Berdych desaf¨ªa la l¨®gica
El checo, que hoy reta a Nadal tras ganar a los n¨²meros dos y tres del mundo, es el ejemplo de una hornada de tenistas que miden m¨¢s de 1,90m y, adem¨¢s, saben jugar
El plan de ataque se discute en La Reserve, un humilde hotel de la calle Fulham, pared con pared con Stamford Bridge, el estadio del Chelsea. El asalto contra el imperio de la l¨®gica, desaf¨ªo que incluye lograr lo que nunca nadie consigui¨® antes, ganar en un torneo grande a los n¨²meros tres (el serbio Novak Djokovic), dos (el suizo Roger Federer) y uno (Rafael Nadal), se planea bajo las luces mortecinas del Barbarella, una desconchada sala de baile. Y el arma con la que el checo Tomas Berdych persigue ese sue?o, ser campe¨®n en Londres, ganar hoy (15.00, Cuatro) a Nadal en su primera final grande, tiene m¨¢s que ver con los equipos t¨¦cnicos de desarrollo de materiales que con los m¨²sculos que sudar¨¢n sobre el amarillento tapete que queda en el lugar de la verde hierba de la pista central de Wimbledon.
Henman: "Los altos han cambiado su preparaci¨®n: son mejores atletas"
"Estoy m¨¢s centrado", afirma Berdych. "Est¨¢ m¨¢s hambriento", opina su entrenador
"?Qu¨¦ quiere usted decir?", contesta indignado Federer. "?Que hab¨ªa pelotas que volaban fuera de la pista y luego volv¨ªan?", sigue mientras la palma y el dorso de su mano derecha, cual cuchillo cargado de mantequilla, recorren una y otra vez su sudorosa cara. "Pues no. Hemos visto un partido diferente".
Y es que Federer habla tras perder con Berdych. Y es que Federer se explica despu¨¦s de ver c¨®mo los sartenazos de la derecha del checo sal¨ªan a mil por hora. Y es que Federer, derrotado, hace frente a una pregunta: ?Ha cambiado la tecnolog¨ªa el juego, como dicen desde hace a?os los tenistas? ?Qu¨¦ explica la proliferaci¨®n de gigantes capaces de pegar en movimiento, los Del Potro (campe¨®n del Abierto de Estados Unidos), Soderling (doble finalista de Roland Garros) o Berdych (semifinal en Roland Garros, final en Wimbledon), todos muy por encima de 1,90 metros (1,96 en el caso de Berdych? ?Por qu¨¦ controlan la pelota esos brazos, por qu¨¦ se desplazan con relativa agilidad esas piernas, si hasta mediados de los 90 la mayor¨ªa solo sacaban? ?Tanto influye en su despegue que Berdych cambiara de raqueta, marca y cordaje en enero?
"En los hombres altos", explica el brit¨¢nico Tim Henman, ex n¨²mero cuatro, "lo que ha cambiado son las t¨¦cnicas de preparaci¨®n f¨ªsica: son mejores atletas. Tambi¨¦n, las cuerdas de las raquetas. Ahora, estos t¨ªos grandes pueden golpear fort¨ªsimo la pelota y, aun as¨ª, controlarla. La pelota se mantiene m¨¢s tiempo en estas nuevas cuerdas. Eso les da m¨¢s spin y control a pesar de su fuerza".
A principios de 2010, perseguido por la etiqueta de talento sin confirmar y retratado como un ni?o grande, siempre con su port¨¢til, viendo Dedictivi aneb Kurvahosigutntag, una comedia checa sobre pobres que se hacen ricos para volver a ser pobres tras gast¨¢rselo todo en casas, piscinas y mujeres, Berdych decidi¨® cambiar de marca de raqueta y de cordajes: pas¨® de Dunlop a Head (una Head Radical, hasta el nombre se adapta a su juego).
"Y ahora", concede Thomas Krupa, su entrenador desde hace a?o y medio, "est¨¢ m¨¢s hambriento. Quiz¨¢s por mentalidad los checos necesitamos m¨¢s tiempo. Mire a Lendl, Kodes, Stepanek... Por nuestra mentalidad, somos m¨¢s fuertes un poco m¨¢s tarde que los dem¨¢s, entre los 25 y los 27 a?os. Eso es lo que ha pasado". ?Algo m¨¢s ha cambiado? "Que he madurado", dice Berdych, el n¨²mero 13, de 24 a?os, autor de 98 aces en el torneo, el doble que Nadal. "Cierto", confirma Stepanek, su compatriota y n¨²mero 25; "ya no mira alrededor para ver si a un recogepelotas se le cae la bola o si se la pasa mal. Ha roto completamente con las cosas que le molestaban. Si un juez de l¨ªnea se equivocaba, antes le afectaba dos o tres juegos. Eso ya no ocurre: est¨¢ m¨¢s centrado".
Berdych amarg¨® al Nadal primero, que compet¨ªa en clave de tierra (3-1 en sus partidos: "Rafa esperaba mi error"). Berdych no supo qu¨¦ hacer con el Nadal segundo, ya multipista (0-6: "Empez¨® a jugar muy agresivo"). Y Berdych busca ahora frente al Nadal tercero, que resta con decisi¨®n extrema, su gran ¨¦xito. Un tenista tremendo contra la estad¨ªstica y el mejor jugador del planeta.
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