El mundo condena la lapidaci¨®n en Ir¨¢n
La campa?a para salvar a Sakineh Ashtiani pone en aprietos al r¨¦gimen de Teher¨¢n - Cinco personas han sido ejecutadas por adulterio desde 2002, pese al pacto con la UE
La vida de Sakineh Ashtiani, una iran¨ª de 43 a?os acusada de adulterio, pende de un hilo. Pese a que la Embajada de Ir¨¢n en Londres asegur¨® que no ser¨ªa lapidada, Teher¨¢n no confirm¨® ayer esta informaci¨®n. La comunidad internacional clama contra esta pr¨¢ctica b¨¢rbara recogida en el C¨®digo Penal iran¨ª. A pesar de la moratoria en la aplicaci¨®n de la lapidaci¨®n de los ad¨²lteros acordada con la Uni¨®n Europa en 2002 se han ejecutado, desde entonces, al menos a cinco personas. Los activistas de derechos humanos denuncian el frecuente recurso de Ir¨¢n a la pena de muerte, incluso para los homosexuales y quienes delinquen siendo menores.
En la primera declaraci¨®n p¨²blica del Gobierno iran¨ª sobre el caso de Ashtiani, su embajada en Londres emiti¨® un comunicado en el que negaba "las falsas noticias aireadas al respecto" y aseguraba que "seg¨²n informaci¨®n de las autoridades judiciales relevantes, no ser¨¢ lapidada". La mujer, de 43 a?os, fue condenada a 99 latigazos por "relaci¨®n il¨ªcita" con el presunto asesino de su marido en 2006. Sin embargo, durante el juicio contra este, el juez decidi¨® reabrir el caso y, a pesar de carecer de testigos, concluy¨® que dicha relaci¨®n se hab¨ªa producido en vida del finado lo que constitu¨ªa "adulterio" y dictamin¨® el apedreamiento.
Ni los hijos ni el abogado de la mujer saben si se aplicar¨¢ la sentencia
Ni su denuncia de que hab¨ªa sido coaccionada para que confesara el delito, ni su solicitud de perd¨®n, ni las peticiones de clemencia de sus dos hijos, han conmovido a las autoridades. Sajad, de 22 a?os, y Farideh, de 17, han proclamado en todo momento la inocencia de su madre, un paso tan inusual como valiente, ya que la mayor¨ªa de las familias suelen dar la espalda a las mujeres acusadas de adulterio en aras de un trasnochado sentido del honor. Agotadas todas las v¨ªas jur¨ªdicas, ambos y su abogado, Mohammad Mostafaei, recurrieron a las organizaciones de derechos humanos que lanzaron una campa?a internacional para salvar a Ashtiani.
Fue esa movilizaci¨®n, y el anuncio de manifestaciones ante las embajadas iran¨ªes en las principales ciudades de Europa, lo que hizo reaccionar ayer a la legaci¨®n diplom¨¢tica en Londres. Pero ni los hijos de Ashtiani ni su letrado recibieron ninguna comunicaci¨®n de los responsables judiciales. "No he sido informado de que se haya suspendido la pena. Mi clienta sigue a¨²n en la c¨¢rcel", manifest¨® Mostafaei a la agencia France Presse. Como Ashtiani, hay al menos otras 15 personas, 12 mujeres y tres hombres, a la espera de ser lapidados, seg¨²n los activistas. "He visto la declaraci¨®n de la embajada. Es un intento de contener la ira internacional y la campa?a contra la lapidaci¨®n", interpreta Hadi Ghaemi, director de la Campa?a Internacional por los Derechos Humanos en Ir¨¢n. En cualquier caso, Ghaemi defiende en un email que "la sentencia de lapidaci¨®n se dict¨® sin lugar a dudas".
El eco internacional del caso ha puesto a las autoridades iran¨ªes contra las cuerdas. El Gobierno brit¨¢nico, la Representante Exterior de la UE, Lady Ashton; y 80 personalidades -entre ellas la ex Secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, y el Nobel de la Paz, Jos¨¦ Ramos-Horta-, han repudiado la barbarie iran¨ª. La crueldad de su C¨®digo Penal es un tema extremadamente sensible, ya que en teor¨ªa sus leyes se basan en la shar¨ªa, o ley isl¨¢mica. Sin embargo, cada vez son m¨¢s las voces que denuncian su uso pol¨ªtico. Para los observadores no ha pasado desapercibido que el recurso a pena de muerte ha aumentado en paralelo a las restricciones a las libertades p¨²blicas desde la llegada al poder del presidente Mahmud Ahmadineyad.
Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, Ir¨¢n ejecut¨® a 388 personas el a?o pasado, el segundo mayor n¨²mero despu¨¦s de China que tiene 20 veces m¨¢s de poblaci¨®n, y ya lleva al menos 126 ajusticiamientos este a?o. El m¨¦todo m¨¢s habitual es la horca. A las numerosas dudas sobre los procesos judiciales que plantean los defensores de los derechos humanos, se suman violaciones expl¨ªcitas de los convenios internacionales que el pa¨ªs ha firmado, como las ejecuciones de menores de edad.
Los portavoces iran¨ªes niegan esa acusaci¨®n porque las autoridades judiciales esperan a que los reos cumplan los 18 a?os para ejecutar las sentencias impuestas por delitos cometidos con anterioridad. Tal es el caso de Mohammad Reza Haddadi, condenado a muerte por un asesinato de 2004 cuando ten¨ªa 15 a?os y cuyo ahorcamiento estaba anunciado para el pasado mi¨¦rcoles. Como en otros casos, Haddadi se desdijo de su confesi¨®n inicial y los dos otros implicados en el crimen tambi¨¦n le exoneraron. Seg¨²n Amnist¨ªa, al menos 46 personas han sido ejecutadas por cr¨ªmenes cometidos cuando eran menores.
Otro cap¨ªtulo sangrante es el de los homosexuales. Aunque esa condici¨®n en s¨ª no constituye un delito en la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n, est¨¢ penada cualquier relaci¨®n sexual fuera del matrimonio. As¨ª, las ejecuciones de gays suelen atribuirse, con motivo o sin ¨¦l, a violaciones, asesinatos o tr¨¢fico de drogas, delitos todos ellos penados con la muerte. Tal es el caso de Ebrahim Hamidi, quien seg¨²n la Iranian Queer Organization con base en Canad¨¢, ha sido condenado a muerte por sodom¨ªa "sin la menor prueba y despu¨¦s de haber sido torturado". Adem¨¢s, en ocasiones se a?ade la acusaci¨®n de homosexual a disidentes pol¨ªticos en un aparente intento de desprestigiarlos ante una sociedad que se muestra muy reacia a aceptar esa realidad.
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