Las empresas tambi¨¦n buscan l¨ªderes tranquilos
La direcci¨®n de perfil bajo funcion¨® a Del Bosque y a otros con ¨¦xito - El poder blando pilota grupos brillantes; casos conflictivos requieren mano dura
El ¨¦xito y el fracaso eran para Rudynard Kipling dos "impostores" a los que hab¨ªa que tratar siempre con indiferencia. La selecci¨®n espa?ola ha ganado el Mundial de f¨²tbol con Vicente del Bosque como entrenador. Semejante haza?a invita a bucear en la personalidad del t¨¦cnico salmantino para tratar de encontrar la p¨®cima infalible que garantice la gloria. Es un ejercicio de riesgo. Cuando alguien triunfa, lo f¨¢cil es relacionar sus caracter¨ªsticas personales con la victoria, pero no siempre actuar de una determinada manera asegura el ¨¦xito. Hecha esta precisi¨®n, existe unanimidad a la hora de atribuir al seleccionador el calificativo de l¨ªder. La suya es, sin embargo, una forma de entender la jefatura de perfil bajo, alejada de rasgos m¨¢s autoritarios con los que tradicionalmente se ha asociado la direcci¨®n de colectivos.
Del franquismo qued¨® un tipo de jefe paternalista y autoritario
En los noventa ya se demandaba un liderazgo m¨¢s cooperativo
Las multinacionales anglosajonas buscan directivos que sepan polemizar
Mourinho llega a equipos en crisis y no se queda en ellos m¨¢s de tres a?os
"Es el liderazgo de los nuevos tiempos", resume Juan Carlos Cubeiro, presidente de la consultora Eurotalent. Muchos de los entrenadores que han fracasado en el Mundial son de la vieja escuela, entienden el trabajo en equipo como la obediencia de los centuriones: yo estoy por encima de los jugadores y los muevo como si fueran simples fichas en un tablero de ajedrez. "A diferencia de esta jefatura de ordeno y mando, Del Bosque ejerce una direcci¨®n serena, compartida. Escucha a todos y sabe qu¨¦ puede aportar cada jugador", a?ade Cubeiro, que imparte cursos de liderazgo en la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol.
Ignacio ?lvarez de Mon, profesor del Instituto de Empresa, tiene una visi¨®n parecida: "Por lo que trasciende de su comportamiento, Del Bosque es una persona modesta, humilde y sencilla. Ejerce un estilo de mando horizontal, de igual a igual. Se f¨ªa de su equipo y sus subordinados le perciben como alguien accesible y cercano".
El seleccionador espa?ol es de los que prefieren conceder todo el protagonismo a sus colaboradores. Esta filosof¨ªa se manifest¨® incluso en un momento tan emotivo como cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final del partido contra Holanda. Se hab¨ªa ganado el Mundial y Del Bosque se alej¨® de los focos. Solo la insistencia de sus jugadores para mantearlo le devolvi¨® al primer plano. Ahora bien, ser buena persona no basta para convertirse en un l¨ªder. "Sabe de qu¨¦ va este negocio y tiene grandes conocimientos t¨¦cnicos. Fue futbolista de ¨¦lite y como entrenador gan¨® muchos t¨ªtulos antes de llegar a la selecci¨®n. Ejerce, por tanto, su liderazgo desde la autoridad moral que le dan su experiencia y su curr¨ªculo", argumenta Francisco Longo, profesor de Esade.
La manera que tiene Del Bosque de dirigir colectivos gusta a todos los expertos, pero estos advierten de que no debe entenderse su estilo como una f¨®rmula universal, ya que cada situaci¨®n exige un tipo de liderazgo diferente. "La actitud del seleccionador es muy eficaz para equipos maduros formados por profesionales brillantes que manejan muy bien su especialidad porque permite poner el acento en el equipo para que funcione a un alto nivel de forma aut¨®noma. Sin embargo, en situaciones donde no hay cohesi¨®n o falta madurez, funciona mejor un tipo de liderazgo m¨¢s protagonista, m¨¢s intervencionista", explica ?lvarez de Mon.
Que cada contexto exige un tipo de l¨ªder diferente se puede observar en la propia trayectoria de Del Bosque: siempre ha sido fiel a su estilo, pero ni los resultados ni la visi¨®n que de su trabajo ten¨ªan sus superiores han sido siempre las mismas. En el Real Madrid alz¨® dos Copas de Europa y concluy¨® su contrato ganando una Liga. Este historial no le sirvi¨® para ganarse la renovaci¨®n, ya que Florentino P¨¦rez buscaba un entrenador con m¨¢s glamour. Luego prob¨® suerte en Turqu¨ªa, pero la aventura en el Besiktas solo dur¨® ocho meses.
"Soy partidario de un liderazgo como el que ejerce Del Bosque, salvo en situaciones de crisis donde en una primera fase funciona mejor otro tipo de direcci¨®n", se?ala Carlos Alemany, presidente de Korn Ferry, empresa especializada en la b¨²squeda de directivos. "Cuando Florentino P¨¦rez no le renov¨® porque buscaba un entrenador m¨¢s medi¨¢tico, fue un error. Ahora, en cambio, la crisis que vive el club hace que s¨ª pueda funcionar un l¨ªder con una personalidad m¨¢s acusada, como Jos¨¦ Mourinho. El portugu¨¦s llega a clubes en dificultades, los transforma y a los tres a?os se marcha. Quiz¨¢s intuya que un liderazgo carism¨¢tico como el suyo no es sostenible en el tiempo", a?ade Alemany.
Cuando en 2006 la selecci¨®n de baloncesto gan¨® el Mundial de Jap¨®n, a Pepu Hern¨¢ndez, su entrenador, le llovieron las ofertas para transmitir sus nociones de liderazgo a otros directivos. En los ¨²ltimos a?os, el mundo empresarial intenta aplicar conocimientos de otros ¨¢mbitos, como el deporte, para mejorar la capacidad de sus l¨ªderes en la gesti¨®n de equipos. En el caso de Del Bosque, los expertos consideran que las compa?¨ªas tambi¨¦n pueden sacar valiosas conclusiones de c¨®mo ha sabido manejar al colectivo en los 50 d¨ªas de concentraci¨®n mundialista.
"Uno de los grandes activos de las compa?¨ªas es su capital humano. Es bueno para una empresa contar con l¨ªderes como Del Bosque que recluten a los mejores profesionales, los formen y les ense?en a trabajar en equipo. Cuando se cuenta con gente muy brillante, lo complicado es que se esfuercen de forma colectiva para lograr un objetivo com¨²n. En la selecci¨®n, los jugadores han atacado y defendido con la misma intensidad", recuerda ?lvarez de Mon.
Las empresas dicen apostar todas por el talento, pero cuando llegan los momentos dif¨ªciles algunas no predican con el ejemplo. "Del Bosque nos ha recordado la importancia de rodearse de gente talentosa. Sin embargo, cuando una empresa plantea un expediente de regulaci¨®n de empleo los criterios para elegir a los empleados que ser¨¢n despedidos no suelen tener en cuenta el talento, sino otros aspectos como la edad o el sueldo. En la selecci¨®n se han escogido los mejores, con independencia de otros criterios, como demuestra el caso de V¨ªctor Vald¨¦s", apunta Cubeiro.
En el mundo empresarial, la presi¨®n del mercado puede forzar a los directivos a dar un brusco cambio de tim¨®n, sacrificando el planteamiento inicial para lograr resultados a corto plazo y calmar as¨ª a los inversores. En cambio, en el caso de Del Bosque, la presi¨®n de los medios (la a?oranza del juego del tiqui-taca) no le hizo traicionar su estilo. "La t¨¢ctica no le impidi¨® ver la estrategia", describe Longo. "Ha sido un l¨ªder con discurso propio. Se ha sabido sobreponer a la tentaci¨®n cortoplacista, gracias a su visi¨®n estrat¨¦gica".
En Espa?a, durante los primeros a?os de la democracia, todav¨ªa dominaba un estilo de direcci¨®n paternalista heredado del franquismo, en virtud del cual se aplicaba un esquema jerarquizado donde el jefe ejerc¨ªa un gran control sobre el colectivo. A partir de los a?os noventa del pasado siglo, sin embargo, este modelo se ha ido transformado. ?Qu¨¦ perfil de directivo buscan ahora las compa?¨ªas? "Las empresas espa?olas piden un tipo de liderazgo tranquilo parecido al de Del Bosque, mientras que a las multinacionales les gusta m¨¢s el l¨ªder carism¨¢tico. En el mundo anglosaj¨®n aprenden a debatir en p¨²blico desde peque?os y ven en la capacidad de polemizar un rasgo positivo del directivo", comenta Carlos Alemany.
Este cazatalentos ayud¨® a Amancio Ortega en la b¨²squeda de un candidato para suplir a Jos¨¦ Mar¨ªa Castellano como primer ejecutivo de Inditex. Tras rastrear el mercado, el elegido fue Pablo Isla, el directivo espa?ol, en su opini¨®n, con un estilo de liderazgo m¨¢s parecido al de Del Bosque. "Ambos tuvieron ¨¦xito en sus trabajos anteriores -Isla en Altadis y Del Bosque en el Real Madrid- y llegaron a organizaciones donde sus predecesores hab¨ªan triunfado. Mediante un cambio tranquilo han logrado dar continuidad a esa buena marcha e incluso mejorar los resultados", argumenta Alemany.
Del Bosque lleg¨® a un grupo que hab¨ªa triunfado con un tipo de liderazgo muy diferente del suyo. Una de las pruebas m¨¢s dif¨ªciles para un directivo o un entrenador es acceder al cargo cuando las cosas marchan bien porque en ese momento es cuando resulta m¨¢s dif¨ªcil hacer cambios. ?Qu¨¦ se debe hacer en esta situaci¨®n? "El l¨ªder debe saber que los cambios, aunque sean necesarios, los debe aplicar de forma gradual. Tambi¨¦n debe valorar hasta qu¨¦ punto no cambiar es una ventaja competitiva", explica Francisco Longo. "Del Bosque ha sabido hacer esta transici¨®n de forma mod¨¦lica. Aunque su liderazgo es tranquilo no ha dejado de ser transformador. Ha introducido modificaciones en la estrategia y en las personas que le rodean. En definitiva, ha sabido afirmar un proyecto propio sin que la esencia heredada se viera perjudicada", a?ade el profesor de Esade.
Del Bosque debut¨® como jugador madridista en 1973. Un a?o despu¨¦s, el entrenador m¨¢s longevo y laureado en la historia del club, Miguel Mu?oz, tuvo que dejar su puesto tras casi 14 a?os en el banquillo; el equipo hab¨ªa sido derrotado en una eliminatoria de la Copa de la UEFA ante el Ipswich Town. Como Del Bosque, Mu?oz era un l¨ªder de perfil bajo. Quiz¨¢s el salmantino lo aprendiera de ¨¦l. Quiz¨¢s tambi¨¦n aprendi¨® de esta leyenda blanca que nadie es eterno y, por lo tanto, hay que ser humilde. Aunque seas campe¨®n del mundo.
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