Aval al Estatut

Cuatro a?os despu¨¦s de su aprobaci¨®n por el Parlamento, las Cortes Generales y los ciudadanos de Catalu?a en refer¨¦ndum, el Tribunal Constitucional ha emitido su fallo sobre el Estatuto catal¨¢n. La sentencia, votada en cuatro bloques, avala en su conjunto la gran mayor¨ªa de art¨ªculos, aunque invalida 14 art¨ªculos de los 129 preceptos recurridos e interpreta otros 27. La inconstitucionalidad de estos 14 art¨ªculos ha recibido el aval de 8 de los 10 magistrados, aunque el grueso de la sentencia ha obtenido seis votos a favor por cuatro en contra.

Habr¨¢ que esperar a conocer el conjunto de la sentencia, con sus fundamentos y votos particulares, pero es seguro que la eliminaci¨®n de estos art¨ªculos, la interpretaci¨®n del t¨¦rmino naci¨®n y la menci¨®n en el dictamen hasta en ocho ocasiones a la "indisoluble unidad de Espa?a" dar¨¢n abundante munici¨®n ret¨®rica en un ambiente preelectoral como el que vive Catalu?a. M¨¢s all¨¢ del debate terminol¨®gico, el fondo del texto parece escasamente modificado y hace desaparecer los peores augurios de un gran recorte. No afecta tampoco al modelo de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, validado en diversas sentencias del Tribunal Supremo. Y para la tradici¨®n catalanista, la lengua y la cultura siempre ha sido m¨¢s importante que la esencia.

Tambi¨¦n habr¨¢ que esperar a los pr¨®ximos d¨ªas para ver qu¨¦ sucede con un texto que ya lleva m¨¢s de 40 leyes desarrolladas. El presidente catal¨¢n, Jos¨¦ Montilla, ha anunciado que un equipo de juristas estudiar¨¢ las consecuencias de la sentencia y la resoluci¨®n de los problemas pr¨¢cticos que planteen los art¨ªculos anulados o reinterpretados. Mejor que manifestaciones callejeras como la que tambi¨¦n ha anunciado Montilla, ¨¦sta es la forma de enfrentarse a los aspectos desfavorables de la sentencia.

Montilla se encuentra en la posici¨®n m¨¢s dif¨ªcil, obligado a mantener un equilibrio entre quienes consideran cerrada la v¨ªa autonomista, presentes tanto en su propio Gobierno como en la oposici¨®n, y sus compa?eros del PSOE, que consideran perfectamente aceptable y viable el Estatuto salido del Constitucional. Por eso su reacci¨®n combina de forma contradictoria una valoraci¨®n positiva sobre la constitucionalidad del 95% del texto con severos reproches al Tribunal por las modificaciones introducidas. Por obvio que parezca, hay que decir que la sentencia debe acatarse y cumplirse, y as¨ª lo ha reconocido el presidente catal¨¢n y deben hacerlo todos, incluidos quienes la consideran el punto final del Estado aut¨®nomo.

Ser¨¢ inevitable que la sentencia se convierta en argumento electoral: desde el PP, porque da la raz¨®n parcialmente a sus sospechas de inconstitucionalidad; desde Esquerra o Converg¨¨ncia, porque se confirman sus augurios sobre la Espa?a cicatera de sus discursos. Pese al calor de la campa?a, debiera evitarse, en todo caso, que sea le¨ªda como una suerte de dictamen sobre la viabilidad del sistema constitucional, tanto por parte de quienes ven el futuro de Catalu?a en el soberanismo, como de quienes recurrieron el Estatuto porque consideraban que afectaba a la unidad de Espa?a.