Invitaci¨®n militar a la reflexi¨®n y a la concordia
El Museo del Ej¨¦rcito, trasladado desde Madrid, abre sus puertas en Toledo
La historia militar de Espa?a cuenta ya con un escaparate singular para mostrar al p¨²blico su relato. Y lo hace de una manera que invita a la reflexi¨®n y a la concordia, tras una controversia que ha durado una d¨¦cada. Se trata del flamante Museo del Ej¨¦rcito, trasladado pieza a pieza desde Madrid hasta la nueva instituci¨®n estatal y de ¨¢mbito nacional, que abrir¨¢ sus puertas en el Alc¨¢zar de Toledo el pr¨®ximo 20 de julio previa inauguraci¨®n oficial por el Pr¨ªncipe de Asturias un d¨ªa antes.
Culmina as¨ª la adaptaci¨®n de la fortaleza que domina la ciudad del Tajo con el estreno de 28.900 metros cuadrados distribuidos en un nuevo edificio de accesos para talleres de restauraci¨®n, almacenes, administraci¨®n y exposiciones temporales y despu¨¦s de proveerse de los ricos fondos enviados a Toledo durante un a?o y medio desde el a?ejo palacio del Buen Retiro de Madrid, donde estuvo alojado entre 1873 y 2005. Otros fondos provienen de diferentes museos.
Dentro del Alc¨¢zar, la colecci¨®n se reparte por 28.900 metros cuadrados
Se exhiben las ruinas romanas, visigodas y ¨¢rabes de la cimentaci¨®n
Estas piezas se expondr¨¢n en la colecci¨®n permanente, desplegada a lo largo de dos amplias plantas del edificio hist¨®rico, rehabilitado para la ocasi¨®n, con g¨¢libos y anchuras de hasta cinco y siete metros, respectivamente. El p¨²blico podr¨¢ contemplar en 20 salas, siete de ellas de discurso hist¨®rico y 13 tem¨¢ticas, 6.500 piezas de alto valor hist¨®rico y art¨ªstico: armas blancas y de fuego, largas y cortas; piezas de artiller¨ªa, algunas medievales, de hasta cinco toneladas de peso, en un conjunto que compone -a juicio de los expertos- la mejor colecci¨®n artillera del mundo y que ha requerido dise?os espec¨ªficos de soportes del arquitecto Gin¨¦s S¨¢nchez Hevia; banderas veteranas de los Tercios de Flandes en el siglo XVII -hoy fr¨¢giles como alas de mariposa pero "restauradas a conciencia", seg¨²n sus conservadoras-, hasta ense?as carlistas, pasando por las de ambos bandos, franquista y republicano, de la Guerra Civil.
En una sala especialmente adaptada se exhiben armaduras medievales y modernas de la deslumbrante colecci¨®n de la casa ducal de Medinaceli, una de las m¨¢s completas de Europa; maquetas, condecoraciones, uniformes, textiles suntuarios, fotograf¨ªas y miniaturas, adem¨¢s de fondos etnogr¨¢ficos acopiados durante expediciones intercontinentales, configuran un enjundioso repertorio complementado con paneles interactivos y t¨¢ctiles dise?ados por Nacho Vicens y Manuel Estrada. De esta manera, se simulan episodios b¨¦licos como el desembarco de Alhucemas, en 1925. Todo el conjunto mostrado, amenizado con filmaciones y m¨²sica hist¨®rica e himnos, da sint¨¦tica noticia de la evoluci¨®n de los ej¨¦rcitos en Espa?a desde el siglo XV hasta nuestros d¨ªas, bajo la supervisi¨®n de la Real Academia de la Historia y de comit¨¦s cient¨ªficos.
El relato que el nuevo museo propone se caracteriza por una muy abundante informaci¨®n dispuesta para ofrecer al visitante una narraci¨®n que, a juicio del director del Museo del Ej¨¦rcito, general de Brigada Antonio Izquierdo Garc¨ªa, "busca la objetividad" y se caracteriza por una intencionalidad expositiva "sustancialmente hist¨®rica". No se eluden vicisitudes problem¨¢ticas como la dictadura de Francisco Franco -cuya m¨¢scara funeraria esculpida por Santiago de Santiago en 1975 se expone en una vitrina-, ni referencias al levantamiento en armas de 10.000 espa?oles contra el franquismo entre 1942 y 1953 "en l¨ªnea con la tradici¨®n guerrillera espa?ola", como reza una cartela sobre el maquis.
Los arquitectos Dionisio Hern¨¢ndez Gil, Francisco Fern¨¢ndez Longoria y Javier Macua y Ramos rehabilitaron dos plantas del edificio toledano ideado en clave renacentista por Luis de Vega y Alonso de Covarrubias para Carlos V en el siglo XVI. Aunque la mole fortificada fue construida sobre cimentaciones preexistentes desde el reinado de los Trast¨¢maras, de la etapa de la dominaci¨®n ¨¢rabe, la era visigoda y la romana. Estos vestigios, que afloraron durante la excavaci¨®n previa al comienzo de las obras del nuevo edificio y que fueron estudiados por el arque¨®logo Juan Zozaya, han quedado integrados en 2.100 metros cuadrados de superficie expositiva, que se muestra al p¨²blico nada m¨¢s franquear el acceso, aderezado con un ajardinamiento externo construido ex novo, as¨ª como varios planos aterrazados.
El monto del traslado de fondos, el nuevo edificio y la rehabilitaci¨®n del antiguo se anunci¨® que se elevar¨ªa a 60,1 millones de euros en 2004, cifra aportada por los ministerios de Cultura y Defensa. Once millones m¨¢s se agregaron 2009. Su plantilla ser¨¢ de 157 personas.
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