El f¨²tbol gan¨® a la m¨²sica
'Montju?c de nit' arranc¨® desolada, pero se anim¨® a ¨²ltima hora
Buena m¨²sica, pero poco p¨²blico. Al menos durante las primeras horas. Hasta que acab¨® el partido del Mundial que jugaba Espa?a contra Paraguay no comenz¨® a tenerse la sensaci¨®n de fiesta. El ambiente en las primeras horas era muy diferente al de la nit blanca del pasado a?o, y eso que el Ayuntamiento de Barcelona, organizador de este Montju?c de nit que ha costado unos 900.000 euros, hab¨ªa multiplicado las actividades sumando a la habitual apertura nocturna de los museos y centros culturales el montaje de 13 escenarios de m¨²sica en los que 20 festivales de m¨²sica de la ciudad hab¨ªan programado unas 70 actuaciones.
Con una temperatura agradable que incitaba al paseo y unos autobuses lanzadera que funcionaban correctamente, a primera hora hubo mucha m¨²sica, y de calidad irreprochable. Pero fallaba algo importante: el p¨²blico. Ni con la m¨²sica electr¨®nica de la avenida de Maria Cristina, el jazz relajado del foso del castillo, la rumba calentita de su patio interior o el flamenco heterodoxo del Poble Espanyol se consigui¨® durante las primeras horas congregar a m¨¢s de un centenar de personas ante los respectivos escenarios. Luchar contra un partido televisado de Espa?a en el Mundial es atrevido, muy atrevido. Daba la impresi¨®n de que los responsables municipales hab¨ªan dudado de la capacidad de la selecci¨®n de llegar tan lejos. De hecho, Jordi Mart¨ª, delegado de Cultura del Ayuntamiento, reconoc¨ªa a medianoche que no se esperaba el tir¨®n tan grande de la selecci¨®n y aseguraba que en todo caso resultaba dif¨ªcil programar en funci¨®n de sus resultados en el Mundial. "Ahora ya est¨¢ todo en su tono habitual y empieza a haber mucha gente en todas partes", a?ad¨ªa aliviado cuando faltaban poco menos de dos horas para que acabara el evento.
Las actuaciones fueron de calidad, pero falt¨® el p¨²blico, que ve¨ªa el partido
En aquel momento, aunque sin grandes colas, hab¨ªa bastante gente deambulando por las salas del Museo Nacional de Arte de Catalu?a, que pocas horas antes estaban casi vac¨ªas. En su Sala Oval tambi¨¦n pod¨ªan encontrarse varios centenares de personas, muchas m¨¢s de las que a primera hora estaban diseminadas en sillas y gradas mientras Percussions de Barcelona interpretaba un pu?ado de composiciones contempor¨¢neas atractivas incluso para los no avezados.Tras un agradable viaje en autob¨²s municipal hasta el castillo, con la lanzadera casi vac¨ªa a primera hora y ya abarrotada al finalizar la noche, se pudieron ver varios ambientes. En el patio interior, el escenario con m¨¢s asistencia al inicio, 4xRumba ofreci¨® un repertorio muy bailable, pero el respetable prefer¨ªa consumir cervezas en las mesitas del bar del fondo, una preferencia que curiosamente se mantuvo a lo largo de la velada. En el exterior todo estaba mucho m¨¢s calmado. Al inicio, el pianista Manel Camp y el saxofonista Llibert Fortuny desgranaban un jazz de c¨¢mara cargado de buenas vibraciones. En el foso pod¨ªa uno echarse sobre la hierba y contemplar el paso de las nubes mientras sonaba una m¨²sica de gran atractivo. M¨¢s tarde, Lucrecia obtuvo m¨¢s respuesta de un p¨²blico dispuesto pero que en ning¨²n momento lleg¨® a abarrotar el escenario.
El cambio de rumbo de la velada, como de la noche al d¨ªa, se produjo hacia las once en casi todos los escenarios, si bien en algunos ya solo quedaba una de las actuaciones previstas ya que los horarios se hab¨ªan cumplido bastante a rajatabla.
De estas, algunas eran de las m¨¢s esperadas, como la de Standstill en el escenario del San Miguel Primavera Sound, que tard¨® bastante en tener el aspecto de los habituales en un festival de verano. All¨ª, hacia las diez de la noche, Astrud, dando un repaso a sus hits, hab¨ªa conseguido congregar a unas 200 personas que corearon sus temas. La banda vibr¨® con varias colaboraciones de miembros del Collectiu Brossa (violonchelo, acorde¨®n, viol¨ªn..). El momento ¨¢lgido lleg¨® con Todo nos parece una mierda, canci¨®n que, por cierto, dedicaron a la avenida Diagonal, donde deb¨ªa celebrarse inicialmente esta fiesta, que cambi¨® de localizaci¨®n para no incidir en la pol¨¦mica tras el fracaso del refer¨¦ndum sobre su transformaci¨®n.
Delaf¨¦ y las Flores Azules hab¨ªan tenido m¨¢s poder de convocatoria en el escenario del Festival del Mil¡¤lenni pese a actuar tambi¨¦n en horario de partido. Elena Miquel y Oscar d'Aniello insuflaron el esp¨ªritu m¨¢s festivo a una noche, h¨²meda y calurosa, que se iba animando conforme avanzaba. En el mismo escenario se produjo despu¨¦s la aplaudida actuaci¨®n de Manos de Topo y The New Raemon, dos de las bandas m¨¢s aclamadas de la escena barcelonesa, que, practicando una tendencia cada vez m¨¢s de moda en la ciudad, subieron juntos al escenario para versionarse sus canciones.
La gente deambulaba de un lugar a otro y muchos lo hac¨ªan con el bocadillo y las bebidas tra¨ªdas de casa. ""Hemos venido a ver La Pegatina porque tiene una rumba muy bailable para una noche de verano", explicaba Natalia, de 21 a?os, que hab¨ªa llegado a Montju?c desde Castelldefells. "Me enter¨¦ del festival porque un amigo me envi¨® un mail", explicaba mientras se tomaba en un vaso de pl¨¢stico un combinado de limonada y vodka tra¨ªdo desde casa. "Aqu¨ª todo es muy caro", se justificaba.
La noche ya enfilaba su recta final y, en el escenario del Primavera Sound, Tar¨¢ntula animaba a un entregad¨ªsimo p¨²blico a bailar un vals iluminado con decenas de mecheros alzados al cielo. Un claro s¨ªmbolo de que la fiesta, al fin, hab¨ªa entrado en calor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.