La Edad Media en el siglo XXI

Google Maps no sabe d¨®nde est¨¢ Valdecorzas. Este pueblo se fund¨® hace 32 a?os sobre unas colinas de Arganda y tiene 500 habitantes, pero formalmente no existe. Es una urbanizaci¨®n ilegal. S¨ª existe materialmente, pero poco. Est¨¢ completamente oculto detr¨¢s de unos montes, a un lado de la carretera de Puente de Arganda a Chinch¨®n, 30 kil¨®metros al sureste de Madrid. En una recta pintada con l¨ªnea continua aparece una se?al, colocada por los vecinos, que pone Valdecorzas. Una vez se gira a la izquierda entramos en una calzada que se adentra en el monte. Poco a poco empiezan a aparecer casas que supuestamente no existen: Villa Gazpachito, La de Luci...

Las viviendas, construidas por sus propietarios, est¨¢n dispersas en peque?os n¨²cleos situados en los altos de los cerros que albergan la zona habitada, de 300 hect¨¢reas. Cada una tiene sus placas solares o su molinillo de viento para generar energ¨ªa. La culpa de que esta poblaci¨®n sea tan ecol¨®gica, es decir, que no tenga una red de electricidad, es de los comunistas y de los socialistas, seg¨²n Manuel Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n Valdecorzas.

Cada vivienda tiene placas solares o molinillo de viento para generar energ¨ªa

Los vecinos han tenido que pagarse las carreteras que llevan a sus casas

En 1988 IU mandaba en Arganda y el PSOE presid¨ªa la Comunidad. El Gobierno socialista, liderado por Joaqu¨ªn Leguina, consider¨® que deb¨ªa normalizar la situaci¨®n de Valdecorzas. La Alcald¨ªa de Arganda, a la que le correspond¨ªa ejecutar la orden, no dio un paso adelante y el tr¨¢mite se par¨®.

La jaula burocr¨¢tica de Valdecorzas se reforz¨® en 1994, cuando la urbanizaci¨®n entr¨® dentro de los l¨ªmites protegidos del Parque Regional del Sureste, pese a la poca categor¨ªa ambiental que le concedi¨® en 1984 la Comunidad: "Valor ecol¨®gico: medio. Valor agrario: bajo. Valor paisaj¨ªstico: bajo". Las vistas, eso s¨ª, son excelentes.

El Gobierno actual de Arganda (51.000 habitantes), del PP, se remite a los hechos para justificar la penitencia de Valdecorzas. En una nota enviada a este diario se afirma que se trata de un suelo protegido. Y a?ade que, ya en 1978, el Ayuntamiento advirti¨® a los vecinos de que no ten¨ªan permiso. No se menciona otro hecho: que era un empleado del Ayuntamiento el que animaba a comprar estos terrenos. "El funcionario te dec¨ªa que era suelo r¨²stico, pero que se iba a recalificar", recuerda Ram¨ªrez. Por entonces, el Gobierno de IU ech¨® al empleado "por falta de probidad moral".

En medio de los entuertos, la Asociaci¨®n Valdecorzas ha llevado el caso a los tribunales, pidiendo que se recupere la decisi¨®n de la Comunidad de legalizar la urbanizaci¨®n. A¨²n no se ha resuelto.

La sala de m¨¢quinas del rumano Ion Bolnavu, alba?il, fontanero, soldador y padre de familia, es una caseta de cemento y ladrillo con una bater¨ªa potente de la que salen cables en varias direcciones. Este aparato es el centro energ¨¦tico de su vivienda y se alimenta de tres modos: por la fuerza del aire que mueve un molinillo de tres aspas, por el calor del sol que chupan seis placas solares o por la combusti¨®n de un tanque de gasolina. Por el jard¨ªn camina su repertorio de animales de granja: gallinas, decenas de polluelos que las siguen, ocas y pavos.

Para beber compra m¨¢s de 50 litros de agua a la semana (en casa son seis); para ba?arse o limpiar la ropa extrae agua del subsuelo a un tanque que tambi¨¦n tiene conectado por una bajante al canal¨®n del tejado para recoger la lluvia. Las aguas fecales van a un pozo negro que est¨¢ excavado a la entrada del jard¨ªn, bajo el suelo de un templete de ladrillo donde la familia come en verano.

Los vecinos de Valdecorzas son propietarios y est¨¢n empadronados en Arganda, seg¨²n explica Ram¨ªrez, pero el Ayuntamiento no les ofrece servicios. Tampoco tira sus viviendas, porque la mayor¨ªa tienen m¨¢s de tres a?os y no es legal derribarlas. Los vigilantes del Parque del Sureste denuncian a los juzgados todos los meses varios intentos de construcci¨®n, pues sigue subiendo gente a las colinas, sobre todo extranjeros, rumanos la mayor¨ªa. No obstante, cerca de un 70% de la gente es espa?ola, seg¨²n la asociaci¨®n.

Ion Bolnavu, de 58 a?os, lleva una d¨¦cada en Valdecorzas. "En Rumania no tengo nada", dice. Aspira a que se tome una decisi¨®n que saque a su urbanizaci¨®n del limbo. En caso de que ocurra, Bolnavu tiene pensado c¨®mo celebrarlo: "Maradona dijo que si ganaba el Mundial daba una vuelta al campo desnudo. Yo, si el pueblo sale en el peri¨®dico, tambi¨¦n me desnudar¨¦ y saldr¨¦ a correr por Valdecorzas". Probablemente lo multar¨¢n los guardas forestales.