El rey de los tirantes

Lawrence Harvey Zeiger, Larry King, el hombre de los tirantes espectaculares, deja a los 76 a?os su programa de entrevistas en la cadena CNN. Era el ¨²ltimo de una generaci¨®n de grandes nombres en el mundo de la informaci¨®n en Estados Unidos que traspasaron las fronteras, como Dan Rather o el fallecido Peter Jennings, para convertirse en referentes de los profesionales de la televisi¨®n en todo el mundo. King fue, adem¨¢s, la ¨²nica estrella en una cadena de televisi¨®n, la m¨ªtica CNN del legendario Ted Turner, que alcanz¨® su extraordinario prestigio informativo con unos periodistas y unos presentadores alejados del habitual estrellato.

Combin¨® King una dualidad muy curiosa: comedido en sus entrevistas, con un estilo m¨¢s bien amable y poco aficionado a poner en dificultades a sus entrevistados, pero llamativo y un punto estridente en todo lo dem¨¢s, con una vida fuera de la pantalla

que le aseguraba un lugar destacado en la informaci¨®n de sociedad. Ser de origen humilde y casarse ocho veces con siete mujeres, con una cierta tendencia a emparejar con conejitas de Playboy, adem¨¢s de contar con una largu¨ªsima lista de amantes, Angie Dickinson entre ellas, da para mucho en el mundo de la far¨¢ndula.

King comenz¨® a trabajar en el a?o 1957 en Radio Miami y es en 1985 cuando se enrola en la naciente CNN. Dice la cadena que ha hecho unas 40.000 entrevistas, aunque alg¨²n bi¨®grafo las eleve a 50.000. Si creemos las cifras, tendr¨ªa que haber hecho casi mil al a?o durante toda su carrera, lo que significan m¨¢s de dos diarias... Todo un r¨¦cord. Pero lo m¨¢s importante de su personalidad, lo que quedar¨¢ en el ¨¢nimo de los espectadores de todo el mundo, que conoc¨ªan sus gafas tanto como sus tirantes, es la enorme capacidad de King para cambiar de registro en sus entrevistas. Este a?o, en la primera semana de junio, entrevist¨® el martes a Lady Gaga y el jueves a Barack Obama. No est¨¢ mal.

Ahora, con una audiencia reducida hasta poco m¨¢s de 600.000 espectadores cada noche, pero con la misma vitola de calidad que le ha acompa?ado durante tantos a?os, se va con la leyenda intacta de ser un comunicador de referencia mundial.

Bye, Larry.