Par¨ªs no tiene sed

No es f¨¢cil encontrar fuentes para beber en las calles de Par¨ªs. El Ayuntamiento parisiense las cifra en 112. Muchas de ellas, pagadas en el siglo XIX por el fil¨¢ntropo Richard Wallace, que instaur¨® el modelo. Son bonitas, con cari¨¢tides protegiendo el chorro, pero poco operativas. Con todo, ah¨ª est¨¢n. La gu¨ªa Boire eau ¨¤ Paris (beber agua en Par¨ªs), publicada por el Ayuntamiento en 2009, ofrece un mapa. Ah¨ª se ve que hay barrios enteros, como el siete, por ejemplo (donde est¨¢ la Torre Eiffel, entre otras cosas) que solo cuenta con dos de esas fuentes.

Ahora bien: los parques y jardines esconden m¨¢s. Casi 200, repartidas por todo Par¨ªs. Son menos bonitas, mucho m¨¢s modernas, pero m¨¢s pr¨¢cticas. Muchas se encuentran al lado de los columpios de los ni?os. Un parisiense lo explicaba: "Bueno, hay que comprarse una botellita de agua si se quiere pasear, eso es verdad. Pero tambi¨¦n es verdad que aqu¨ª hace mucho menos sol que en Espa?a y llueve mucho m¨¢s. No nos hace falta tanta fuente".

Las fuentes de sir Richard Wallace se fabricaron en 1872. Sus grifos decorativos se hicieron famosos a partir de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs de 1889 y empezaron a saltar a otras ciudades. Todav¨ªa se conservan algunas en San Sebasti¨¢n, secas, solo con funci¨®n ornamental; antiguamente daban de beber a los donostiarras en el paseo de la Concha. En Barcelona quedan dos copias de este modelo y uno original. Tambi¨¦n est¨¢n en Ferrol. Las cari¨¢tides de sir Richard han llegado a ciudades como Lisboa, R¨ªo de Janeiro y hasta Macao, en 2005.