?Qui¨¦n quiere mal a la CAM?
Caja Mediterr¨¢neo toma la decisi¨®n m¨¢s importante de su historia
En la voz del consejero de Caja Mediterr¨¢neo se percibe una enorme decepci¨®n no exenta de una rabia contenida. Lleva tiempo formul¨¢ndose la misma pregunta sin encontrar respuesta: ?Qui¨¦n quiere mal a la CAM? La caja, su caja, est¨¢ a punto de rendir las armas -ma?ana mismo, tal vez- a una entidad de mucho menor tama?o y todav¨ªa no se explica c¨®mo ha sido posible llegar hasta aqu¨ª. C¨®mo una entidad financiera que ma?ana presentar¨¢ unos resultados excelentes a los que, por si faltara algo, hay que a?adir los resultados de las pruebas de resistencia realizadas por el Banco de Espa?a que certifican la solvencia de la entidad; c¨®mo es posible, se pregunta, que todo ello no sirva para nada
Un consejero se pregunta por qu¨¦ el Banco de Espa?a lo autoriz¨® todo
Un cargo de la direcci¨®n de la caja asegura: "Hemos negociado mal"
"Por qu¨¦, por qu¨¦. Si tenemos beneficios, nuestro porcentaje de mora est¨¢ muy ajustado, si nuestra solvencia est¨¢ m¨¢s que garantizada, por qu¨¦ el Banco de Espa?a nos fuerza a un acuerdo que nos pone a los pies de los caballos; por qu¨¦, pese a tener durante a?os dos inspectores en la sede central de la CAM, nunca se nos advirti¨® de que existiera anomal¨ªa alguna. Por qu¨¦ se nos dej¨® invertir en M¨¦xico o en Costa Rica, por qu¨¦ se nos permiti¨® emitir cuotas participativas, por qu¨¦ se dio luz verde a todas estas operaciones para venir ahora con amenazas veladas de una intervenci¨®n. Si la caja est¨¢, seg¨²n dice ahora el Banco de Espa?a, en tan malas condiciones, ?por qu¨¦ nos autorizaron todas estas operaciones?". El timbre de voz del miembro del consejo de administraci¨®n ya es irritado, frustrado. No entiende nada. Sobre todo no entiende por qu¨¦ le obligan a Caja Mediterr¨¢neo a pasar por las horcas caudinas que impone Cajastur, que, pese a ser menor en tama?o, se ha hecho con todo el poder absoluto para su presidente ejecutivo y futuro consejero delegado del SIP (Sistema Institucional de Protecci¨®n), Manuel Men¨¦ndez.
Algunas explicaciones
Y sin embargo, si no para todo, s¨ª para casi todo existe alguna explicaci¨®n. Fuentes del mercado se?alan: Si la CAM est¨¢ tan bien como pretenden hacernos creer para qu¨¦ se han pedido 1.493 millones de euros al Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria. Y tambi¨¦n se formulan otras preguntas: "Es verdad que el Banco de Espa?a presion¨® a Caja Mediterr¨¢neo para que se fusionara de manera inmediata; ?pero era necesario someterla a semejante exposici¨®n p¨²blica, de tal modo que su imagen se deteriorara hasta extremos inexplicables en una negociaci¨®n de este tipo?". Estas mismas fuentes a¨²n no se explican ni el recorrido ni el m¨¦todo utilizado en las diferentes negociaciones. "Se asustaron ante un SIP con Caja Madrid porque tem¨ªan que una entidad de semejante tama?o acabara por absorberles. Luego, en el ¨²ltimo minuto, se levantaron de la mesa en la que negociaban con Cajamurcia porque Modesto Crespo, presidente de la CAM, no pod¨ªa soportar que Carlos Egea, presidente ejecutivo de la entidad murciana, mantuviera id¨¦ntica condici¨®n en la nueva entidad durante cinco a?os. Por ¨²ltimo, rompieron las negociaciones con la BBK porque solo les ofrec¨ªa una participaci¨®n del 49% en el nuevo SIP. Y todo ello contado en los medios de comunicaci¨®n en vivo, en directo. M¨¢s que una negociaci¨®n, que siempre debe ser discreta y reservada, aquello parec¨ªa la CNN: Est¨¢ pasando y lo est¨¢n viendo. Incre¨ªble".
No solo era el mercado el que se asombraba ante unas negociaciones tan obscenamente p¨²blicas. En el consejo de administraci¨®n de Caja Mediterr¨¢neo, algunos consejeros estaban muy preocupados por el m¨¦todo que tanto Modesto Crespo como Roberto L¨®pez, director general de la caja, estaban utilizando. La exposici¨®n p¨²blica de las conversaciones en los medios no se correspond¨ªa con una informaci¨®n adecuada en los ¨®rganos de gobierno de la entidad, que conoc¨ªan de los acuerdos por las informaciones period¨ªsticas. El asombro de no pocos consejeros fue a¨²n mayor cuando se conoci¨® el protocolo de intenciones que Crespo y L¨®pez hab¨ªan aceptado para formar el SIP con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, especialmente si se lo comparaba con lo que hab¨ªan rechazado con anterioridad: Si Cajamurcia exig¨ªa cinco a?os de plenos poderes para Carlos Egea, Cajastur lograba seis a?os prorrogables por otros seis para Manuel Men¨¦ndez, y si la BBK ofrec¨ªa una participaci¨®n del 49%, el SIP con los asturianos reduc¨ªa la participaci¨®n de Caja Mediterr¨¢neo al 40%. "Qu¨¦ mal hemos negociado", confesaba un consejero de la entidad alicantina.
El acuerdo con Cajastur
?En qu¨¦ consiste "el mal negocio" con Cajastur? No en el reparto del poder (40% para la CAM, 40% para Cajastur, 11% Para Caja Extremadura y 9% para Caja Cantabria). Ni siquiera en el organigrama de la c¨²pula del consejo de administraci¨®n, que se acepta con Modesto Crespo de presidente sin capacidad ejecutiva; dos vicepresidencias para extreme?os y c¨¢ntabros; Manuel Men¨¦ndez, consejero delegado, Roberto L¨®pez director general del SIP, m¨¢s un director general corporativo que desempe?ar¨¢ el asturiano Felipe Fern¨¢ndez. Ni tan siquiera hay problemas en aceptar que el consejero delegado pueda designar y destituir al equipo directivo hasta el segundo nivel, siendo responsabilidad suya la distribuci¨®n de las competencias. Tampoco hay pegas en el establecimiento de los porcentajes para la toma de acuerdos en el consejo de administraci¨®n o en la junta general de accionistas. Acuerdos que, en seg¨²n qu¨¦ casos, precisar¨¢n mayor¨ªa simple y en otros ser¨¢ necesario el 75% del capital con derecho a voto, contando siempre con los votos de los tres consejeros que propondr¨¢ Cajastur y los tres que propondr¨¢ la CAM.
No. El problema est¨¢ en el punto 12.3.12 del contrato definitivo y en un segundo ep¨ªgrafe que blinda por completo el poder de Manuel Men¨¦ndez sobre el SIP, vaciando de contenido al consejo de administraci¨®n. Ese fue el art¨ªculo que rechaz¨® el consejo de administraci¨®n de la CAM en su reuni¨®n del 15 de julio y que acab¨® provocando una crisis de tal magnitud que oblig¨® al Banco de Espa?a a intervenir. Las ¨²ltimas informaciones apuntan a una nueva redacci¨®n para que quede claro que con los poderes de Men¨¦ndez a¨²n siendo tan amplios, el consejero delegado tendr¨¢ que rendir cuentas ante el consejo. Una cuadratura del c¨ªrculo que permita al asturiano mantener un control casi absoluto sobre la nueva entidad, pero que al mismo tiempo evite las suspicacias de Caja Mediterr¨¢neo.
Este es todav¨ªa el principal escollo que hay que salvar para que el consejo de administraci¨®n de la CAM de ma?ana d¨¦ el visto bueno al contrato definitivo; pero como en toda batalla siempre se producen da?os colaterales. Los m¨¢s importantes han afectado sin duda a Modesto Crespo y, en menor medida, al director general de la CAM, Roberto L¨®pez. Una fuente del consejo es contundente al analizar el papel de ambos: "Se lo negociaron entre ellos y luego el director general trat¨® de arreglar el tema a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n". El malestar con Crespo es muy grande porque lleg¨® a acuerdos en reuniones a los que solo asisti¨® ¨¦l. L¨®pez, seg¨²n otras fuentes, exigi¨® ser el director general del futuro banco que nacer¨¢ como consecuencia del SIP, aunque para conseguirlo se renunciara a la marca CAM.
?Est¨¢ todo cerrado?
Si no ocurre nada, ma?ana el consejo de administraci¨®n de la CAM dar¨¢ luz verde al SIP con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria; pero si por alguna raz¨®n Caja Mediterr¨¢neo no firmara el contrato definitivo por su desacuerdo con los poderes que pretende ostentar Manuel Men¨¦ndez, varios bancos est¨¢n a la espera de ver qu¨¦ ocurre con la CAM. Uno de ellos es el Sabadell, otro el Santander. Ambas entidades bancarias han trasladado su inter¨¦s a la direcci¨®n nacional del PP, que se supone deber¨ªa tener poco que ver con esta historia de fusiones; pero no es as¨ª. El acuerdo entre Caja Madrid y Bancaja se cerr¨® en el despacho de Mariano Rajoy entre Rodrigo Rato y Jos¨¦ Luis Olivas. El que no pinta nada es el Gobierno valenciano. Los dos Camps (Francisco y Gerardo) se han limitado a ver pasar la procesi¨®n como si no fuera con ellos.
El consejero se preguntaba: ?Qui¨¦n quiere mal a la CAM? La respuesta: No muchos, pero s¨ª los suficientes. Y no todos est¨¢n en Madrid. Algunos de ellos forman parte de la direcci¨®n de la caja.
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