Ni arte ni dise?o, otra vuelta de tuerca
Los objetos escult¨®ricos del colectivo japon¨¦s Nendo no solo adornan y sorprenden: tambi¨¦n cumplen una funci¨®n
Ante la dificultad de esquivar el pron¨®stico de un progresivo naufragio del design art -el dise?o de piezas ¨²nicas o en series limitadas de producci¨®n semiindustrial y de venta en galer¨ªas de arte- algunos dise?adores reculan. Es el caso de Oki Sato (Toronto, 1977), del colectivo nip¨®n Nendo.
De origen canadiense, criado y formado en Tokio y con oficinas en Mil¨¢n adem¨¢s de en la capital nipona, este dise?ador ha trabajado todas las escalas de la arquitectura. Desde las viviendas (como la emblem¨¢tica Casa Libro) hasta los interiores, el grafismo, el mobiliario, los productos industriales -como balones o frascos de perfume- y los ingeniosos, como l¨¢pices de chocolate a los que se les puede sacar punta. Es lo que com¨²nmente se denomina un dise?ador de amplio recorrido y, por lo que se ha podido comprobar, con amplitud de recursos.
"Mi obra est¨¢ hecha de peque?os momentos", dice Oki Sato
?Estaremos ante el fin del pol¨¦mico y fulgurante 'design art'?
As¨ª, en la nueva colecci¨®n de la empresa italiana Arketipo, Nendo ha querido dar un paso hacia delante, o hacia fuera, de un barco que amenaza con hundirse. De ese modo, ha firmado una serie de piezas puente, entre el dise?o y el arte. Se trata de muebles escult¨®ricos que adornan y sorprenden, pero que tambi¨¦n cumplen una funci¨®n. Son esculturas ¨²tiles en las que, con frecuencia, la sorpresa radica, precisamente, en que esas formas inesperadas sean capaces de ofrecer un uso. Est¨¢ claro que Sato juega a retar a la l¨®gica. Por eso, el equilibrio de la propuesta desequilibrada que es el revistero Cube merece un an¨¢lisis.
Supuestamente apoyado en un v¨¦rtice, posiblemente el ¨²nico lugar en el que nadie apoyar¨ªa nunca un prisma puro, este mueble auxiliar quiere a?adir dinamismo a los interiores m¨¢s sobrios. Y lo hace desestabilizando, pero sin romper. ?Nadando y guardando la ropa? Apostando por los ¨¢ngulos desplazados, por una construcci¨®n en zigzag, por rasgar, sin romper, las l¨ªneas rectas de un interior cartesiano. Sato ha descrito su trabajo como "un dise?o hecho de peque?os momentos" en su ambici¨®n por "dar nueva forma a la cotidianidad". Pero hay m¨¢s piezas y m¨¢s propuestas entre el arte y el dise?o, entre los nuevos productos que firman los nueve dise?adores japoneses de Nendo.
Si uno contempla una fotograf¨ªa del perchero Eda (tambi¨¦n producido por Arketipo) la imagen es la de una delicada composici¨®n de ikebana. Nada m¨¢s lejos de la realidad. La sutileza se pierde con la escala real del producto: un jarr¨®n blanco de m¨¢s de un metro de altura y unas flores, o ramas, con la robustez suficiente como para colgar ropa de ellas.
El caso de los hermanos Campana es pr¨¢cticamente el inverso. Nunca han sido adalides del design art. Su origen casi lo contrapone. Lo suyo era una cuesti¨®n de supervivencia, un dise?o de piezas ¨²nicas involuntarias, nacidas m¨¢s por falta de industria que por voluntad de exclusividad. En su caso, el recurso de la artesan¨ªa se impuso ante la falta de una tradici¨®n industrial en Brasil. Eso fue al principio. Una vez sus productos han sido solicitados por los m¨¢s reconocidos productores del mobiliario actual, la ¨²ltima colecci¨®n que Humberto y Fernando Campana han firmado para Edra es m¨¢s art¨ªstica que industrial. Construida con fragmentos de espejos o moldeada con terracota, las l¨¢mparas, mesas, o c¨®modas de la serie Nuevos B¨¢rbaros son piezas casi exclusivas. ?tiles, pero de producci¨®n semiartesanal, los muebles de los Campana recorren el mismo camino ideado por Nendo, pero desde el lado opuesto.
Que dos de los m¨¢s punteros dise?adores del momento, procedentes de Jap¨®n y Brasil, se encuentren en Mil¨¢n no indica nada nuevo. Que coincidan en un tipo de producto que ni es exclusivo ni quiere dejar de serlo, que ya no se vende en las galer¨ªas de arte pero que s¨ª es de factura artesana ?apuntar¨¢ el fin del pol¨¦mico y fulgurante design art?
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