McIlroy rompe con todo
El norirland¨¦s, de 21 a?os, iguala con nueve bajo el par la mejor ronda en un grande - A cuatro golpes, Ca?izares empata con Woods en el inicio del Open Brit¨¢nico
Los genios son genios tambi¨¦n por las circunstancias que rodean sus acciones. Por el tiempo, el lugar y los rivales ante quienes llaman a la puerta de la historia. Rory McIlroy es un joven norirland¨¦s de 21 a?os. Tiene el pelo rebelde y rizado, acn¨¦ y en absoluto pinta de deportista de ¨¦lite. Pero es lo que los popes del golf llaman un genio en potencia. Su swing es lo m¨¢s parecido al movimiento natural de andar. S¨®lo Ballesteros, Woods y Mickelson han sido m¨¢s precoces que ¨¦l en ganar en el circuito estadounidense. Hasta ah¨ª su DNI. Ahora, las circunstancias. El lugar es Saint Andrews, la academia del golf: los ¨²ltimos ganadores han sido Nicklaus, Ballesteros, Daly, Faldo, Woods. El momento, cuando se cumple siglo y medio del Open Brit¨¢nico. Los rivales, Woods, Mickelson, Watson, Harrington. Entre el p¨²blico, Player y Palmer. El contexto engrandece a McIlroy, que ayer, en la apertura del Open, se marc¨® una tarjeta de 63 golpes, nueve bajo el par, la mejor primera vuelta con mucha diferencia en 150 a?os, la mejor apertura de un grande, la mejor ronda en un major, a la altura entre otros de Nick Price en 1986 y Greg Norman en 1996 en el Masters; y Player en 1984, Olaz¨¢bal en 2000 y Woods en 2007 en el PGA. Dio la impresi¨®n de que para McIlroy fue coser y cantar. Siete birdies y un eagle, en el hoyo nueve, casi todas las calles en su diana. El peque?o jugador es la naturalidad del golf en persona. Curioso, McIlroy ni siquiera pas¨® el corte en los dos grandes anteriores este a?o.
Para el joven Rory fue coser y cantar. Siete 'birdies' y un 'eagle' en el hoyo nueve
Fue como un abanico generacional. Mientras McIlroy, el futuro, rebajaba su tarjeta, otros dos ilustres andaban tras sus pasos. El fantasma del pasado ser¨ªa John Daly, un an¨¢rquico de la vida y el golf. El mi¨¦rcoles, en la foto oficial de los campeones, era el ¨²nico con una chaqueta hawaiana entre toda la etiqueta. Y ayer, con unas bermudas floreadas, dio una lecci¨®n de tee a green, seis bajo el par, y eso que se llev¨® a casa una buena colecci¨®n de corbatas. A ver qui¨¦n se r¨ªe ahora del bueno de Daly.
El presente, s¨ªmbolo de los tiempos que corren, es Woods, claro, que debi¨® de acabar contento con su nuevo putter, firmado por Nike, y al que sac¨® brillo en un par de golpes de media distancia: cinco bajo el par. Est¨¢ claro que El Tigre no piensa permitir que un ni?o como McIlroy le coma el terreno. Ambos, tan diferentes entre s¨ª, su apariencia, su juego, su vida, comparten el amor a Saint Andrews. Tiger porque se llev¨® la jarra de plata las dos ¨²ltimas veces que el Open visit¨® la universidad escocesa; McIlroy, porque aqu¨ª asegur¨® su tarjeta como profesional y siempre firma bajo el par en la campi?a. Woods ten¨ªa 21 a?os cuando gan¨® el Masters de 1997, el primero de sus 14 grandes. Y 21 tiene McIlroy.
El flechazo con Saint Andrews tambi¨¦n alcanz¨® a un espa?olito, un debutante no ya solo en el Open, sino en un grande, Alejandro Ca?izares, hijo de Jos¨¦ Mar¨ªa Ca?izares, un madrile?o de 27 a?os, forjado en la cantera universitaria de California, segundo este a?o en Francia tras Jim¨¦nez, un primerizo que anoche se ve¨ªa en la luna con siete birdies, cara a cara con Woods.
Primera jornada: 1. R. McIlroy (Irl. N.), 63 golpes. 2. L. Oosthuizen (Sur.), 65. 3. J. Daly (EE UU), A. Coltart (Esc), S. Tiley (Ing.), B. Dredge (Gal.), S. Hanson (Sue.), 66. 8. T. Woods (EE UU) y A. Ca?izares, 67. 31. I. Garrido, 69. 59. S. Garc¨ªa, 71. 74. G. F. Casta?o, A. Quir¨®s y M. ?. Jim¨¦nez, 72. 153. J. M. Lara, 80.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.