Fueras de serie
?Qui¨¦n pudiera conocer la receta de la porrusalda! La porrusalda del ¨¦xito, me refiero. A los jugadores victoriosos de la selecci¨®n espa?ola se les llama "fueras de serie" o, m¨¢s habitualmente, "h¨¦roes". Resulta significativo que guardemos tan alto calificativo para los virtuosos del bal¨®n, y no para tantos y tantos virtuosos (a secas) que producen verdaderos bienes para la humanidad. Pero acepto sin rechistar que son unos fuera de serie. Llaman la atenci¨®n, adem¨¢s, las virtudes que les loan todos los comentaristas: trabajadores, humildes, cooperativos, met¨®dicos... Tanto que me he acordado de Malcolm Gladwell, uno de esos gur¨²s obsesionados por encontrar la receta de la porrusalda.
Autor de Fueras de serie, Gladwell, soci¨®logo y periodista, parece bastante m¨¢s serio que otros gur¨²s. Para empezar porque cuestiona la idea de que todos podemos llegar hasta donde queramos, de que es s¨®lo cuesti¨®n de voluntad o talento individuales. ?sa es, en todo caso, la excepci¨®n a la norma. En realidad, recalca, el argumento de que cada uno es responsable de su ¨¦xito personal es muy eficaz para preservar privilegios, pero poco realista. Porque, vamos a ver, ?cu¨¢l es la contribuci¨®n social y cu¨¢l la contribuci¨®n personal al ¨¦xito?
Para empezar, m¨¢s all¨¢ de la inteligencia o el talento innato, est¨¢ el esfuerzo y el tiempo que se le dedican, la disciplina y la constancia. Es la ley de las 10.000 horas, es decir, que para sobresalir en algo cognitivamente complejo hay que dedicar alrededor de diez mil horas a practicarlo. Esto equivale a dedicarse a una determinada tarea durante diez a?os, cuatro horas diarias. Y claro, ?cualquiera no puede permit¨ªrselo! Requiere, adem¨¢s de una admirable perseverancia, toda una estructura de apoyo: ingresos familiares elevados o ayuda econ¨®mica externa y un entorno de aprendizaje suficientemente bien organizado.
Pero adem¨¢s est¨¢n el factor suerte (estar en el momento y el lugar oportunos) y las pautas culturales adquiridas en el medio o la familia (aquellas que valoran e impulsan la competitividad o el trabajo duro). As¨ª, en vez de irse como otros autores por la senda de la autoayuda, Gladwell est¨¢ m¨¢s interesado en cambiar las instituciones para que puedan dar m¨¢s oportunidades. Propone, por ejemplo, que los ni?os tengan vacaciones de verano m¨¢s cortas, pues los de bajos ingresos sufren una penalizaci¨®n por las largas vacaciones al no disponer de las mismas oportunidades de aprendizaje que tienen los de rentas altas (ir a Inglaterra a aprender ingl¨¦s, etc¨¦tera). ?Les suena demasiado agobiante, quiz¨¢?
No cabe duda de que los futbolistas de la selecci¨®n espa?ola han metido mucho m¨¢s de 10.000 horas, ni que han encontrado (m¨¢s que nunca en la historia) un entorno propicio y cooperativo donde desarrollar su talento (como demuestra el origen humilde de muchos de ellos). ?Ya est¨¢, es ¨¦sa la receta de la porrusalda?
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