"No estamos en Afganist¨¢n para decirles c¨®mo vivir"

"No estamos aqu¨ª para quedarnos. Ni siquiera para decirles a los afganos c¨®mo tienen que vivir. Estamos aqu¨ª para devolverles un pa¨ªs con la autoridad y los instrumentos de seguridad necesarios para la estabilidad, para que desde aqu¨ª ninguna organizaci¨®n terrorista pueda sembrar el terror sobre el resto del mundo y los propios afganos".

Es decir, ni las elecciones democr¨¢ticas, ni el Estado de derecho, ni la igualdad de g¨¦nero son ya prioritarios. Las palabras de la ministra espa?ola de Defensa, Carme Chac¨®n, en la base espa?ola de Qala-i-Naw, reflejan c¨®mo la OTAN, forzada por las circunstancias, ha ido rebajando sus objetivos en Afganist¨¢n. Pero ni as¨ª es seguro que los consiga. "No porque la misi¨®n sea tit¨¢nica, sino porque ni siquiera disponemos del tiempo necesario para cumplirla", admite un responsable militar espa?ol.

Chac¨®n inici¨® su novena visita al avispero afgano entrevist¨¢ndose en Kabul con el general David Petraeus, quien el 4 de julio sustituy¨® al general Stanley McChrystal, destituido por sus pol¨¦micas declaraciones a la revista Rolling Stone. "La estrategia se mantiene intacta y tambi¨¦n los plazos", dijo satisfecha la ministra despu¨¦s de la reuni¨®n. Eso significa que en noviembre la cumbre de la OTAN decidir¨¢ qu¨¦ instituciones, distritos y provincias pueden pasar a manos del Gobierno afgano a partir de julio de 2011. Entre las primeras estar¨¢ el control del espacio a¨¦reo y del aeropuerto de Kabul, que el a?o pasado gestion¨® durante seis meses el Ej¨¦rcito espa?ol. Ni una palabra sobre la provincia de Badghis, bajo responsabilidad de las tropas espa?olas. Petraeus solo hizo notar la importancia estrat¨¦gica de concluir cuanto antes la Ring Road, la carretera de circunvalaci¨®n del pa¨ªs, que ya solo falta por construir en Badghis, y de avanzar en la instrucci¨®n del Ej¨¦rcito afgano. La instrucci¨®n del primer batall¨®n de la brigada que en su d¨ªa deber¨¢ garantizar la seguridad de la provincia empezar¨¢ en septiembre, pero nadie se atreve a aventurar cu¨¢ndo estar¨¢ operativo.

Despu¨¦s de inaugurar la nueva base Ruy Gonz¨¢lez de Clavijo, en Qala-i-Naw, la ministra se desplaz¨® en un helic¨®ptero Chinook al destacamento de Sang Atesh, a unos 40 kil¨®metros de distancia. Fue all¨ª donde el pasado 1 de febrero se produjo la ¨²ltima baja mortal del contingente espa?ol: el soldado John Felipe Romero, por la explosi¨®n de un artefacto explosivo improvisado (IED). El objetivo de este destacamento, y tambi¨¦n del de Moqur, a 25 kil¨®metros de Qal-i-Naw, es garantizar la circulaci¨®n por la ruta Lithium, la v¨ªa alternativa que conecta la capital provincial con Balah Murgab, al norte, mientras se construye la Ring Road.

"Nadie dijo que fuera f¨¢cil. Nosotros somos la Legi¨®n y esto es Afganist¨¢n", explica orgulloso el teniente coronel Miguel Ballenilla, jefe de la bandera destacada en Sang Atesh. Rodeados de sacos terreros, bajo una nube de polvo en permanentes suspensi¨®n y durmiendo en camaretas excavadas bajo tierra, los 120 soldados a las ¨®rdenes del teniente coronel viven como ratas.

Los 1.330 soldados espa?oles destacados en Afganist¨¢n se llevar¨¢n como recuerdo una camiseta de la selecci¨®n espa?ola firmada por todos los miembros del equipo y un v¨ªdeo con un saludo del entrenador, Vicente del Bosque, y del capit¨¢n, Iker Casillas. "Aunque est¨¢is muy lejos, gracias por defender los intereses de nuestro pa¨ªs. Esta copa tambi¨¦n es vuestra", les dec¨ªa el portero en un mensaje grabado el lunes.