Robert Byrd, el congresista m¨¢s veterano de EE UU
Si hab¨ªa alguien que represent¨® como nadie la vida pol¨ªtica del Congreso y la historia del Partido Dem¨®crata de Estados Unidos, desde los a?os cincuenta a la elecci¨®n hist¨®rica de Barack Obama, era el senador dem¨®crata por Virginia Occidental Robert Byrd, el congresista m¨¢s veterano de la historia, fallecido en la madrugada del lunes, 28 de junio, en Virginia, a los 92 a?os. El d¨ªa de la votaci¨®n de la reforma sanitaria, en marzo, sus asistentes lo llevaron en silla de ruedas al Senado, para que votara, a ¨²ltima hora, y salvando la reforma in extremis. Byrd era una preocupaci¨®n de Obama, cuando los dem¨®cratas ten¨ªan los votos justos para aprobar cualquier ley en el Senado y tem¨ªan que la baja de Byrd pusiera en riesgo medidas de importante calado.
Nadie supera los 57 a?os de servicio de Byrd en el Congreso: entre 1953 y 1959 en la C¨¢mara de Representantes y, posteriormente, hasta el lunes, en el Senado. De sus muchos puestos (l¨ªder de los dem¨®cratas en el Senado en mayor¨ªa y en minor¨ªa y presidente pro tempore de esa misma c¨¢mara, entre otros) el que m¨¢s poder de maniobra le ofreci¨® fue el del Comit¨¦ de Financiaci¨®n, a trav¨¦s del cual desvi¨® numerosas inversiones al Estado que representaba, uno de los m¨¢s depauperados del pa¨ªs. Construy¨® carreteras, puentes, c¨¢rceles y centros tecnol¨®gicos. Sus electores le adoraban: Virginia Occidental est¨¢ plagada de carreteras y avenidas consagradas a su h¨¦roe popular.
Virginia Occidental, a 150 kil¨®metros de Washington, es un lugar de miseria end¨¦mica, el antepen¨²ltimo en las listas oficiales de pobreza. All¨ª, de ni?o, se mud¨® Byrd, que hab¨ªa nacido en Carolina del Norte en 1917, pero qued¨® hu¨¦rfano de madre y lo adoptaron sus t¨ªos. All¨ª vivi¨® y creci¨®, en los primeros valles del Sur profundo. All¨ª se uni¨®, con 24 a?os, al Klu Klux Klan. Ese fantasma del racismo le perseguir¨ªa toda su carrera pol¨ªtica. En su autobiograf¨ªa de 2005 admiti¨®: "Ese recuerdo ha vuelto en mi vida para amenazarme y avergonzarme". Pero aquello fue reflejo de una ¨¦poca y de una comunidad concreta, que vot¨® a su favor y le abri¨® la puerta a una larga estancia en Washington.
El Partido Dem¨®crata sufri¨® un profundo cambio en los a?os de Lyndon B. Johnson, quien logr¨® aprobar la ley de derechos civiles que acab¨® con la segregaci¨®n, a la que Byrd se opuso, y lleg¨® a calificar a Martin Luther King de "agitador de masas".
De ser un firme partidario de la guerra de Vietnam pas¨® a ser el senador m¨¢s querido de los pacifistas durante la invasi¨®n de Irak. Fue un dur¨ªsimo detractor de George Bush. D¨ªas despu¨¦s del inicio de la guerra dijo compungido en el Senado: "Hoy lloro por mi pa¨ªs". Entonces, 50 a?os despu¨¦s de entrar en el Congreso federal, la izquierda le perdon¨® sus pecados. Con el tiempo hab¨ªa cambiado. As¨ª, ayer, Barack Obama, el primer presidente negro de la naci¨®n dijo de ¨¦l: "Su historia es t¨ªpicamente americana. Naci¨® en una abyecta pobreza, pero se educ¨® a s¨ª mismo para convertirse en un acad¨¦mico de autoridad y un inigualable defensor de nuestra Constituci¨®n".
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