La Galicia del Xacobeo
La verdad es que la catedral de Santiago de Compostela parec¨ªa un mercado. El cabildo ha hecho bien en ordenar el acceso en funci¨®n de la capacidad del templo. A ciertas horas esto provoca colas donde se hablan lenguas innumerables, tal como dec¨ªa en el siglo XII el C¨®dice Calixtino. Quiz¨¢ la que menos se oiga sea el gallego, pues desde hace tiempo, aunque se le quiere, se va abandonando como idioma principal, debido a un proceso de urbanizaci¨®n imparable. Es lengua de prestigio social el castellano, mientras el gallego se considera poco ¨²til, idea que no se justifica en un mundo global por su proximidad a la lusofon¨ªa, con Brasil como potencia emergente. En este contexto, la Xunta de Galicia abandon¨® el acuerdo institucional sobre la lengua que ven¨ªa de tiempos de Manuel Fraga y aprob¨® en solitario un pol¨¦mico decreto pluriling¨¹e, para proponer ahora la vuelta a un consenso que no debi¨® haberse alterado.
Los gallegos cre¨ªamos que mejorar¨ªa el PIB por la afluencia de peregrinos, pero se ha desinflado tal ¨¢nimo
Se comenta en la cola, c¨®mo no, la situaci¨®n econ¨®mica, el d¨¦ficit y el paro, y c¨®mo se utilizan las cifras como proyectiles seg¨²n donde gobiernen unos y otros. Es com¨²n opini¨®n que la crisis es fruto en buena medida del delirio inmobiliario a que se someti¨® Espa?a al socaire de la Ley del Suelo del a?o 1998. Nos consolaba a los gallegos la previsible mejor¨ªa de nuestro PIB por la afluencia de turistas, visitantes y peregrinos del Xacobeo, que sumar¨¢n varios millones, pero ¨²ltimamente se ha desinflado tal ¨¢nimo.
Mientras la cola se desliza, o¨ªmos distra¨ªdos la melod¨ªa machacona de un flautista callejero que, sentado en el suelo, lee a Tolst¨®i. Dej¨¢ndonos llevar por los pensamientos, como Ram¨®n Sampedro desde su lecho en la pel¨ªcula Mar adentro, navegamos hacia el mar y encontramos un megaterritorio muy antropizado en toda la franja litoral, dividido anacr¨®nicamente entre el norte y el sur, A Coru?a y Vigo, divisi¨®n que se evidenci¨® en el debate de fusi¨®n de las cajas de ahorros, m¨¢s agrio que dulce, a pesar de estar unidas por autopistas y, en poco tiempo, por el tren de alta velocidad. Tan importante como la reclamada galleguidad para llevar a cabo la fusi¨®n es aspirar a la competencia econ¨®mica de la entidad resultante. Del mismo modo, por inter¨¦s gallego, se debe plantear, seg¨²n se dice ahora, la gobernanza del sistema de ciudades y sus conglomerados urbanos, entre ellas y todas con la Xunta. Galicia necesita mucha pol¨ªtica de cooperaci¨®n entre Administraciones para superar localismos.
?Y c¨®mo proteger nuestro territorio de la avalancha de urbanizaciones indiscriminadas? La nunca bien valorada decisi¨®n del anterior Gobierno auton¨®mico de prohibir cautelarmente edificar en la franja de 500 metros impidi¨® el desmadre. Ahora estamos metidos de lleno en el dibujo de la costa para delimitar m¨¢s de 200.000 hect¨¢reas de protecci¨®n. El debate est¨¢ servido, cosa muy provechosa en cuanto puede controlar la inveterada pr¨¢ctica del ti vai facendo, el "t¨² ve haciendo" que tantas veces los poderes p¨²blicos dec¨ªan a los administrados para consumar la ilegalidad al margen de planes, proyectos y licencias. El reverso de esa Galicia din¨¢mica es la bella durmiente del interior, sometida a un invierno demogr¨¢fico de los m¨¢s profundos del mundo, que ha concentrado el esfuerzo en las ciudades hist¨®ricas de Lugo y Ourense.
Y si uno de los perfiles de Galicia tiene que ser la nueva econom¨ªa, deber¨ªan incrementarse los recursos de I+D+i, es decir, inversi¨®n, formaci¨®n y talento, y aun as¨ª nos va a llevar una generaci¨®n ponernos al d¨ªa. Aqu¨ª, junto con los sectores industriales m¨¢s progresivos, entran las tres universidades, bien gestionadas, trabajando en red y especializadas para producir patentes y publicaciones cient¨ªficas.
De mi viaje nefelibata vuelvo a la cola justo en el momento de entrar en la catedral para admirar la simbiosis de rom¨¢nico y barroco m¨¢s bella de Europa y el P¨®rtico de la Gloria que, sobre ser escultura, es un ejemplo acabado de arquitectura figurativa, ahora cubierto de andamios en una rigurosa operaci¨®n de restauraci¨®n para desentra?ar y reparar sus m¨²ltiples patolog¨ªas. Los Pr¨ªncipes de Asturias anduvieron hace poco por el Camino de Santiago y, cumpliendo con la tradici¨®n, pidieron al ap¨®stol ayuda en estos momentos de crisis. Convendr¨ªa a?adir que proveyese de inteligencia y acuerdo para que la pol¨ªtica no sea solo ¨¢spera contraposici¨®n de posturas. Los efluvios del botafumeiro me inspiran la ilusi¨®n de una concertaci¨®n en esta coyuntura que tan preocupados nos tiene a todos.
Al salir del recinto, en cualquier tertulia nos hablar¨¢n de la controvertida Ciudad de la Cultura de Peter Eisenman, y tambi¨¦n de Andr¨¦s Perea, con sus pliegues tect¨®nicos exteriores y curvas mar¨ªtimas internas, que podr¨¢ visitarse a partir de octubre y conocer su oferta cultural.
Para redondear la visita, el programa del a?o est¨¢ lleno de figuras estelares, como Cecilia Bartoli o Lang Lang, y de buenos festivales sin tanto relumbr¨®n, como el pasado M¨²sicas Contemplativas o el pr¨®ximo Via Stellae. Hasta el a?o 2021 no habr¨¢ un nuevo jubileo. Nos vendr¨¢ bien para reflexionar sobre el fen¨®meno universal, medi¨¢tico y, sobre todo, espiritual del Camino, porque lo cierto es que en la vida de uno hay un antes y un despu¨¦s de andarlo.
Xerardo Est¨¦vez es arquitecto.
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