Cuando el r¨ªo suena
Su nombre es Marilyn. Es una vieja embarcaci¨®n, deteriorada por a?os y a?os de llevar pasajeros de un pueblo a otro de la ribera. Sus tripulantes no son marineros, sino m¨²sicos procedentes de toda Latinoam¨¦rica que, durante 15 d¨ªas, recorrieron juntos los 1.478 kil¨®metros de agua dulce que separan Iguaz¨² (en la triple frontera de Argentina, Paraguay y Brasil) de Rosario. Cada cual elige desde d¨®nde quiere ver las cosas, y la orquesta R¨ªo Infinito decidi¨® mirarlas desde el Paran¨¢, en la Cuenca del Plata, el sistema h¨ªdrico m¨¢s importante de Sudam¨¦rica despu¨¦s del Amazonas y uno?de los m¨¢s amenazados del planeta debido, fundamentalmente, a las represas y a la deforestaci¨®n.
Durante el viaje ofrecieron conciertos, llenaron de m¨²sica las calles, se reunieron con asociaciones ambientalistas y recogieron cartas en defensa de los r¨ªos redactadas por comunidades, pueblos y ciudades a lo largo de la ribera. Sucedi¨® el pasado oto?o y fue un campo de pruebas para lo que quiere ser un proyecto ¨²nico de denuncia medioambiental a trav¨¦s de la m¨²sica. Repetir¨¢n su traves¨ªa por otros cauces, para denunciar que se mueren. Ya est¨¢n preparando la siguiente ruta, que les llevar¨¢ en pocos meses al r¨ªo Uruguay. En 2011 ser¨¢ el turno del Amazonas. Y as¨ª, a?o tras a?o, la intenci¨®n es recorrer todas las cuencas de Am¨¦rica.
La siguiente ruta les llevar¨¢ al r¨ªo Uruguay. En 2011 ser¨¢ el turno del Amazonas
"Hac¨ªa falta algo as¨ª, una iniciativa para luchar por la diversidad ambiental y cultural a trav¨¦s del arte"
Encorsetado por dos de las presas m¨¢s grandes de Sudam¨¦rica, en el Alto Paran¨¢ (el tramo inicial del viaje) no hay peces ni pescadores. Solo existen cuatro barcos de pasajeros con licencia entre Puerto Iguaz¨² y Posadas, capital de la provincia argentina de Misiones. Por aqu¨ª navegan narcotraficantes. Tambi¨¦n, yates de lujo. En la orilla asoman entre la vegetaci¨®n industrias papeleras y factor¨ªas de soja transg¨¦nica. Gris hormig¨®n contra verde selva. Se calcula que en Argentina operan unas 30 papeleras y el Paran¨¢ se ha convertido en un sumidero de sus desechos qu¨ªmicos.
"Es bonito ver el r¨ªo tomado, por una vez, por m¨²sicos", murmura el pianista y compositor costarricense Manuel Obreg¨®n, de 48 a?os y con una melena blanca que le ha valido el sobrenombre de Beethoven. ?l es el impulsor y director de la orquesta, y desde hace unos meses es, adem¨¢s, flamante ministro de Cultura de su pa¨ªs. Concibe este viaje como una llamada, puerto por puerto, a un "americanismo musical". Tocan folclore, ritmos populares. "Nos une la cultura que se genera en las orillas y la preocupaci¨®n medioambiental", sintetiza Carlos Porcel, Nahuel, cantautor argentino de 56 a?os, residente en M¨¦xico. Pretenden con su m¨²sica contar a las gentes de la ribera que el futuro pinta mal si no salen en defensa de sus r¨ªos.
Por eso esta gira comenz¨® en la aldea guaran¨ª de Yriap¨², cerca de Puerto Iguaz¨², junto a los pobladores originarios de la selva. Por eso, los primeros instrumentos en sonar fueron las centenarias takuap¨², las varas de bamb¨² que cantan, empu?adas por ni?as, que suenan a latidos de coraz¨®n cuando percuten el suelo r¨ªtmicamente. Respondieron el arpa paraguaya, el acorde¨®n, el charango, la guitarra, el violonchelo, el piano, la percusi¨®n.
Desde la orilla de Eldorado, a unos 100 kil¨®metros de Puerto Iguaz¨², se observa c¨®mo la corriente, que deber¨ªa ser de color verde, baja con un turbio tono de ¨®xido debido a la tierra roja que arrastra por culpa de la deforestaci¨®n. "Cada hora se pierde una hect¨¢rea de selva en Misiones", calcula Juan Peri¨¦, veterano activista medioambiental. "Nos preocupan las papeleras, las represas, la contaminaci¨®n que la industria del interior vierte al r¨ªo". Odian los abetos y los pinos: son las especies que se utilizan para sustituir los ¨¢rboles aut¨®ctonos y nutrir la industria maderera y papelera. "Tenemos unas 30.000 hect¨¢reas de tabaco y unas 400.000 de pino", informa Peri¨¦. La papelera m¨¢s importante produce 300.000 toneladas de pasta de celulosa al a?o, a raz¨®n de 600 d¨®lares la tonelada.
Muchos latinoamericanos no saben que sus melod¨ªas est¨¢n conectadas con las del vecino. Descubr¨ªrselo es uno de los objetivos de R¨ªo Infinito. Y, a trav¨¦s del folclore, llegar a la denuncia. "Hac¨ªa falta algo as¨ª, una iniciativa para luchar por la diversidad ambiental y cultural a trav¨¦s del arte", manifiesta una joven ecuatoriana junto al escenario que la orquesta ha montado en Posadas, el primero de la gira. "No buscamos el megaevento ni la multitud", repiten sus organizadores. La actitud es llegar, colocarse en segundo plano, escuchar y fundirse con cada grupo humano que depare el camino. Cuando termine su periplo, la banda se habr¨¢ encontrado con m¨¢s de 400 instrumentistas y vocalistas.
Tras cada actuaci¨®n, otra vez a navegar. La terraza entoldada de popa vive una jam session sin fin. "Hay temas que han nacido en esta lancha, improvisando", comenta Yomira John, 43 a?os, la cantante paname?a de la orquesta.
En Posadas, skyline de ciudad moderna, 400.000 habitantes, sube un tipo callado que se sienta a proa. Se llama Br¨ªgido, tiene 46 a?os y es guaran¨ª. El motor para, ¨¦l se levanta, sale a popa y se queda mirando las ramas secas de unos ¨¢rboles que a¨²n sobresalen varios cent¨ªmetros por encima del agua. Parecen cruces de cementerio. Ah¨ª abajo yacen sus ancestros, sumergidos junto a su isla de Yacyret¨¢. "Vinieron unos se?ores y dijeron a los vecinos que deb¨ªan marcharse porque se iba a construir una presa que lo inundar¨ªa todo", rememora. Br¨ªgido naci¨® ya en Itap¨²a, Paraguay; no conoc¨ªa su isla, que ya est¨¢ pr¨¢cticamente hundida, y quer¨ªa despedirse de ella.
La represa de Yacyret¨¢, terminada en 1998, aneg¨® 180.000 hect¨¢reas, desplaz¨® a entre 40.000 y 50.000 personas, en su mayor¨ªa pescadores, que fueron relocalizados tierra adentro, lejos del r¨ªo, su medio de subsistencia. Muchos son ahora mendigos que deambulan por Posadas, Rosario o, incluso, Buenos Aires.
Joselo Schuap, cantautor de 36 a?os, de Misiones, l¨ªder del colectivo de artistas por el medio ambiente H20, ha programado buena parte del recorrido de esta gira. "Los m¨²sicos tenemos el papel de hacer visible la lucha", dice. "Podemos ser instrumentos para lograr objetivos, defender la naturaleza, el r¨ªo".
Hay qu¨ªmica entre el explosivo Joselo y el reflexivo Obreg¨®n. Se encontraron hace dos a?os. "Me dijo: 'Si quieren me invitan, pero si no, ir¨¦ de todas maneras", se r¨ªe Manuel, que por aquella ¨¦poca hab¨ªa recorrido ya varios cauces americanos y hac¨ªa audiciones para fichar a los m¨²sicos de esta gira por el Paran¨¢, con el apoyo econ¨®mico de la Fundaci¨®n Avina y de la Agencia Holandesa de Cooperaci¨®n Hivos.
Al otro lado de la represa de Yacyret¨¢ se encuentra la isla de Apip¨¦, ya en la provincia de Corrientes. Humedales, pastos, caminos de arena, una declaraci¨®n de reserva natural y un proyecto para convertirse en destino de turismo ecol¨®gico. Empiezan a desfilar artistas de la zona por una explanada. Crecen las risas y los cuerpos comienzan a moverse cuando el generador que alimenta luces y micr¨®fonos se viene abajo y no queda m¨¢s remedio que ponerle fin a la fiesta. Resulta que Apip¨¦, puerta con puerta con una central hidroel¨¦ctrica que genera 62.344 megavatios por hora, no dispone de suministro el¨¦ctrico.
A¨²n resuenan en la memoria de Obreg¨®n, "como un gran logro y al mismo tiempo un compromiso", las muchas voces que por aquellos d¨ªas expresaron la confianza en que el cambio era posible. "Nos conmovi¨® la presencia de estos m¨²sicos al lado nuestro, porque es una forma de darnos voz a los que no tenemos voz", dijo un l¨ªder pescador. Obreg¨®n reconoce que fue ya casi al final, a la llegada a Rosario, tocando sobre el techo de la lancha ante una multitud, cuando se dio cuenta "de la dimensi¨®n de lo que hab¨ªamos logrado juntos". Por la parte de concienciaci¨®n, de la mediaci¨®n, por ese sentimiento de hermandad, de pertenencia a un mismo continente. Y por su poder para convocar la fiesta. El r¨ªo, enfatiza, los cambi¨® a todos. Y as¨ª seguir¨¢ siendo en los pr¨®ximos R¨ªos Infinitos que hayan de venir.
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