La impotencia de la izquierda europea
La crisis actual muestra no solo el car¨¢cter despiadado del capitalismo liberal y financiero -despiadado en el sentido de que lo ¨²nico que le importa es sacar el m¨¢ximo beneficio en detrimento del derecho y de la vida de millones de seres humanos explotados, excluidos y humillados por el desempleo-, sino tambi¨¦n la dram¨¢tica impotencia de las fuerzas progresistas y, muy en particular, de la izquierda europea para ofrecer una alternativa cre¨ªble frente a los errores de este sistema.
Si tomamos solo el caso de Europa, nos encontramos ante una situaci¨®n que desaf¨ªa a la imaginaci¨®n. Por un lado, se ha atajado la crisis financiera (parcialmente, es cierto) gracias a las cuantiosas ayudas que los Estados europeos han aportado a las instituciones bancarias, y sin que estas estuvieran realmente obligadas a revelar el estado de sus activos y la naturaleza de los productos derivados. En cambio, la Comisi¨®n de Bruselas, despu¨¦s de haber actuado con pasividad en la crisis financiera, ha recuperado su papel de guardiana del dogma ultraliberal esgrimiendo las exigencias del Pacto de Estabilidad, que impone a los Estados unas reducciones dr¨¢sticas de los d¨¦ficits p¨²blicos. Lo cual significa que los impuestos de los ciudadanos deben servir no solo para financiar los bancos, sino tambi¨¦n para salvar a los Estados de las amenazas de Bruselas.
Si la izquierda quiere oponerse a este sistema debe aprender a trabajar a escala europea
Durante este tiempo, Grecia se ha desmoronado y Espa?a, Irlanda y Portugal se encuentran en una dram¨¢tica situaci¨®n en cuanto a la deuda y a las finanzas p¨²blicas. Pero una vez m¨¢s son los ciudadanos quienes deben pagar el grueso de la factura. Se reducir¨¢n sus derechos sociales siempre en funci¨®n de un ¨²nico par¨¢metro: disminuir las rentas de trabajo para mantener las de capital. Es la filosof¨ªa pol¨ªtica que predomina en todos los partidos conservadores, a la cabeza de los cuales est¨¢ la Alemania de la se?ora Merkel. Filosof¨ªa que ahora se ha impuesto brutalmente a los tres Gobiernos socialdem¨®cratas del sur de Europa (Espa?a, Portugal, Grecia). Y, teniendo en cuenta la relaci¨®n de fuerzas en Europa, estos ¨²ltimos no pueden sino someterse a estos mandamientos, cuando no son ellos mismos partidarios.
Pero lo m¨¢s grave es ver c¨®mo se extiende la impotencia de la izquierda europea. Pod¨ªamos haber esperado, por ejemplo, una iniciativa com¨²n de los sindicatos europeos, una acci¨®n coordinada, aunque hubiera sido simb¨®lica, para reafirmar la solidaridad de condici¨®n de los asalariados y desempleados ante las duras restricciones que padecen. Pero nada. Pod¨ªamos haber esperado que los intelectuales de izquierda se lanzaran a la batalla. Pero nada. Impera el silencio. Es el grado cero de la izquierda pol¨ªtica e intelectual europea.
Y, sin embargo, la crisis es la gran oportunidad para reafirmar esta solidaridad, ya que el capitalismo financiero acaba de demostrar una vez m¨¢s que no tiene patria, sino solo intereses, que son los de las grandes empresas multinacionales. Enfrente tiene a ciudadanos incapaces de organizarse a la misma escala, a sindicatos que huyen en espantada, pero incapaces de unificar su resistencia leg¨ªtima, y a partidos pol¨ªticos de izquierdas totalmente ap¨¢ticos. En Alemania, el SPD critica con raz¨®n las medidas antisociales de Merkel, pero su programa es de una confusa ambig¨¹edad sobre lo que podr¨ªa ser una respuesta a la crisis. Se abstiene de defender una recuperaci¨®n global y evita enfrentarse a la canciller sobre la pol¨ªtica del euro fuerte y del incentivo al ahorro, que castigan hoy la recuperaci¨®n europea. En Reino Unido, el Partido Laborista est¨¢ aniquilado, su programa se parece como una gota de agua al del partido del actual Gobierno conservador. En Francia, el Partido Socialista sigue en la inopia, no propone ninguna seria alternativa socioecon¨®mica al Gobierno. Sab¨ªamos que la crisis de la izquierda era profunda. Ahora sabemos que es tr¨¢gica.
Pero tambi¨¦n sabemos que la crisis econ¨®mica no se resolver¨¢ r¨¢pidamente, y que nos esperan d¨ªas dif¨ªciles. Ha llegado la hora de que la izquierda europea se recomponga y sobre todo que haga propuestas que no sean solo insustanciales y t¨ªmidas adaptaciones a las medidas tomadas por los grandes centros financieros. Propuestas realistas y socialmente progresistas para modernizar las relaciones sociales y convertirse en una alternativa cre¨ªble, movilizadora, frente a las derivas de un sistema econ¨®mico exclusivamente dedicado al culto del beneficio y de la especulaci¨®n financiera. Si la izquierda europea quiere oponerse de verdad a este sistema globalizado que ha logrado dividir como nunca a los asalariados, debe aprender a trabajar y actuar solidariamente a escala europea.
Traducci¨®n de M. Sampons.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.