"Apretados, pero vamos"
Los usuarios acogen con alivio el funcionamiento del 50% de los trenes tras dos d¨ªas de paro total
"Vamos apretados, pero al menos vamos", se resignaba ayer Luc¨ªa, de 19 a?os y estudiante de Magisterio, a bordo de un metro de la l¨ªnea 3 cerca de Sol. Sus palabras resum¨ªan el sentir de muchos ciudadanos ayer por la ma?ana, cuando el restablecimiento de los servicios m¨ªnimos del metro (un 50% de los trenes) puso fin moment¨¢neo a dos d¨ªas de huelga total del servicio. Fueron dos jornadas en las que dos millones de viajeros tuvieron que recurrir a los autobuses, el autom¨®vil o la bicicleta. "Hoy pod¨ªas subir al autob¨²s, pero ayer pasaban tan llenos que el conductor ni abr¨ªa la puerta", le comentaba Luisa, de 68 a?os, a una amiga, en una parada de autob¨²s de la calle de Hortaleza, a media ma?ana.
La jornada de ayer, cuarto d¨ªa de huelga del metro, arranc¨® con normalidad, aunque a medio gas. En los principales intercambiadores, como Sol, Atocha y Nuevos Ministerios, se suced¨ªan las aglomeraciones habituales en un jueves pero los trenes iban dando salida a los usuarios con fluidez. "Por si acaso, hoy he cogido el metro diez minutos antes y voy bien. Aunque vayan la mitad de trenes, es mejor que ir en un autob¨²s entre codazos", dec¨ªa Carlos, de 28 a?os, en la l¨ªnea 2 de camino entre las estaciones de Santo Domingo y Canal.
La mayor¨ªa de los viajeros no esper¨® en los andenes m¨¢s de cinco minutos, el doble de lo normal en las horas punta entre las 7.30 y las 9.30 (de 3 a 5 minutos). La frecuencia de los convoyes absorb¨ªa con fluidez las aglomeraciones. Pr¨¢cticamente nadie se quedaba fuera de los vagones.
"Hay que esperar un poquito m¨¢s, pero funciona bien, yo no he tenido ning¨²n problema en ir y volver", comentaba a las once de la ma?ana una mujer en la estaci¨®n de Oporto. De hecho, pocos fueron los pasajeros con dudas sobre el restablecimiento del servicio, seg¨²n se?alaban desde la Oficina de Atenci¨®n al Cliente de Nuevos Ministerios. "No hemos recibido m¨¢s preguntas que un d¨ªa cualquiera", respond¨ªa una oficinista a las diez de la ma?ana.
A¨²n as¨ª, la resaca de la huelga estaba todav¨ªa demasiado presente entre los usuarios. Tanto, que a las cinco de la tarde una aver¨ªa que afect¨® a las puertas de un tren en la estaci¨®n de Arg¨¹elles llev¨® a los viajeros que iban en su interior a amotinarse: no creyeron al conductor que les advirti¨® de que se trataba de una aver¨ªa y que deb¨ªan desalojar los vagones porque el veh¨ªculo no pod¨ªa continuar la marcha. Relacionaron lo ocurrido con la huelga y se negaron a salir del tren pese a los anuncios por megafon¨ªa, del personal de la estaci¨®n y de los vigilantes que advert¨ªan de que la aver¨ªa nada ten¨ªa que ver con un sabotaje de los trabajadores. Finalmente, los viajeros obedecieron y evitaron que interviniera la polic¨ªa, informa Europa Press.
Informaci¨®n de Abel Grau, Mar¨ªa Mart¨ªn y Jaled Abdelrahim.
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