Todo en calma
La televisi¨®n p¨²blica aguarda a que Bruselas resuelva las dudas sobre el sistema de financiaci¨®n que el Gobierno espa?ol ha establecido tras la supresi¨®n de la publicidad. Han comenzado las apreturas contables y los desplazamientos de programas insignia como, por ejemplo, En portada. Suena razonable que la renuncia a emitir publicidad venga sufragada por una partida de los beneficios de los canales privados, verdaderos beneficiados de la medida. Otra partida, que completar¨¢ a la subvenci¨®n directa del Estado, tiene que venir de las empresas de telefon¨ªa, verdaderos elefantes medi¨¢ticos convertidos ya en canales prioritarios para la comunicaci¨®n de las personas.
La semana pasada el Consejo de Ministros anunci¨® los seis nuevos canales multiplex de cobertura nacional. En septiembre llegar¨¢n estos nuevos canales, pero son de los mismos due?os que los actuales. M¨¢s vino para los borrachos. Si ustedes estaban esperando solomillo, m¨¢s vale que se hagan a la idea de que los fabricantes de piruletas no van a variar demasiado el men¨², y como mucho les tocar¨¢ alg¨²n chupa-chup. Se habla de un canal dirigido a mujeres, La Nueve de Telecinco, y otro con el clarificador nombre de Marca TV, que pondr¨¢n en marcha La Sexta y la empresa editora de El Mundo. Otros ceder¨¢n frecuencias a tertulias y tragaperras. El modelo actual no va a sufrir una significativa variaci¨®n. Es cierto que las carreras de Comunicaci¨®n Audiovisual y Periodismo exigen nota tan alta y ponen dificultades de entrada similares a Bioqu¨ªmica o Medicina, pero el futuro que les espera a sus titulados es t¨¦trico. Podr¨¢n escarbar en el cubo de la basura de Tita Cervera o empezar a ahorrar para sufragar una entrevista con alg¨²n delincuente medi¨¢tico. Las empresas que detentan el poder siguen ancladas en modelos ramplones que dan gran beneficio y los canales p¨²blicos van cayendo poco a poco en la precariedad y la presencia testimonial, cuando no en la manipulaci¨®n abrasiva. No s¨¦ qu¨¦ pensar¨ªamos de una sociedad que utilizara a sus bioqu¨ªmicos para recoger excrementos y a sus cirujanos para desatrancos de pocer¨ªa. Pero esa es exactamente la sociedad televisiva que hemos fabricado. Reina la calma chicha en ese mar. A nosotros nos reservan el papel de ahogados.
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