Una ley necesaria
La aprobaci¨®n de la Ley del Cine constituye una buena noticia. Excelente noticia si se tiene en cuenta que ha sido votada favorablemente por casi el 90% del Parlament. Ayer, en el hemiciclo, se palpaba una mayoritaria satisfacci¨®n democr¨¢tica, pero tambi¨¦n la conciencia de que la nueva normativa provoca reticencias en un sector tan complejo como el del cine, con intereses contrapuestos entre sus distintas ramas y ahora sometido a una de sus peri¨®dicas crisis de transformaci¨®n tecnol¨®gica, como antes lo fue el paso del mudo al sonoro y actualmente es la irrupci¨®n del soporte digital. Si se cumple el vaticinio de que muchas salas cerrar¨¢n como consecuencia de esta ley, antes habr¨ªa que preguntarse cu¨¢l ha sido la causa por la que lo han hecho otras en los ¨²ltimos a?os.
La oferta, tal como ocurri¨® con la irrupci¨®n de la televisi¨®n auton¨®mica, generar¨¢ demanda
Que la cuota del cine exhibido en catal¨¢n sea del 2,7% indica a las claras que los sectores de la distribuci¨®n y la exhibici¨®n se mueven en par¨¢metros muy distintos a los de otros medios de comunicaci¨®n difundidos en Catalu?a. De ah¨ª la necesidad de legislar, de instaurar una cierta l¨®gica. Si el cine fuese ¨²nicamente un producto cultural, dicha l¨®gica pasar¨ªa por exhibir el cine tal como ha sido creado, en versi¨®n original subtitulada. Como, adem¨¢s, es una industria y est¨¢ radicada en un pa¨ªs con antecedentes totalitarios -como Italia o Alemania, los otros grandes dobladores europeos-, hay que aceptar que, puestos a doblar, lo l¨®gico es que se haga en una proporci¨®n equitativa entre las dos lenguas oficiales: el castellano y, gracias a la ley, tambi¨¦n el catal¨¢n. La oferta, tal como ocurri¨® con la irrupci¨®n de la televisi¨®n auton¨®mica, generar¨¢ demanda.
Ser¨ªa injusto, incluso err¨®neo, valorar esta Ley de Cine s¨®lo en funci¨®n de su incidencia socioling¨¹¨ªstica. Como director de la Filmoteca de Catalu?a, me siento enormemente complacido de que a esta instituci¨®n se le encomiende legalmente la misi¨®n de velar por la preservaci¨®n y difusi¨®n del patrimonio audiovisual y de la cultura cinematogr¨¢fica. Frente a la eterna dicotom¨ªa entre el arte y la industria, en tiempos de marketing, box-office y merchandising hay que recordar que el cine es, en cualquier caso, un signo vital de la identidad de un pa¨ªs. Producir pel¨ªculas que incidan en las taquillas o sean reconocidas en los festivales internacionales, fomentar la educaci¨®n cinematogr¨¢fica de nuevos p¨²blicos o crear un circuito de salas concertadas que proyecten cine europeo o independiente en versi¨®n original subtitulada son otros apartados fundamentales promovidos por esta ley que, desde ayer, ya es una realidad.
Esteve Riambau es director de la Filmoteca de Catalu?a
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.