Una casa en Cefal¨²
Fue la Gran Bestia 666, Aleister Crowley, quien recomend¨® a Churchill que hiciera el signo de la victoria (la famosa V), tras convencerle de que era una clave herm¨¦tica que le llevar¨ªa al triunfo en la II Guerra Mundial. Crowley fue satanista, poeta, cabalista, creador de la filosof¨ªa de Thelema, porn¨®grafo, perito en neurastenias, alpinista, heroin¨®mano, creador del ocultismo moderno, ajedrecista y esp¨ªa. John Lennon coloc¨® su rostro en la esquina superior izquierda de la portada de Sargent Pepper's. Pasaron los a?os y Lennon cay¨® asesinado en la puerta del mismo inmueble de Manhattan en el que, d¨¦cadas antes, Crowley hab¨ªa tenido un apartamento. Una pat¨¦tica casualidad.
Quien se hiciera llamar a s¨ª mismo "La Gran Bestia 666" regresa estos d¨ªas a la actualidad. En Cefal¨², Sicilia, han puesto a la venta las ruinas de su Abad¨ªa de Thelema, es decir, los restos de la legendaria casa de campo de 200 metros cuadrados que ¨¦l y sus seguidores convirtieron en 1920 en una villa de secretas cadencias demon¨ªacas. No quedan all¨ª hoy ni p¨¢lidos vestigios de lo que fue el trono de Crowley, ni huellas del altar central donde se celebraban enigm¨¢ticas ceremonias. Tampoco nada de los frescos en las paredes, pintados por el propio Crowley al modo de Gauguin, a quien admiraba. Y hay un tramo de escalera que conduce a la nada. Cefal¨² suena como Belceb¨², y a¨²n no se ha borrado entre los sicilianos la memoria terror¨ªfica de la Abad¨ªa. El lema esencial para los cofrades de la Bestia era Haz tu voluntad, el mismo que en el XVI hab¨ªa regido la Abad¨ªa de Thelema que ficcionara Rabelais en Gargant¨²a y Pantagruel.
La Abad¨ªa de Crowley, hoy en venta, es un mito en Sicilia y permanece como un lugar maldito
De hecho, la propia palabra Thelema es la transliteraci¨®n al ingl¨¦s del sustantivo griego "voluntad". Sin embargo, Crowley prefiri¨® siempre decir que su filosof¨ªa no se originaba en Rabelais, sino que le hab¨ªa sido inspirada y dictada en El Cairo por un esp¨ªritu, por una entidad preterhumana llamada Aiwaiss, un ¨¢ngel diab¨®lico que le comunic¨® el secreto del mundo y le conect¨® con textos herm¨¦ticos sobre la Voluntad, los m¨¢s antiguos de la historia de la humanidad.
Crowley y su grupo pasaron una larga temporada brutal en la casa de Cefal¨², hasta que la vida hippie antes de que ¨¦sta fuera inventada y una extra?a muerte por envenenamiento terminaron por provocar que el gobierno de Mussolini les expulsara de Italia. Pero, como me escribe una amiga desde Palermo, la Abad¨ªa, ahora en venta, es un mito todav¨ªa hoy en Sicilia: "En el alma y memoria de la gente de Cefal¨² provoca a¨²n cierta aprensi¨®n y permanece como un lugar maldito, manchado de no se sabe qu¨¦ gran pecado que no podr¨¢ ser nunca cancelado".
?Qui¨¦n comprar¨¢ las ruinas? ?Una familia con buenos modales? ?Unos luctuosos herederos de la Bestia? Quiz¨¢s esto ahora importe menos que recordar que, de acuerdo con las ideas de Crowley, cada individuo tendr¨ªa una especie de Voluntad Verdadera, lo que algunos conocemos como Genius, o fuerza interna, a la que vendr¨ªa confiada la tutela de cada hombre en el momento de nacer. Creo que nadie lo ignora: enga?ar al propio genio significa nuestra perdici¨®n. A las pobres almas falsamente amigas que quieren apartarnos de ¨¦l habr¨ªa que dejarles bien claro que uno va a seguir haciendo su voluntad. Y es que -como dice Andrew Breen- si sucediera, por ejemplo, que para escribir uno necesitara de esa luz excelente que cae desde la izquierda, es in¨²til decirse que cualquier otra luz tambi¨¦n es buena. Uno ha de seguir su l¨ªnea de fortuna y continuar atendiendo al potente lema, Haz tu voluntad, tan en sinton¨ªa con una casa siciliana, hoy en venta. Por si alguien a¨²n lo duda, el lema, de paso, nos propone la insurrecci¨®n, la rebeli¨®n contra los imb¨¦ciles. Y no s¨®lo es thelemita. En los a?os veinte tambi¨¦n fue una consigna dada¨ªsta. Reapareci¨® a finales de los sesenta. Y luego volvi¨®, insistente, con los primeros punks. De hecho, acaba regresando siempre.
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