Cabar¨¦ temprano

Hay dos maneras de producir espect¨¢culos circenses y de variedades. Una, la tradicional, consiste en fichar buenos n¨²meros, servirlos sencillamente uno detr¨¢s de otro y amenizar las transiciones con entradas de payasos o con un personaje con gancho. La otra consiste en envolver todo eso con un dise?o dramat¨²rgico, escenogr¨¢fico y de vestuario m¨¢s o menos ambicioso, y empastarlo durante un periodo de ensayos prolongado, como hace el Cirque du Soleil. La tercera v¨ªa es crear el espect¨¢culo desde abajo, con artistas dispuestos a meterle mucho tiempo y a participar todos de todos los n¨²meros.

Esta segunda edici¨®n de ?Pasi¨®n sin pu?ales?, a cuyo t¨ªtulo original se a?aden dos signos de interrogaci¨®n, es, como la primera, una sucesi¨®n de n¨²meros recogidos de aqu¨ª y de all¨¢, muy atractivos algunos, a los que se pretende dar un sentido global, que en la pr¨¢ctica aparece diluido por falta de ensayos. Vale la pena verlo aunque solo sea por el vibrante strip-tease de Strahlemann & S?hne, d¨²o malabarista capaz de desabrocharse y quitarse chaquetas, chalecos, camisas y pantalones y de volv¨¦rselos a poner mientras se pasan tres mazas y las prendas de vestir de uno a otro a velocidad de v¨¦rtigo. Son de una generosidad absoluta el uno con el otro.

Pero hay m¨¢s n¨²meros con vuelo y dificultad: la danza en la cuerda floja de Molly Saudek, las evoluciones atl¨¦ticas de Galina Trotschenko, campeona europea de pole dance; la elegancia de Marina Bouglione en la cuerda lisa y las acrobacias a¨¦reas de The Aerialistas, el grupo de Seattle que comanda Lara Paxton... El n¨²mero de Serge Burka con un l¨¢ser es de sala de fiestas.

Para llegar a ser lo que sus art¨ªfices ¨²ltimos pretenden, a ?Pasi¨®n sin pu?ales? le falta empaque global. Este a?o lo han arropado mejor que el pasado, achicando m¨¢s todav¨ªa el cicl¨®peo aforo del Price y llevando casi toda la acci¨®n a la pista central, rodeada de mesitas, pero las piezas de engarce entre n¨²meros son t¨®picas y andan faltas de definici¨®n. Para crearlas, se ha contratado, entre otros, a Andrew Watson, director creativo de dos espect¨¢culos del Cirque du Soleil que, como Xavier Albert¨ª el a?o pasado, no ha pasado tiempo suficiente con todos los artistas a pie de pista. Lo mejor, la orquesta dirigida por Germ¨¢n Cabrera, que acompa?a a cada uno de ellos como si llevara media vida haci¨¦ndolo.