Cemento en ca¨ªda libre

En el a?o de m¨¢xima euforia inmobiliaria, 2007, Catalu?a consumi¨® 8,06 millones de toneladas de cemento, cifra que, por habitante, colocaba a esta comunidad, al igual que al resto de Espa?a, en el grado de consumo m¨¢s alto de Europa. Pero en el peor a?o de la crisis, 2009, el consumo se precipit¨® a solo 4,38 millones. Un retroceso brutal al que, en lo que va de 2010, se suma otro 20,1%.

"La actividad no parece haber encontrado a¨²n su suelo y hoy el mercado local catal¨¢n solo ocupa el 37% de la capacidad de producci¨®n instalada en el territorio, de 8,4 millones de toneladas, o el 56% si se incluye lo que se exporta", reflexiona ?ngel Cerc¨®s, presidente de la patronal Ciment Catal¨¤. "Las perspectivas no son nada buenas", corrobora Joaqu¨ªn Estrada, consejero director general de Cemex en Espa?a, que cuenta con dos plantas en Catalu?a y que admite que, en los dos ¨²ltimos a?os, la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica espa?ola les ha obligado a reducir la producci¨®n a la mitad, "con las consiguientes paradas intermitentes en la producci¨®n, en funci¨®n del nivel de nuestras existencias y de la demanda".

El sector busca m¨¢s innovaci¨®n y la diversificaci¨®n en nuevos productos

En 2009 se perdi¨® el 15% de los puestos de trabajo; este a?o, el 3,2%

Catalu?a cuenta con seis f¨¢bricas cementeras, despu¨¦s de que precisamente Cemex abandonara el a?o pasado la producci¨®n de cemento blanco en Vilanova i la Geltr¨² y convirtiera sus instalaciones en un centro de distribuci¨®n. Las seis plantas pertenecen a cuatro empresas. Dos son de Cemex (Alcanar y Sant Feliu de Llobregat). Una es de Ciments Molins, que acaba de invertir 125 millones en su nueva planta en Sant Vicen? dels Horts. Portland Valderrivas, due?a de Uniland, cuenta con f¨¢bricas en Santa Margarida i els Monjos y en Vallcarca. Y Lafarge tiene una planta en Montcada i Reixach, objeto de reciente pol¨¦mica vecinal y con el Ayuntamiento a ra¨ªz de la sustituci¨®n de combustibles f¨®siles por biomasa, debido a la cercan¨ªa de la f¨¢brica al n¨²cleo urbano.

?No sobran f¨¢bricas? En el sector todos ven claro el problema de exceso de capacidad que sufren, pero nadie admite que vayan a producirse cierres.

Fuentes empresariales y sindicales sugieren que, de acabar cerrando alguna instalaci¨®n, las que podr¨ªan tener m¨¢s n¨²meros ser¨ªan la de Sant Feliu de Llobregat, que est¨¢ funcionando como molienda pero que buena parte del tiempo est¨¢ teniendo al menos un horno o incluso los dos parados, y la de Vallcarca, por sus dimensiones y antig¨¹edad.

Las empresas no entran a especular. "Uniland no prev¨¦ en los momentos actuales el cierre de ninguna de las dos f¨¢bricas que tiene en Catalu?a, ya que existe demanda suficiente para su mantenimiento", se?alan en Portland Valderrivas. En concreto, sobre Vallcarca, destaca como punto fuerte su car¨¢cter pionero en el uso de combustibles alternativos en Catalu?a y en producci¨®n de cementos especiales, adem¨¢s del hecho de que est¨¦ situada "en uno de los puertos industriales de Catalu?a, lo que permite abastecer el mercado de la exportaci¨®n de forma competitiva".

"El sector est¨¢ claramente sobredimensionado y es m¨¢s que previsible que los m¨¢s peque?os, los menos eficientes y los que tengan menor respaldo financiero van a quedarse por el camino", apunta el consejero director general de Cemex, que ve clave "ir sorteando el temporal d¨ªa a d¨ªa mirando al futuro" y que declara su vocaci¨®n de ser "actor principal" en el mercado catal¨¢n.

"En la situaci¨®n actual, est¨¢ claro que hay exceso de capacidad", constata en t¨¦rminos generales el presidente de Ciment Catal¨¤.?ngel Cerc¨®s, de la patronal Ciment Catal¨¤, ve, sin embargo, una oportunidad, adem¨¢s de en el mercado exterior, en la diversificaci¨®n del sector a nuevos usos y aplicaciones de su producto, como el recurso m¨¢s econ¨®mico y ecol¨®gico de los pavimentos de hormig¨®n frente a las tradicionales calzadas de asfalto.

"El consumo de cemento en Catalu?a nunca volver¨¢ a ser el mismo. S¨ª, sobran f¨¢bricas, aunque uno puede hacer m¨¢s cemento para la exportaci¨®n o para zonas pr¨®ximas como Arag¨®n o Valencia", considera Joan Molins, presidente del grupo Ciments Molins. "La exportaci¨®n se comportar¨¢ como un factor de compensaci¨®n del adelgazamiento del sector dom¨¦stico", insisten fuentes de Portland Valderrivas, que atribuye a su filial Uniland el liderazgo en las exportaciones. La compa?¨ªa insiste, adem¨¢s, en la importancia de la innovaci¨®n para desarrollar productos que permitan abrir nuevos segmentos de mercado con mayor valor a?adido. Lafarge ha declinado pronunciarse al respecto.

Llama la atenci¨®n el hecho de que el empleo haya ca¨ªdo, pero no tanto como la producci¨®n. En total, en la comunidad catalana el sector emplea 858 personas. El a?o pasado, se perdi¨® el 15% de puestos de trabajo. En lo que va de 2010, otro 3,2% m¨¢s. Sin embargo, no hay ni rastro de expedientes de regulaci¨®n de empleo, ni siquiera temporales, al contrario que entre los fabricantes de tejas o ladrillos. Responsables del sector de los sindicatos UGT y CC OO coinciden en la explicaci¨®n: las empresas se ganaron m¨¢s que bien la vida durante la euforia inmobiliaria, y ahora "han podido recurrir a medidas no traum¨¢ticas, a base de talonario, con indemnizaciones elevadas para las bajas incentivadas o con prejubilaciones".

Todas las compa?¨ªas consultadas subrayan su voluntad de "mantener plantillas". Una de las v¨ªas para ello es potenciar la divisi¨®n de Medio Ambiente de estos grupos con nuevos productos, como es el caso de Molins, que ha enfatizado su rechazo al recorte de empleo, que se mantiene estable en la f¨¢brica de Sant Vicen? dels Horts desde 2007.

Esta industria ve con confesada preocupaci¨®n el recorte de la inversi¨®n p¨²blica como parte de los planes de control del d¨¦ficit. "No es el mejor camino, aunque s¨ª el m¨¢s f¨¢cil. A la larga pasar¨¢ factura a la econom¨ªa, nos va a limitar el crecimiento y nos har¨¢ menos competitivos", se queja Estrada. "En la actual coyuntura, puede ser comprensible una ca¨ªda de la inversi¨®n p¨²blica, pero esta pol¨ªtica no es sostenible en el tiempo, la competitividad del pa¨ªs pasa tambi¨¦n por la calidad de sus infraestructuras. Esperamos que, una vez acometido el necesario saneamiento, se recupere el nivel habitual", corrobora Cerc¨®s.