicar¨¢ el objetivo m¨ªnimo de d¨¦ficit pactado por las econom¨ªas industrializadas. Es una se?al m¨¢s de la fragmentaci¨®n de lo que en las primeras cumbres del G-20 fue un impulso coordinado contra la crisis. Al t¨¦rmino de la cumbre, Obama prefiri¨® una formulaci¨®n m¨¢s diplom¨¢tica: "Cada pa¨ªs establece su camino, pero todos nos movemos en la misma direcci¨®n".
Como estaba previsto, tambi¨¦n se deja a cada pa¨ªs que decida c¨®mo garantizar que la banca financie los rescates, pasados o futuros, de entidades en problemas. "Algunos pa¨ªses est¨¢n desarrollando impuestos al sector financiero; otros exploran una aproximaci¨®n diferente".
El resquebrajamiento del consenso internacional deja grietas por todo el comunicado. Se recalca que se aprobar¨¢n nuevos requerimientos de capital para la banca a fines de a?o, pero se admite que su aplicaci¨®n se "adaptar¨¢ a las condiciones de cada pa¨ªs". Se incluye una menci¨®n a la necesidad de que los pa¨ªses emergentes refuercen sus redes de seguridad social y flexibilicen sus tipos de cambio, pero China se opuso a que se incluyera una referencia elogiosa de su decisi¨®n de apreciar el yuan, no fuera a ser que se tome como precedente. Y el pomposo Marco para un Crecimiento Fuerte, Sostenible y Equilibrado solo arroja por ahora conclusiones gen¨¦ricas, como que los pa¨ªses con d¨¦ficit comercial deben reforzar su capacidad de ahorro, mientras que los que acumulan saldos positivos deben incentivar la demanda. Esas y otras recetas, como las reformas de los mercados laborales, "sobre todo en pa¨ªses que perdieron productividad" -una definici¨®n que encaja como un guante en la visi¨®n m¨¢s extendida de las econom¨ªas del sur de Europa, como Espa?a-, permitir¨ªan incrementar el PIB mundial un 2,5% m¨¢s cada a?o y crear 52 millones de puestos de trabajo, seg¨²n las conclusiones de un informe del FMI, del que no se precis¨® c¨®mo se llega a esas cifras.
Como tambi¨¦n estaba previsto, el G-20 deja para la cumbre de noviembre, en Corea del Sur, los compromisos pendientes en la reforma financiera o los cambios en el Fondo Monetario Internacional. Tras los fallidos intentos por resucitar la Ronda de Doha, un acuerdo comercial mundial que se negocia desde hace nueve a?os, los l¨ªderes de pa¨ªses ricos y emergentes evitan volver a poner un plazo y se limitan a pedir una "conclusi¨®n ambiciosa tan pronto como sea posible". Por ¨²ltimo, los l¨ªderes del G-20 confirmaron que la cumbre de 2011 se desarrollar¨¢ en Francia y que habr¨¢ otra reuni¨®n en 2012, esta vez en M¨¦xico.
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