Al Qaeda en Uganda
Los atentados 'yihadistas' somal¨ªes en Kampala afianzan un alarmante frente en ?frica oriental
Somalia es un territorio enzarzado en interminables y sanguinarias guerras intestinas, carente de los atributos elementales de un Estado, sumido en el caos pol¨ªtico y social y foco y exportador de terrorismo. Su milicia islamista m¨¢s poderosa, Al Shabab, que controla la mayor¨ªa del centro y el sur del descoyuntado pa¨ªs del Cuerno de ?frica, mantiene una lucha sin cuartel contra el Gobierno te¨®ricamente provisional de Sharif Ahmed, apoyado por Occidente y que apenas controla una parte de Mogadiscio, la capital. Al Shabab, cada d¨ªa m¨¢s fuerte y radicalizada, declar¨® a comienzos de este a?o lealtad a Al Qaeda y reiter¨® su amenaza de sembrar el terror en la cercana Uganda -tambi¨¦n en Burundi- si Kampala no retiraba de Somalia sus tropas, encuadradas en la fuerza de la Uni¨®n Africana que intenta evitar el desplome absoluto del Gobierno fantasma.
La amenaza se ha cumplido en la capital ugandesa con la voladura simult¨¢nea de dos populares restaurantes, centro de reuni¨®n de locales y extranjeros, donde centenares de personas ve¨ªan la final de la copa mundial de f¨²tbol. Los atentados yihadistas -casi 80 muertos y muchos m¨¢s heridos- han sido reivindicados desde Mogadiscio como parte de una campa?a que supuestamente proseguir¨¢ en otros pa¨ªses vecinos que sostienen a Sharif Ahmed, a su vez un islamista defensor de la shar¨ªa. Etiop¨ªa, archienemigo de Al Shabab, es uno de ellos, y et¨ªope era uno de los restaurantes de Kampala dinamitados.
La mort¨ªfera acci¨®n tiene implicaciones alarmantes. No solo amenaza directamente la estabilidad de Uganda, tercera econom¨ªa de la zona, en despegue gracias al petr¨®leo, y la precaria convivencia all¨ª de la comunidad somal¨ª. Es tambi¨¦n el primer atentado de gran magnitud de los fundamentalistas somal¨ªes fuera de sus fronteras, y certifica la expansi¨®n de Al Qaeda en el oriente de ?frica, que dibuja como otros blancos potenciales de su locura desde Etiop¨ªa a Burundi, pasando por Kenia. Gobiernos todos ellos infieles, que por diversos medios tratan de impedir la absoluta claudicaci¨®n de Somalia al yihadismo y su conversi¨®n en abierta plataforma terrorista.
Con perspectiva m¨¢s amplia, los asesinatos de Kampala ponen tambi¨¦n de relieve el fracaso de la difusa estrategia de contenci¨®n aplicada en la regi¨®n por Estados Unidos y algunos de sus aliados. Un plan que solo ha adquirido visibilidad relativa en la represi¨®n de la pirater¨ªa mar¨ªtima.
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