El ¨²ltimo golpe de El Vaquilla
La Casa Encendida explora el mito del delincuente juvenil de los ochenta
"Macarra de ce?ido pantal¨®n / Pandillero tatuado y suburbial /.../ Te lo montas de guapo y de mat¨®n / De golfo y de ladr¨®n / Y de darle al canuto cantidad / A¨²n no tienes a?os pa votar / Y ya pasas del rollo de vivir...". Era 1980 y Joaqu¨ªn Sabina dedicaba su canci¨®n Qu¨¦ demasiao a Jos¨¦ Joaqu¨ªn S¨¢nchez Frutos, m¨¢s conocido como El Jaro, uno de los delincuentes juveniles m¨¢s conocidos de los setenta. Hab¨ªa muerto un a?o antes, a los 16 a?os, del tiro que le propin¨® un ciudadano que presenci¨® desde su ventana c¨®mo atracaba a un vecino. El Jaro muri¨® con categor¨ªa de mito de la marginalidad y encarn¨®, con El Vaquilla, el estereotipo del delincuente juvenil que en los setenta y los ochenta protagoniz¨® las p¨¢ginas de sucesos de la prensa de la ¨¦poca. El cine tambi¨¦n se ocup¨® de ellos, hasta el punto de dar nombre a un g¨¦nero. Hasta el 29 de agosto se puede revisitar en La Casa Encendida la figura del quinqui, su mitificaci¨®n y estetizaci¨®n desde el cine y los medios de comunicaci¨®n en la exposici¨®n Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle.
La muestra, explican sus comisarias, Amanda y Mery Cuesta, se articula en dos partes. Una de ellas, que se abre al p¨²blico con un c¨®mic mural de Gallardo, recrea el aspecto m¨¢s "l¨²dico" de la figura del quinqui y c¨®mo la prensa lo acaba por convertir en un icono de la cultura popular, cuyos atracos, persecuciones, detenciones y entradas y salidas de la c¨¢rcel fueron seguidas al segundo por una prensa que los convirti¨® en estrellas medi¨¢ticas.
Aunque el gran art¨ªfice de la construcci¨®n del estereotipo quinqui fue el cine. "Esta exposici¨®n explica el cine de delincuencia juvenil, en total unas 30 pel¨ªculas que se realizaron entre 1978 y 1985", explicaba el pasado mi¨¦rcoles Mery Cuesta. Eloy de la Iglesia firm¨® el biopic de El Jaro, Navajeros (1980), mientras Jos¨¦ Antonio de la Loma hizo lo propio con El Vaquilla en Perros callejeros (1977). Filmes que crearon quinqui-stars como ?ngel Fern¨¢ndez Franco, alias El Torete, que encarn¨® a El Vaquilla, o Jos¨¦ Luis Manzano, que se meti¨® en la piel de El Jaro. Ambos, como la mayor¨ªa de los protagonistas del cine quinqui, eran aut¨¦nticos delincuentes que interpretaron ante las c¨¢maras su vida cotidiana. Los filmes son tan crudos que se convirtieron en aut¨¦nticas escuelas de delincuencia: "El Jaro confes¨® que empez¨® a hacer tirones despu¨¦s de ver Perros callejeros", apunta Mery Cuesta. T¨ªtulos como Deprisa, deprisa, Colegas, El Pico 2, De tripas coraz¨®n, La patria de El Rata, 27 horas o Maravillas retrataron con precisi¨®n antropol¨®gica una amarga realidad de paro, marginalidad, violencia extrema y hero¨ªna, la pandemia de los ochenta. "El mito del quinqui provoca ambivalencia porque pivota entre la fascinaci¨®n y la repulsa: por un lado comet¨ªa actos extremos; por otra se reconoc¨ªa que en barrios sin servicios, sin escuelas, con paro, eran una generaci¨®n sin horizonte y su escapatoria fue desarrollar una actitud antisocial y evasiva a trav¨¦s de la droga", se?ala Amanda Cuesta.
Por eso la segunda parte de la exposici¨®n se centra en el contexto social que fue caldo de cultivo de la delincuencia juvenil de los setenta y ochenta. Barriadas como San Blas en Madrid, Otxarkoaga en Bilbao o La Mina en Barcelona se convirtieron en guetos asolados por el paro y la droga. Algunas estad¨ªsticas ilustran la negrura del paisaje: en 1983 hab¨ªa 2,2 millones de parados en Espa?a y solo un 27% percib¨ªa subsidio de desempleo; cerca del 60% era menor de 25 a?os y buscaba su primer trabajo. En 1975 el 25% de los adolescentes de m¨¢s de 14 a?os estaba fuera del sistema educativo, mientras que la edad laboral m¨ªnima se situ¨® en 16 a?os. Conclusi¨®n, la calle se convirti¨® en la ¨²nica salida en muchos casos y las c¨¢rceles se llenaron de ni?os: en 1981 hab¨ªa 47.802 menores de 14 a?os en 515 centros penitenciarios. No es de extra?ar que la exposici¨®n se cierre con una proyecci¨®n de los obituarios de muchos de ellos que aparecieron en la prensa.
Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle. La Casa Encendida. Entrada libre, de lunes a domingo, de 10.00 a 22.00. Ciclo Cine quinqui, mi¨¦rcoles de julio y agosto (consultar programaci¨®n en www.lacasaencendida.es).
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