La violencia desborda la frontera
Las actividades de las mafias y de las 'maras' causan m¨¢s de 14.000 muertos al a?o en M¨¦xico y Centroam¨¦rica y lastran sus econom¨ªas
A esa zona se la conoce como El Tercer Mundo, lo cual en M¨¦xico ya es mucho decir. Est¨¢ en Sonora, a 20 kil¨®metros de la frontera con Estados Unidos, entrada al terrible desierto del S¨¢sabe, cruce de pollos (indocumentados) y droga. Ah¨ª, en ese Tercer Mundo, amaneci¨® la segunda mitad de 2010 de la misma manera que concluy¨® la primera: con un reguero de muertos. Solo en ese punto remoto se registraron el lunes 21 asesinatos, cifra que en cuesti¨®n de horas se abult¨® con la muerte de una fiscal en Ciudad Ju¨¢rez, de un jefe de seguridad de una c¨¢rcel en Guadalajara y con varios homicidios estilo narco en Durango (norte), Jalisco (este) y Morelos (centro).
Y todo esto ocurr¨ªa el mismo d¨ªa en que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunciaba su disposici¨®n a regularizar la situaci¨®n de 11 millones de inmigrantes indocumentados. La violencia desbordada en la frontera sur aumenta la resistencia a la reforma migratoria, ante el temor de que provoque un efecto llamada y aliente a las redes de tr¨¢fico de personas. El 75% de los indocumentados proceden de M¨¦xico y Centroam¨¦rica, regi¨®n atenazada por el crimen organizado.
Un tiroteo entre narcos deja 21 muertos en el Estado de Sonora
El coste de la violencia supone casi el 8% del PIB centroamericano
Solo este a?o, la violencia vinculada al narcotr¨¢fico ha dejado en M¨¦xico 5.400 muertos (una media de 30 asesinatos al d¨ªa). El balance hace temer que este a?o se superar¨¢n f¨¢cilmente las 7.500 muertes violentas registradas en 2009. La guerra contra el narcotr¨¢fico que vive M¨¦xico desde enero de 2007 ha dejado ya 25.000 muertos.
Los carteles han extendido sus tent¨¢culos a Centroam¨¦rica, que se ha convertido en escala obligada para la droga desde la zona andina a EE UU. Las actividades de las mafias (narcotr¨¢fico, blanqueo y tr¨¢fico de personas) y las maras (pandillas criminales) provocan cada a?o m¨¢s de 14.000 muertos. Seg¨²n el Consejo Nacional de Seguridad P¨²blica de El Salvador, el coste econ¨®mico de la violencia supone casi el 8% del producto interior bruto (PIB) de la regi¨®n.
A finales de junio, las fuerzas policiales de M¨¦xico, Centroam¨¦rica y el Caribe se reunieron en Rep¨²blica Dominicana para fortalecer los mecanismos de cooperaci¨®n y crear un "muro de contenci¨®n" contra las actividades criminales. Pero la tarea se presenta dif¨ªcil.
En la madrugada del 1 de julio, bandas rivales dedicadas a traficar con humanos y drogas se enfrentaron a balazos durante horas en un desierto de Sonora, entre los poblados de S¨¢ric y Tubutama. Los 21 muertos, sumados a otros tres asesinatos, hacen de este jueves el d¨ªa m¨¢s sangriento en varios a?os en ese Estado fronterizo con EE UU.
Mientras, los criminales segu¨ªan su cacer¨ªa de altos funcionarios vinculados a la seguridad. En Guadalajara fue asesinado Marco Antonio Ontiveros, alto cargo del sistema penitenciario. Y al otro lado del pa¨ªs, en Ciudad Ju¨¢rez, cay¨® en una emboscada Sandra Ivonne Salas Garc¨ªa, pieza clave de la fiscal¨ªa del Estado fronterizo de Chihuahua.
Las autoridades se apuntaron ayer un tanto al presentar a la justicia a Jes¨²s Ch¨¢vez Castillo, alias El Camello, acusado de planear el asesinato de una funcionaria consular estadounidense el pasado marzo en Ciudad Ju¨¢rez y de participar en dos matanzas (en una fiesta de adolescentes y en un centro de rehabilitaci¨®n de drogadictos). El mes de junio ha sido el m¨¢s violento de la historia en Ciudad Ju¨¢rez, donde el mismo jueves una cabeza humana fue depositada a pocos metros de la casa del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la alcald¨ªa.
Esta siniestra pr¨¢ctica se ha extendido a Guatemala, donde la guerra entre las maras y el Gobierno se ha visto jalonada en los ¨²ltimos 15 d¨ªas por el hallazgo de cuatro cabezas y el cuerpo mutilado de una funcionaria de prisiones. Las maras han declarado la guerra a las autoridades penitenciarias por las restricciones a las visitas a los presos, que se hab¨ªan convertido en la principal v¨ªa de introducci¨®n de drogas y armas en los penales. No solo eso: el Gobierno ha debido prohibir el acceso de menores a las c¨¢rceles ya que muchas visitantes adolescentes eran violadas en las celdas por los mareros. En venganza por estas medidas, en las ¨²ltimas dos semanas las pandillas han sembrado cuatro cabezas en la capital (una de ellas en la puerta del Congreso) con mensajes al ministro de Gobernaci¨®n (Interior), Carlos Menocal. La semana pasada, una pareja de funcionarios de prisiones fue asesinada. El cuerpo descuartizado de la mujer fue arrojado, junto a un nuevo mensaje amenazante, a las puertas de una emisora de radio.
"La escalada de violencia, si bien est¨¢ protagonizada por mareros, est¨¢ orquestada por el crimen organizado, que, en sus distintas manifestaciones, ha operado hasta ahora en la m¨¢s absoluta impunidad", asegura a EL PA?S el ministro Carlos Menocal.
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