Madre y escritora
Poes¨ªa. Marina Tsviet¨¢ieva nunca pudo seguir un camino recto para llegar a una librer¨ªa, y la existencia llena de obst¨¢culos que caracteriz¨® su vida y que la llev¨® al suicidio en 1941 tambi¨¦n vale para su obra, que se abri¨® paso hasta nosotros a c¨¢mara lenta y en editoriales menores, aunque contase desde el principio con la admiraci¨®n de autores como Rilke o Bor¨ªs Pasternak. Tal vez la tendencia de cierta cr¨ªtica a reducir los pa¨ªses a unos cuantos nombres, para hacerlos abarcables, la perjudic¨®: en el reparto, la Uni¨®n Sovi¨¦tica le toc¨® al propio Pasternak y, en todo caso, a la admirable Anna Ajm¨¢tova. Ella, igual que Ossip Mandelstam, llegar¨ªa m¨¢s tarde al futuro, doble v¨ªctima de la incomprensi¨®n y del estalinismo, que la destroz¨® a ella y aniquil¨® a su familia.
Marina Tsviet¨¢ieva, mi madre
Ariadna Efron
Traducci¨®n de Isabel
Gonz¨¢lez-Gallarza
Circe. Barcelona, 2010
296 p¨¢ginas. 17 euros
Gran parte de su poes¨ªa, dispersa en publicaciones remotas, cartas y manuscritos regalados a diferentes amigos, o extraviada en los traslados forzosos que tuvo que hacer Tsviet¨¢ieva a lo largo de sus sucesivos exilios en Alemania, Checoslovaquia o, el ¨²ltimo, en la ciudad t¨¢rtara de Yelabuga -donde hab¨ªa sido evacuada por el avance nazi hacia Mosc¨²-, se habr¨ªa perdido de no ser por la perseverancia de su hija Ariadna, v¨ªctima ella misma de la represi¨®n, que se dedic¨® a reunirla con una fe infinita y que, cuando lo consigui¨®, al menos en parte, quiso contar su historia en este libro, Marina Tsviet¨¢ieva, mi madre, donde pone en claro a una mujer oscurecida por la escritora que era y por el drama que sufri¨®, de modo que la persona que describe su hija, tan real en el c¨ªrculo de sus costumbres dom¨¦sticas, resulta emocionante precisamente a causa de su normalidad.
Aunque no es eso todo, porque tambi¨¦n tenemos un relato pormenorizado de sus devociones literarias por personajes como Block o Pushkin; de sus lecturas, sus desencuentros con primeras espadas como Maiakovski o Esenin, y su merodeo por los ambientes culturales de las ciudades en las que estuvo. No vivi¨® nunca, seg¨²n su propio plan, "con paciencia, como se parte la piedra; / con paciencia, como se espera la muerte; / con paciencia, como se acaricia la venganza"; pero escribi¨® de un modo febril algunas obras esenciales como Poema del fin, Carta de a?o nuevo, Cazador de ratas o Poema de la monta?a. Ariadna Efron nos ense?a c¨®mo, d¨®nde y por encima de cu¨¢ntas cosas lo hizo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.