Condenado un juez por su "brutal crueldad" contra una funcionaria
El juez Rafael Ceres someti¨® a un humillante y pornogr¨¢fico acoso a una funcionaria durante dos a?os antes de jubilarse. En una ocasi¨®n le propin¨® latigazos; frecuentemente, dejaba soeces mensajes de tel¨¦fono y con asiduidad la someti¨® a otros episodios de violencia que la conviertieron en una v¨ªctima de "abuso f¨ªsico, sexual y ps¨ªquico".
El Juzgado de lo Penal n¨²mero 9 de Sevilla ha condenado al magistrado a 23 meses de prisi¨®n por un delito de malos tratos ps¨ªquicos habituales y otro de lesiones ps¨ªquicas. Ceres no ir¨¢ a la c¨¢rcel, tras pagar 50.000 euros y alcanzar un acuerdo las partes, para as¨ª no prolongar el sufrimiento de la mujer, que ya ha revivido el recuerdo del maltrato durante cuatro a?os de proceso.
La sentencia recoge c¨®mo Ceres someti¨® a su ex pareja, oficial en otro juzgado, durante su relaci¨®n extramatrimonial entre 2004 y 2006: "Le propuso como prueba de amor que se bebiera su orina (...) le hac¨ªa continuos reproches por la virginidad perdida, llegando incluso a plantearse la reconstrucci¨®n del himen para complacerlo (...) la llamaba puta y oficialucha de mierda (...) manteniendo un comportamiento contradictorio que la desorientaba". El juez, ex titular del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 14, solicit¨® el retiro voluntario en octubre de 2007 tras la denuncia de su ex pareja.
A pesar de que un procedimiento abreviado como este suele durar un a?o, en esta ocasi¨®n se prolong¨® durante cuatro a?os por los interminables recursos. La v¨ªctima debi¨® pedir el traslado a Granada y estuvo 14 meses de baja. Un estudio psicol¨®gico dictamin¨® "trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico, tipo cr¨®nico y trastorno depresivo mayor", que hizo a la mujer medicarse.
A pesar de las innumerables vejaciones y amenazas, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 que instruy¨® el caso y la fiscal¨ªa sevillana consideraron inicialmente que el maltrato s¨®lo constitu¨ªa una falta. Pero la Audiencia Provincial estim¨® que la "brutal crueldad" ten¨ªa entidad de delito: "No puede hablarse de una simple vejaci¨®n venial, sino de una violencia ps¨ªquica habitual, porque tales invectivas reiteradas alteran gravemente la salud y bienestar ps¨ªquico de cualquier persona". La tortuosa relaci¨®n se bas¨® en un maltrato continuado del juez. "El acusado, con un cintur¨®n, le propin¨® cuatro o cinco latigazos, provoc¨¢ndole lesiones". E juez se arrepinti¨®, por lo que la v¨ªctima no le denunci¨®. A finales de ese a?o, Ceres "sospech¨® que ella pudiera estar embarazada, increp¨¢ndole y dici¨¦ndole que era una forma asquerosa de pillar a un hombre, golpe¨¢ndole varias veces en el vientre con el pu?o, sin que le causara lesi¨®n". Con la relaci¨®n concluida, "se present¨® en su casa, tumb¨¢ndola en la cama, le puso una almohada en la cara, inici¨¢ndose un fuerte forcejeo que le provoc¨® un v¨®mito".
El decanato no recibi¨® quejas por sus decisiones. "Era un tipo gris. No ven¨ªa a las juntas de jueces", destaca un magistrado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.