Cuando lo dem¨¢s resulta ajeno
Una vez al a?o. Solo una vez al a?o como m¨¢ximo. Y no suele corresponder con las fiestas patronales, tal como podr¨ªa suponerse. Una vez de tanto en tanto, Barcelona recupera su mentalidad de ciudad peque?a, de pueblo en fiestas, y en un entorno mental casi rural celebra las cosas sencillas apelando al baile. No, no es una verbena, pero se le parece. Se trata de un concierto de Els Pets. Toc¨® la noche del jueves, y Barcelona se hizo pueblo en el Poble Espanyol.
La fiesta comenz¨® con Els Amics de les Arts, grupo cuya popularidad se ha disparado en los ¨²ltimos meses. En un gesto de complicidad, Llu¨ªs Gavald¨¤ sali¨® con ellos a cantar Reikiavik, mientras que ellos hicieron lo propio con Els Pets en el tema Agost. Buena vecindad entre dos bandas separadas por una generaci¨®n que comparten una parte de su p¨²blico.
ELS PETS
Actuaci¨®n previa de Els Amics de les Arts. Poble Espanyol. Barcelona, 9 de julio.
Este pudo comprobar una vez m¨¢s que hay dos Pets. Unos son esos cuarentones de sentimientos agridulces, canciones lentas y medios tiempos mel¨®dicamente irreprochables. V¨¦ase Agost o Millor sin ir m¨¢s lejos. Son juiciosos y prudentes, "llevamos tantos a?os siendo considerados maduros que nos vamos a pudrir", ironiz¨® Gavald¨¤. Otros son esos Pets de siempre, alegres y divertidos, id¨®neos para una fiesta mayor. Claro est¨¢, en las grandes ocasiones como la del jueves mandan los segundos. Es entonces cuando el concierto no se ha de ver en el escenario, sino all¨ª donde se encuentra el p¨²blico, porque es donde se palpa lo que la m¨²sica significa para las personas.
Las hab¨ªa de todo tipo. Entradas en los 30 que quer¨ªan recordar c¨®mo eran cuando Els Pets amenizaban su adolescencia; ni?os que eran introducidos en los rituales del concierto veraniego por sus padres; j¨®venes que no hab¨ªan nacido cuando Els Pets se inventaron lo del rock rural. Sin embargo, la estampa m¨¢s bella la protagonizaban las parejas de todo tipo, como corresponde a una sociedad madura. Era enternecedor verlas haci¨¦ndose arrumacos cuando sonaban piezas como Al seient del costat. Era f¨¢cil pensar en un mundo hermoso.
Luego estaba la exaltaci¨®n de la alegr¨ªa con los temas infalibles de esa banda que tras muchos a?os de trayectoria es capaz de tener juego para dos manos. Una estona de cel, S'ha acabat, Domesticada, Jo vull ser rei y Massa jove per fer-me gran fueron alguna de esas canciones para soltarse. Era de noche, hac¨ªa calor y tocaba la banda que ha acompa?ado la vida de quienes all¨ª estaban. Lo dem¨¢s, todo lo dem¨¢s, result¨® ajeno.
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