Zapatero hasta el final
Mariano Rajoy ha cambiado la seda por el percal. Renuncia a los argumentos y se aferra al estribillo. Pide al presidente que disuelva las C¨¢maras y convoque elecciones. Todo lo cifra en denigrar a Zapatero y pintarle como responsable de la p¨¦rdida de credibilidad internacional que tan cara estamos pagando. Su receta es que se vaya. Se ahorra el esfuerzo de presentar un programa porque el electorado debe saber a estas alturas que Rajoy es el camino, la verdad y la vida. Otra cosa es que la banda de ZP sea feliz con las causas fracturantes, con tener enfrente al m¨¢s disparatado de los PP posibles y medirse con el m¨¢s negativo de los posibles l¨ªderes de la oposici¨®n, que ande echando de menos a Federico Jim¨¦nez Losantos, tantas veces magn¨ªfico revulsivo para lograr el cierre de filas y espabilar a quienes propenden a disentir sin medir el riesgo de la alternativa.
Tendremos ZP hasta el final de esta legislatura. Entonces se despedir¨¢. No ser¨¢ otra vez candidato
Es decir, que volvemos a las andadas. A los pasos contados despu¨¦s de que las urnas de 1979 negaran la victoria cantada que el PSOE pensaba tener en sus manos, la primera decisi¨®n socialista fue la de romper el p¨®ster de su antagonista Adolfo Su¨¢rez, convencidos de que contra cualquier otro rival sus oportunidades mejorar¨ªan.
Hubo momentos en que pareci¨® establecerse que contra Su¨¢rez val¨ªa todo, como bien recuerda Javier Cercas en su libro Anatom¨ªa de un instante (Editorial Mondadori. Barcelona, 2009) al tratar de la placenta del golpe. Se hablaba entonces de Gobiernos de concentraci¨®n y de otros experimentos como alternativa que diera salida a un presidente leg¨ªtimamente investido por el Congreso de los Diputados apenas a?o y medio antes y que hab¨ªa superado en mayo de 1980 la moci¨®n de censura interpuesta por Felipe Gonz¨¢lez, entonces secretario general del PSOE.
Ruido, mucho ruido, seg¨²n reza la letra de la canci¨®n de Joaqu¨ªn Sabina, y al final lleg¨® el final, con la intentona golpista del 23-F de Tejero incluida. Por eso, frente a quienes sostuvieron que Su¨¢rez nos deb¨ªa una explicaci¨®n sobre las razones que le hab¨ªan llevado a dimitir, hubo quienes mantuvieron que lo ¨²nico inexplicado era por qu¨¦ hab¨ªa resistido hasta entonces sin hacerlo.
A?os despu¨¦s, a partir de 1993, el l¨ªder de la oposici¨®n y presidente tambi¨¦n del refundado Partido Popular, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, acu?¨®, con la colaboraci¨®n de su adl¨¢tere Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, el ?V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez!, repetido hasta la saciedad y alent¨® la mayor conspiraci¨®n nunca organizada a base del juez Campeador, de los polic¨ªas de la casa Amedo y Dom¨ªnguez, de Perote y de los servicios de inteligencia, de Mario Conde, del sindicato del crimen, con puntales de plena dedicaci¨®n como Luis Mar¨ªa Anson, Jota Pedro y otros compa?eros del metal.
Todos movidos por el prop¨®sito compartido de aniquilar a Gonz¨¢lez tras convertirle en mister X. Porque estimaban que Felipe era imbatible en la lid ordinaria y para sacarlo de la competici¨®n arriesgaron incluso la estabilidad de las instituciones democr¨¢ticas o de la monarqu¨ªa.
Con estos procedimientos acab¨® llegando a La Moncloa en 1996 Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar al frente de un PP domesticado y disciplinado que gan¨® por apenas 300.000 votos de ventaja. En apariencia una dulce derrota para los socialistas que termin¨® por no serlo tanto.
De 2000 a 2004, ?nsar tuvo enfrente al nuevo secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Hizo un ejercicio que parec¨ªa responder al viejo refr¨¢n de "buen porte y buenos modales, abren puertas principales". Mereci¨® el apelativo de bambi y as¨ª llegamos a la reuni¨®n en Azores de los tres tenores para dictar el ultim¨¢tum al iraqu¨ª Sadam Husein. Momento en que nuestro ZP se transform¨® en pancartista, como le repet¨ªan desde los esca?os del Gobierno. Pero ni siquiera entonces Jos¨¦ Luis dej¨® de proponer toda clase de pactos por las libertades y contra el terrorismo, por la justicia o por lo que hiciera falta.
Fueron las mentiras que siguieron a la cat¨¢strofe del 11-M las que inclinaron las urnas a favor de Zapatero. A partir de ah¨ª, el PP estuvo cuatro a?os deslegitimando el resultado electoral e implicando a los socialistas en la masacre. Federico y Jota Pedro insistieron en ello ad nauseam.
ZP parece resuelto a seguir por el camino que Espa?a precise, le cueste lo que le cueste. Debe descartarse que abandone o salga por la escalera de incendios. Tendremos Zapatero hasta el final de esta legislatura, que en absoluto quiere abreviar. Entonces, ZP se despedir¨¢ de ustedes. No ser¨¢ otra vez candidato. Por eso, quien vaya a ser vicepresidente primero en el nuevo Gobierno anticipar¨¢ su preferencia sobre el encabezamiento de las listas de las elecciones generales de 2012.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.