Arte para cuestionar el capitalismo
Cuatro artistas parodian con sus obras en el Matadero el sistema del G-20
Como la convenci¨®n de los grandes l¨ªderes mundiales, pero mucho m¨¢s modesta. Y tambi¨¦n m¨¢s participativa. Psychoeconomy! es una reuni¨®n que supone una peque?a burla al G-20. Los artistas Daniel Garc¨ªa And¨²jar (Barcelona), Fran Ilich (M¨¦xico), Gustavo Romano (Argentina) y Georg Zoche (Austria) han convocado una reuni¨®n internacional en el centro cultural Matadero de Madrid, como cierre de la sexta edici¨®n de Madrid Abierto. Este particular G-4 re¨²ne a creadores que buscan con sus proyectos -o, como ellos las llaman, "corporaciones"- cuestionar el sistema a base de recrearlo, pero de forma que quede irreconocible. Bancos que no manejan dinero o Estados ficticios son ejemplos que estos creadores comentaban ayer, pocas horas antes de presentar el encuentro.
Romano: "Se trata de reflexionar sobre la relaci¨®n entre tiempo y trabajo"
Garc¨ªa And¨²jar: "Influimos m¨¢s como consumidores que como votantes"
"Del G-20 no pod¨ªa salir nada claro porque han hablado de temas que en realidad no quieren debatir. As¨ª no se puede encontrar una salida a la crisis", opina Romano. ?l organiza esta cita y se responsabiliza del Time Notes House, el banco de tiempo. En sus oficinas, la gente invierte el tiempo que ha perdido "contra su voluntad". Todo es simb¨®lico, claro. En Internet, el usuario rellena un formulario en el que explica qu¨¦ intervalo de su vida ha malgastado y se lo devuelven en forma de billetes o una curiosa tarjeta, para que reinvierta esas horas en lo que realmente quiere.
"Se trata de hacer reflexionar sobre la relaci¨®n entre tiempo y trabajo", explica Romano, el organizador del evento y responsable de esta iniciativa que cuenta con "sucursales" en nueve ciudades. No ha dudado en convertirse en hombre anuncio en alguna ocasi¨®n, para atender las peticiones de los "clientes": con motivos de lo m¨¢s variado, desde "30 minutos en la cola de la peluquer¨ªa" a "16 a?os no siendo honesto acerca de mi sexualidad".
El objetivo de la reuni¨®n es realizar una declaraci¨®n conjunta, que se redacta a puerta cerrada. Ayer presentaron el proyecto. "Hasta nos hacemos la foto oficial. Imitamos las formas para cuestionar el modelo. Por eso tomamos el concepto de empresas, pero d¨¢ndole la vuelta", aclara Romano. A su lado, Garc¨ªa And¨²jar, art¨ªfice de Technologies to the people, explica que habr¨¢ un debate abierto despu¨¦s de leer las conclusiones. La cita es hoy a las 19.00. Ah¨ª es cuando se puede participar en esta parodia de la cumbre que ha reunido a los principales l¨ªderes mundiales en Toronto. "Esperemos que aqu¨ª no tengamos enfrentamientos con la polic¨ªa", bromean.
Para sacar algo en claro, los tres coinciden en la necesidad de replantearse el significado de t¨¦rminos como "arte" y "pol¨ªtica". Romano los usa con precauci¨®n, matiz¨¢ndolos siempre que puede. Garc¨ªa And¨²jar relaciona ambos conceptos: "Toda obra de arte es pol¨ªtica, hasta comprar. Tenemos mucha m¨¢s influencia como consumidores que como votantes". ?Entienden ese mensaje todos los que interact¨²an con su trabajo? "Hay muy diferentes interpretaciones, depende del contexto cultural del sitio en el que expones. Por ejemplo, en China, compruebas que no comparten el concepto occidental de propiedad. Ven el copyright como algo exterior e impuesto", a?ade.
Fran Ilich es el ¨²nico que se define ideol¨®gicamente. "Dir¨ªa que soy mao¨ªsta virtual, porque centralizamos el asunto financiero y trabajamos colectivamente". Se refiere a Space Bank, una entidad que consigue dinero en la Bolsa de valores mexicana para "purificarlo" en causas como el "ma¨ªz zapatista". Hoy llega a Espa?a George Zoche, que hablar¨¢ de Transnacional Republic, un Estado creado en la red y sin fronteras. Los cuatro tendr¨¢n unas horas para ponerse de acuerdo y ofrecer una reflexi¨®n interesante que no convierta el Matadero en un nuevo Toronto.
El proyecto de And¨²jar Technology to the people aprovecha Internet para hacer interactuar al usuario con exhaustivos test o tiendas que realmente no existen. Todo para demostrar que la red ya est¨¢ perfectamente integrada en el sistema. "Ya que hemos perdido el espacio material. No deber¨ªamos hacer lo mismo con el virtual. En Facebook, en cuanto te sales de lo que ¨¦l considera correcto te expulsa sin miramientos", se?ala.
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