Malos augurios...
A las puertas de que el Parlament de Catalu?a decida sobre la desaparici¨®n o no de los festejos taurinos en esa Comunidad, la Monumental de Barcelona no cubri¨® ni la mitad de su aforo en corrida grande de domingo. ?Qu¨¦ pena...! Y eso que el cartel era de primeras figuras. ?Oh...! Y la ganader¨ªa, de esas benditas que tanto gustan a los toreros modernos: toretes de escasa presencia, muy blanditos, y nobles y buenos como un pedazo de pan. ?Y el p¨²blico? Bendito, facil¨®n, aplaudidor, generoso y desconocedor de las m¨¢s elementales normas que rigen este espect¨¢culo. Malos, muy malos augurios para el futuro. Porque el asunto no reside ya en el derecho de ir o no a los toros, que habr¨ªa de ser respetado siempre, sino en la calidad del espect¨¢culo, la que permite que persista una afici¨®n exigente y duradera. Y lo que parece claro es que la afici¨®n catalana ha huido de las plazas; y sus razones tendr¨¢, aunque los taurinos prefieran culpar s¨®lo a los pol¨ªticos.
Lorenzo / Ponce, Mar¨ªn, Cayetano
Toros de Carmen Lorenzo y San Mateo -devueltos segundo y tercero-, mal presentados, muy blandos y nobles; destac¨® por su calidad el primero. Sobreros de C. Lorenzo y Yerbabuena, noble el primero e inv¨¢lido el otro.
Enrique Ponce: media -aviso- y dos descabellos (ovaci¨®n); dos pinchazos -aviso- y media (ovaci¨®n).
Seraf¨ªn Mar¨ªn: casi entera ca¨ªda -aviso-, cuatro descabellos -segundo aviso- y un descabello (ovaci¨®n); -aviso- casi entera (oreja).
Cayetano: estocada (silencio); estocada ca¨ªda -aviso- (oreja).
Plaza Monumental. Barcelona, 4 de julio. Algo menos de media entrada.
De todos estos asuntos habr¨ªa que preguntarle a la terna de ayer. Si acaso creen, que todo puede ser, si con ese tipo de corridas se ofrece alguna raz¨®n de peso para que la tauromaquia vuelva a renacer en esta tierra.
Ser¨ªa interesante y mucho conocer la opini¨®n de Enrique Ponce, que se las vio, en primer lugar, con un novillote de calidad suprema, que cumpli¨® en varas, aguant¨® un quite de Mar¨ªn por ce?idas gaoneras, acudi¨® alegre en banderillas y embisti¨® repetidamente en el ¨²ltimo tercio con fijeza y recorrido, aunque le falt¨® codicia y m¨¢s fortaleza. Tore¨® bien Ponce, esa es la verdad, con esa elegancia tan personal, no exenta de frialdad. Tore¨® bonito, pero sin alma, quiz¨¢ porque, a estas alturas, le apetezca m¨¢s emular a un bailar¨ªn que a un torero con empaque. El cuarto fue un inv¨¢lido y por all¨ª anduvo el torero intentado justificar lo injustificable.
Menos elegante es el catal¨¢n Seraf¨ªn Mar¨ªn, que entr¨® como sustituto del lesionado Perera, y se esforz¨® por hacer honor a la confianza recibida. Derroch¨® decisi¨®n y ganas en ambos toros, y algunos pasajes fueron realmente meritorios. Su primero derrotaba al final de cada muletazo y no le permiti¨® limpieza, aunque emocion¨® m¨¢s que su compa?ero Ponce. El quinto lleg¨® a la muleta completamente lisiado, pero no se arredr¨® Mar¨ªn y divirti¨® a sus paisanos. Toda su labor tuvo un pero: fue larga, muy larga. Vamos, que estuvo muy pesado.
Y queda Cayetano. Tullido y moribundo fue el sobrero de Yerbabuena y el torero pas¨® in¨¦dito. El sexto, otro amuermado, aunque de mejor presencia, lo brind¨® al respetable, lo cit¨® por ambas manos y no lleg¨® a acoplarse con ninguna. El animal se defend¨ªa y el torero no se encontr¨® a gusto. Incluso, lleg¨® a caerse en la cara del toro, sin consecuencias. Y, encima, le concedieron una oreja. De pena. Pues, eso: malos, muy malos augurios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.