Sobre Alberti

Me divierto leyendo la respuesta de Andr¨¦s Trapiello a mi art¨ªculo Rafael Alberti, a la caza del poeta rojo, en la que, mientras la niega, deja clara su antipat¨ªa hacia el poeta, que seg¨²n ¨¦l debe su celebridad a haber sido un comunista jaleado por los suyos, no a haber escrito, por ejemplo, Sobre los ¨¢ngeles; que, insiste, porque no hay mayor soberbio que el que no quiere aprender, en que la dedicatoria de una foto del a?o 36 en la que Alberti habla de la "belle ¨¦poque" no es una broma nost¨¢lgica sobre la juventud, sino una declaraci¨®n de lo mucho que disfrut¨® en la guerra, a la que, insiste Trapiello, le debe su notoriedad, pues "nunca fue tan agasajado y fotografiado como entonces". Alberti fue c¨¦lebre antes, durante y despu¨¦s de la guerra gracias a su poes¨ªa, como otros lo quieren ser a base de manipular la realidad y acusar sin pruebas a la gente no de escribir mejor o peor, sino de ser asesinos o c¨®mplices de los asesinos, lo cual es una canallada que no tiene nombre. En cuanto a la historia sobre Alberti y Miguel Hern¨¢ndez, que ¨¦l dice haber relatado en exclusiva y casi para hacerme un favor, contando lo que yo no me atrev¨ªa a contar pero s¨ª pesaba en mi conciencia, tambi¨¦n siento desilusionarle: aunque en eso tambi¨¦n se equivoque, afirmando que "se hizo p¨²blica por primera vez en 2002, en la segunda edici¨®n de Las armas y las letras", la verdad es que ya la hab¨ªa contado yo en mi libro Los nombres de Ant¨ªgona, publicado en 2001.