En la educaci¨®n est¨¢ la salida

Parece que aqu¨ª s¨ª pod¨ªa ocurrir, que en la tierra de los grandes eventos pod¨ªa quebrar ese modelo de crecimiento que, de manera suicida, ven¨ªa combinando: baja productividad, poca innovaci¨®n, especializaci¨®n en sectores de escaso valor a?adido, enorme dimensi¨®n de la econom¨ªa especulativa y un mercado laboral insaciable con la mano de obra poco cualificada y poco dispuesto a valorar adecuadamente el m¨¦rito y el talento.

Parece, igualmente, que esta quiebra ha contribuido a hacer visible la peligrosa ineficacia de la educaci¨®n valenciana: casi un 40% de fracaso escolar (los resultados de la evaluaci¨®n diagn¨®stica de 4? de Primaria son una mera muestra), m¨¢s del 33% de abandono educativo temprano, y una poblaci¨®n activa extraordinariamente vulnerable ante crisis como la presente.

En 2020 los empleos con alta cualificaci¨®n ser¨¢n el 30% del total y los de cualificaci¨®n media, el 50%

Sin embargo, no parece que vayamos a ser consecuentes con las palabras de H?lderlig, "la crisis puede ser la salvaci¨®n", ni que, en medio de esta crisis de perfiles novedosos, nos dispongamos a centrar nuestros esfuerzos en prepararnos convenientemente para el per¨ªodo inmediatamente posterior, con el fin de crear expectativas positivas que alimenten la recuperaci¨®n. Para ello, bastar¨ªa que la educaci¨®n valenciana fuera pilotada decididamente con un objetivo claro: corregir las deficiencias de la misma y mejorar de manera urgente sus resultados, invirtiendo en ella lo que fuere menester y haciendo las paces con la comunidad escolar.

No en vano, sabemos que Finlandia sali¨® de la crisis de los 90 gracias a la formaci¨®n de sus trabajadores y a la inversi¨®n en innovaci¨®n y tecnolog¨ªa, conformando un sistema educativo que ha fortalecido su econom¨ªa y que le permite afrontar la crisis con mayor ventaja competitiva. Incluso, sabemos de las recientes palabras de la ministra alemana Cornelia Pieper, "no hay crisis que valga, en educaci¨®n hay que invertir".

Adem¨¢s, acabamos de conocer el Plan de Acci¨®n 2010-11 en materia educativa, dotado con 590 millones de euros para 2011, presentado por el ministro Gabilondo ("hay que situar la educaci¨®n en el coraz¨®n de la econom¨ªa"), y que la UE ha incluido a la Educaci¨®n como uno de los cinco objetivos prioritarios para conseguir una salida sostenible de la crisis y para el cambio de modelo que se ha de producir en la pr¨®xima d¨¦cada en todos los pa¨ªses miembros.

Por consiguiente, buscar una salida sostenible de la crisis de la econom¨ªa valenciana nos obliga a reducir nuestro fracaso escolar desde el 38% (2008) a menos del 10% (2020), a rebajar el abandono temprano de nuestros escolares desde el 33,3% (2008) a menos del 10% (2020), a elevar el porcentaje de j¨®venes valencianos (25-34 a?os), que ha finalizado al menos sus estudios de Secundaria Postobligatoria, desde el 65,5% (2008) hasta superar el 85% (2020) y a mejorar su nivel de formaci¨®n en las competencias clave para la sociedad del conocimiento.

Sin embargo, los medios de comunicaci¨®n vienen haci¨¦ndose eco de medidas recientes que parecen evidenciar que la educaci¨®n valenciana se desenvuelve de espaldas a esos objetivos, o, en todo caso, al margen de la consecuci¨®n de los mismos. Es cierto que el n¨²mero medio de alumnos por profesor en los institutos valencianos es de 8,4 (2008), algo mejor que la media espa?ola, un 9,1, y que ese generoso indicador no parece haber tenido efectos muy positivos, vistos los tristes logros de nuestro sistema escolar. Pero, ?es veros¨ªmil que el recorte de profesores que parece perpetrarse para el curso pr¨®ximo (v¨ªa reducci¨®n de grupos, elevaci¨®n de ratios, recortes en los programas destinados a combatir el fracaso escolar y regateo en el tiempo necesario para las funciones directivas) pueda tener alg¨²n efecto positivo en la necesaria y urgente mejora de los resultados de la educaci¨®n valenciana?

Tambi¨¦n es cierto que en los ¨²ltimos a?os se ha universalizado la accesibilidad a los estudios de Secundaria Postobligatoria, aunque la tasa neta de escolarizaci¨®n entre los 18 y 20 a?os se ha mantenido en unos exiguos 59,1% y 42,5%, respectivamente. Pero, ?dificultar dicha accesibilidad (rebajando la oferta de plazas escolares en cualificaciones profesionales ampliamente solicitadas y de alto valor estrat¨¦gico) va a permitir disminuir el frustrante abandono escolar prematuro de nuestros j¨®venes y elevar sus niveles formativos?

Termino. Si, como concluyen los informes de los organismos europeos, en el horizonte del 2020, los empleos con requerimientos elevados de cualificaci¨®n pasar¨¢n a ocupar pr¨¢cticamente un 30% del total de la ocupaci¨®n, y un 50% los de cualificaci¨®n media, ?qui¨¦n se responsabilizar¨¢ ante la sociedad valenciana de la lamentable capacidad de su sistema educativo para preparar adecuadamente a nuestros j¨®venes?

Vicente D¨ªaz es presidente de la asociaci¨®n de inspectores Adide.