Viaje al cielo de Pipilotti Rist
La videoartista suiza llena la Fundaci¨®n Mir¨® de sensaciones de buen rollo
Decir que una exposici¨®n inspira buen rollo puede parecer poco serio, cierto, pero es lo primero que viene a la cabeza para definir la explosi¨®n de colores, sonidos y sensaciones de bienestar que provoca el trabajo de Pipilotti Rist (Grabs, Suiza, 1962), una de las mejores artistas de su generaci¨®n. Es honesta y seria en su manera de trabajar, y sus obras, bellas y espectaculares, no eluden las aristas de una vida a la que ella, de forma militante, busca el lado bueno, con lo que consigue provocar emoci¨®n y reflexi¨®n sin renunciar a la sonrisa.
En la Fundaci¨®n Mir¨® pueden verse ahora 10 de sus ¨²ltimas instalaciones, dos de ellas realizadas ex profeso para Partit amist¨®s-sentiments electr¨°nics, exposici¨®n con la que Rist corresponde al Premio Joan Mir¨® que la entidad le concedi¨® el a?o pasado en colaboraci¨®n con Caixa Girona, en cuyo centro cultural hoy se inauguran otras tres instalaciones.
"La relajaci¨®n ayuda a la reflexi¨®n", comenta la artista
Una de las obras nuevas, Tiempo libre, consiste en proyecciones sobre cortinas transl¨²cidas en las que, junto a signos abstractos, pueden leerse frases como "la teva suor fa bona olor" o ver el baile de una bater¨ªa de afirmaciones: "s¨ª, s¨ª, s¨ª, s¨ª, s¨ª". Para Martina Mill¨¤, comisaria de la exposici¨®n, "es como un t¨²nel de lavado que elimina la energ¨ªa negativa y permite que el visitante se relaje y pueda tener otras experiencias de la obra del arte". Buena met¨¢fora.
La otra pieza in¨¦dita es su peculiar homenaje a Joan Mir¨®. Consiste en dos proyecciones sobre Femme, una escultura del artista de 1968 a cuya textura rugosa Rist le saca colores imposibles y, lo m¨¢s sorprendente, transforma en un ser espectral gracias a la aureola de luz que otorga a la sombra reflejada en la pared. Esta obra, titulada Doble llum, se incorporar¨¢ a la colecci¨®n de la fundaci¨®n gracias a una donaci¨®n de Han Nefkens, una rara avis del coleccionismo que lleva a?os produciendo obras de artistas que le interesan para que despu¨¦s puedan ser disfrutadas por todos en algun centro p¨²blico. Est¨¢ afincado en Barcelona desde hace dos a?os y esta es su primera colaboraci¨®n con un museo de la ciudad, aunque afortunadamente asegura que no ser¨¢ la ¨²ltima.
Pero, m¨¢s all¨¢ de lo nuevo, lo que resulta un aut¨¦ntico placer es reencontrarse con algunas de las obras m¨¢s celebradas de Rist. Como la hipn¨®tica Sip my ocean, una pieza de 1996 con caleidosc¨®picas im¨¢genes submarinas en las que una mujer (que en su trabajo refleja al ser humano en toda su tierna sensualidad carnal) bucea hacia el fondo de nuestra mente en dos enormes pantallas que ocupan toda la pared. Mientras se observa la obra tumbado en la mullida moqueta del suelo sembrada de cojines, suena una sobrecogedora versi¨®n de Wicked game, de Chris Isaak, cantado por la propia Rist y Anders Guggisberg, su colaborador musical en gran parte de las videoinstalaciones.
Once a?os m¨¢s tarde realiz¨® una pieza de tem¨¢tica tambi¨¦n acu¨¢tica que ella considera "hermana" de la anterior. La diferencia es que en Gravedad, s¨¦ mi amiga las pantallas est¨¢n en el techo y el p¨²blico debe tenderse sobre la alfombra para volar a su universo. "Me interesa analizar las posturas corporales y el efecto que este relajamiento puede tener en la actividad cerebral; la relajaci¨®n ayuda a la reflexi¨®n", comenta siempre amable Rist, que en A la belle ¨¦toile sit¨²a las proyecciones en el suelo y en L¨®bulo pulmonar, versi¨®n art¨ªstica del filme Pepperminta -que a¨²n no ha podido estrenarse en Espa?a, ?l¨¢stima!-, utiliza tres gigantescas pantallas que inundan todo el espacio.
Aunque hay algunas piezas peque?as -como El m¨®vil de Gina, en la que proyecta sobre una gran gota de plexigl¨¢s extra?as y po¨¦ticas im¨¢genes de un travelling por una vulva-, en la exposici¨®n predominan las grandes videoinstalaciones, algo que permite al visitante sentirse realmente en otro mundo. "La meta final es conseguir llegar a la tranquilidad", dice esta artista de coraz¨®n libertario. "Los seres humanos somos complicados y f¨¢ciles de herir, necesitamos aprender a relativizar las cosas para sentirnos mejor". Va en serio, no se pierdan este viaje al cielo de Pipilotti Rist.
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