BP, ?la Bastilla del petr¨®leo?
La cat¨¢strofe del golfo de M¨¦xico amenaza con hacer de Obama un "presidente fallido". Pero tambi¨¦n podr¨ªa ser, como ha sugerido el propio presidente, el necesario comienzo del fin de la era de la energ¨ªa f¨®sil
C¨®mo es que no se ha producido un asalto a la Bastilla del Gran Petr¨®leo tras el gigantesco vertido de Deep Water Horizon, una de las mayores cat¨¢strofes ecol¨®gicas de la historia de Estados Unidos? ?Por qu¨¦ no se afrontan los problemas m¨¢s urgentes de nuestra ¨¦poca -las crisis ecol¨®gicas y el cambio clim¨¢tico- con la misma energ¨ªa, el mismo idealismo, el mismo entusiasmo, optimismo y esp¨ªritu democr¨¢tico progresista que las anteriores tragedias de la pobreza, la tiran¨ªa y la guerra? ?Se conmemorar¨¢ retrospectivamente a Deep Water Horizon como el octubre rojo ecol¨®gico del capitalismo del Gran Petr¨®leo? De hecho, el estado de la industria petrol¨ªfera recuerda al ancien r¨¦gime poco antes de que se viniera abajo.
El empuje del capital y el entusiasmo de la ingenier¨ªa tendr¨ªan que dedicarse a la energ¨ªa solar
BP no descarta que pasen entre dos y cuatro a?os hasta que todo el petr¨®leo se vierta al mar
La cat¨¢strofe del vertido del golfo de M¨¦xico contiene varias verdades. Tenemos la chapucer¨ªa e indiferencia de la empresa BP. Pero tambi¨¦n el fracaso de los supervisores estatales. Lo que hasta este momento propugnaban los lobbies como pol¨ªtica de apoyo a la econom¨ªa se denuncia ahora como "complicidad con canallas". Con las horrendas im¨¢genes del petr¨®leo derramado difundidas por todo el mundo, en los escenarios culturales de todas partes se representan ahora, d¨¢ndoles un giro ecol¨®gico, dramas antiguos. Hay dragones y h¨¦roes que matan dragones, dioses y demonios, con la diferencia de que ahora responden a f¨®rmulas t¨¦cnicas y tienen las caras del presidente ejecutivo de BP, Tony Hay-ward, y del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El presidente de BP se presenta como pecador arrepentido y habla de "una combinaci¨®n in¨¦dita de fallos". En una comparecencia ante la C¨¢mara de Representantes de EE UU, un congresista dem¨®crata le present¨® la larga lista de cat¨¢strofes de BP, revelando de este modo otra verdad: son cientos, miles, las plataformas petrol¨ªferas que funcionan en condiciones dudosas en todas las regiones del mundo.
Centrar ahora el ataque en BP es f¨¢cil. Deep Water Horizon es el s¨ªmbolo del creciente fracaso de un experimento mundial, de un modelo de progreso y desarrollo basado en la explotaci¨®n de recursos f¨®siles y que, tras las crisis ecol¨®gicas y el cambio clim¨¢tico, ha minado de forma irreparable la confianza de la humanidad en s¨ª misma.
Desde hace 200 a?os el fuego y el vapor mueven m¨¢quinas y motores. Este descubrimiento ha sido el punto de partida del bienestar material y ha seguido siendo su base hasta hoy. Entretanto, toda una generaci¨®n ha crecido sabiendo que una industria basada en los combustibles f¨®siles, en especial el petr¨®leo, en su marcha triunfal sobre la tierra quema sus propias bases porque los recursos petrol¨ªferos son finitos. Hace ya m¨¢s de 100 a?os Max Weber anticip¨® el fin de este capitalismo petrol¨ªfero "cuando se quemara el ¨²ltimo quintal de combustible f¨®sil". Entretanto, esta econom¨ªa impulsada por el fuego f¨®sil trabaja diligente en su propio derrumbe, como si no hubiera otra alternativa, lo que es una burla al sentido com¨²n.
?Por qu¨¦ un mundo que recibe diariamente del sol, de forma gratuita e inagotable, varias veces la energ¨ªa que consume, habr¨ªa de tolerar cruzado de brazos nubes de petr¨®leo que se elevan desde una profundidad de 1.500 metros, asfixiando cualquier vida? Aqu¨ª s¨ª que hacen falta la tan tra¨ªda fuerza innovadora del capital y el entusiasmo ut¨®pico de la ingenier¨ªa. La divisa del movimiento pacifista era "convirtamos las espadas en arados". La del movimiento ecol¨®gico, "transformemos los desiertos en fuentes de energ¨ªa solar"
Pero mientras el petr¨®leo surge a borbotones, la verdad sale a la luz rodaja a rodaja. Hemos subestimado las complicaciones -confiesa el pecador arrepentido Tony Hayward- que pueden presentarse en una perforaci¨®n petrol¨ªfera a 1.500 metros de profundidad. Nadie dispone de las t¨¦cnicas de seguridad para evitar o dar respuesta a una cat¨¢strofe de esta magnitud. No son los fracasos, sino los triunfos los que hacen incontrolables los riesgos en los que incurrimos. Los ingenieros se han vuelto cada vez m¨¢s osados en la b¨²squeda del petr¨®leo; han perforado cada vez a mayor profundidad, considerando controlables las consecuencias potencialmente mortales de sus ¨¦xitos; algo como lo que hicieron con los cr¨¦ditos t¨®xicos los malabaristas financieros y los economistas matem¨¢ticos. La deprimente verdad es que el "riesgo residual" de las perforaciones a gran profundidad se basa en el desconocimiento. Si la tecnolog¨ªa de seguridad fracasa, BP calcula que pasar¨¢n de dos a cuatro a?os hasta que la totalidad del petr¨®leo termine verti¨¦ndose al mar.
Ante esta amenaza de cat¨¢strofe a largo plazo, que pone en peligro la seguridad de la poblaci¨®n estadounidense y la supervivencia pol¨ªtica del presidente Obama, este "declara la guerra" al enemigo negro abismal. Tambi¨¦n ¨¦l tiene ahora su propia guerra del Golfo, pero esta vez es el de M¨¦xico. De hecho, la cat¨¢strofe petrol¨ªfera presenta como Estado fallido a la mayor potencia militar y econ¨®mica mundial. Y Obama corre el riesgo de convertirse en presidente fallido. ?Qu¨¦ habr¨¢ de hacer el matador de dragones, el comandante en jefe? ?Mandar su flota de submarinos a torpedear la fuga de petr¨®leo? ?Enviar las tropas contra los ejecutivos de BP y contra "quienes est¨¦n tras ellos"? ?O quiz¨¢ deber¨ªa la "guerra contra el vertido de petr¨®leo" de Obama responsabilizar al Reino Unido como supuesto pa¨ªs de origen del catastr¨®fico "ataque" contra la poblaci¨®n estadounidense?
A todo esto, BP hab¨ªa anticipado hace mucho tiempo el destino globalizador. Al igual que la marca made in Germany se extiende a productos que son cualquier cosa menos hechos en Alemania, British Petroleum no es brit¨¢nica. La empresa se fusion¨® en 1998 con el gigante petrol¨ªfero estadounidense Amoco, y desterr¨® el adjetivo "brit¨¢nico", sustituy¨¦ndolo por la esperanzadora palabrita "beyond", de modo que desde entonces las siglas BP responden a Beyond Petroleum: m¨¢s all¨¢ del petr¨®leo. ?Es quiz¨¢ responsable de ese rebautizo la sabia anticipaci¨®n de su colapso catastr¨®fico? ?Con BP comienza el futuro sin petr¨®leo!
Es ahora cuando se evidencia que la pol¨ªtica interior mundial posibilita una nueva forma de irresponsabilidad organizada. Quien crea haber pillado in flagranti a British Petroleum (BP) acabar¨¢ d¨¢ndose cuenta de que estamos ante un conglomerado empresarial que tambi¨¦n pertenece a los estadounidenses, cuyas plataformas petrol¨ªferas han sido construidas por coreanos y cuyos impuestos se transfieren al Ministerio de Finanzas de la Confederaci¨®n Helv¨¦tica en Berna. (?"BP" tambi¨¦n son las siglas de "Bern Petroleum"!).
La tecnolog¨ªa de seguridad de los ingenieros se parece cada vez m¨¢s a aquel proverbial freno de bicicleta del avi¨®n intercontinental. Seg¨²n el Derecho Administrativo alem¨¢n, la cat¨¢strofe del reactor de Chern¨®bil no existi¨® porque, en virtud de la definici¨®n legal, solo las centrales nucleares alemanas pueden causar cat¨¢strofes alemanas. El Derecho estadounidense prev¨¦ para las cat¨¢strofes petrol¨ªferas una indemnizaci¨®n m¨¢xima de cinco millones de d¨®lares. En un primer momento, Barack Obama ha condenado a la empresa perpetradora al pago de 20.000 millones de d¨®lares. Sin embargo, ante la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica mundial, esta reconoce que es probable que el desastre cueste m¨¢s del doble solo en p¨¦rdidas econ¨®micas.
Una pol¨ªtica que de una vez por todas sea realista tiene que tener en cuenta la transformaci¨®n de las relaciones globales de poder. China, India, Brasil y los pa¨ªses africanos no apoyar¨¢n un planteamiento internacional que pretenda fijar l¨ªmites a su progreso econ¨®mico, y con raz¨®n.
?Representa la pol¨ªtica ambiental mundial un comercio de bulas global para los pecados del CO2, cuyas contradicciones llevar¨¢n -previsiblemente- a fracaso tras fracaso en las conferencias sobre el clima? ?O m¨¢s bien el arrojo de inventar una modernidad basada en la energ¨ªa solar e implantarla en un mundo en el que el bienestar ya no sea un pecado ecol¨®gico?
Obama lo ha anunciado solemnemente: "Ha llegado el momento de introducir energ¨ªas m¨¢s limpias". Aqu¨ª, y de este modo, podr¨ªa comenzar el asalto a la Bastilla Petroleum (BP). En el golfo de M¨¦xico quiz¨¢ haya sonado una hora decisiva de la historia de Estados Unidos. Obama podr¨ªa marcar con su impronta el futuro e introducir de hecho la nueva ¨¦poca: Beyond Petroleum, despu¨¦s del petr¨®leo.
Ulrich Beck es soci¨®logo, profesor em¨¦rito de la Universidad de M¨²nich y profesor de la London School of Economics. Traducci¨®n de Jes¨²s Albor¨¦s Rey
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