La ¨²ltima fiesta antes de volver a casa
Las estudiantes de Erasmus Clara Zapater y Marta Acosta fallecen en la avalancha humana de la Loveparade - Ten¨ªan previsto regresar a Espa?a esta semana tras un a?o en M¨¹nster
Era su ¨²ltima fiesta antes de volver a Espa?a. La despedida de su beca Erasmus, todo un a?o de libros y juergas que, sin embargo, no tuvo un final feliz. Las espa?olas Clara Zapater, estudiante de Psicolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (22 a?os y natural de Tarragona), y Marta Acosta (21 a?os, Cambrils), de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n en la Rovira i Virgili de Tarragona, est¨¢n entre las 19 v¨ªctimas de la avalancha humana que se produjo en el festival tecno Loveparade en Duisburgo (Alemania) el s¨¢bado. Ambas acababan de terminar su estancia de un curso acad¨¦mico en la Universidad de M¨¹nster, a unos 100 kil¨®metros del lugar de la tragedia. Ten¨ªan prevista su vuelta a casa esta semana.
Clara y Marta viajaron a Duisburgo en tren acompa?adas de una treintena de estudiantes Erasmus espa?oles. Tras llegar a la estaci¨®n, se dirigieron con otros amigos hacia la entrada del recinto del festival. Uno de los que iban con ellas era Daniel Rodr¨ªguez, de 22 a?os, de Vitoria, que recuerda c¨®mo, enseguida, las perdi¨® de vista. "?ramos cinco personas y de repente me qued¨¦ solo. Faltaban ellas dos y otros dos chicos", explica.
Ariadna Arroyo, tambi¨¦n del grupo de espa?oles, relata que ella, acompa?ada de su novio, logr¨® entrar en el festival antes de que se produjera la tragedia. "Pasamos por el t¨²nel a las cuatro de la tarde. En ese momento no hab¨ªa ning¨²n agobio", recuerda. "Nos dirigimos a la zona de baile y al rato llegaron otros cinco que hab¨ªamos dejado atr¨¢s, pero Clara y Marta, no", a?ade. "Y sus m¨®viles no respond¨ªan".
Se encontraban en medio de la marea humana que, seg¨²n Daniel, se produjo cuando la gente que estaba intentando entrar al festival por el t¨²nel empez¨® a darse la vuelta con la intenci¨®n de salir. "Ten¨ªamos que recorrer unos 500 metros hasta la entrada, pero se junt¨® tanta gente tratando de andar en sentido opuesto, que algunos intentaron escapar por una escalera de emergencia en la que solo cab¨ªa una persona. Los de seguridad ped¨ªan calma, pero la gente ya estaba aglomerada. Fue all¨ª donde se produjeron las muertes", concluye Daniel, que logr¨® alejarse huyendo en direcci¨®n contraria.
Ariadna asegura que, en medio de la confusi¨®n, Clara y Marta cayeron al suelo empujadas por la masa, que pas¨® por encima de ellas. Lisseli Santos, una peruana de 22 a?os que tambi¨¦n iba en el grupo, relata que perdieron el bolso, por lo que estaban incomunicadas -sin tel¨¦fono m¨®vil- y sin documentaci¨®n. "De repente las perdimos de vista. Pasamos un p¨¢nico tremendo. Era imposible encontrar a nadie", prosigue.
Cuando se despej¨® la zona, Marta fue hallada bajo el t¨²nel, inconsciente. Los m¨¦dicos, seg¨²n Ariadna y Daniel, trataron de reanimarla durante media hora en el hospital de campa?a que se instal¨® en el lugar del siniestro. "Cuando la estabilizaron se la llevaron en una ambulancia al hospital, donde muri¨®", cuenta Daniel. De Clara, sin embargo, ninguno de los estudiantes supo nada hasta un d¨ªa despu¨¦s de la tragedia. El c¨®nsul espa?ol en D¨¹sseldorf, Manuel Viturro de la Torre -que se encarg¨® de asistir a los afectados-, les comunic¨® su muerte a primera hora de la tarde de ayer.
Los compa?eros, que a¨²n se encuentran conmocionados y reciben atenci¨®n psicol¨®gica, recuerdan a Clara como una persona "muy abierta y simp¨¢tica". "Ten¨ªa una personalidad muy fuerte. Es de las personas m¨¢s alegres que he conocido. Siempre ten¨ªa la sonrisa en la boca y una vitalidad incansable", explica su amigo Daniel.
Marta, seg¨²n otra de sus compa?eras, Yolanda Piedra, era una chica "divertid¨ªsima que hablaba muy bien ingl¨¦s y alem¨¢n". "Era amiga de todos, nunca tuvo un problema con nadie", se?ala, por su parte, Ariadna. "Le gustaba leer, las compras y salir de copas con nosotras. Nunca se perd¨ªa las barbacoas que organiz¨¢bamos", prosigue.
Viturro, el c¨®nsul, se encarg¨® ayer de enviar de regreso a M¨¹nster en taxi a todos los estudiantes espa?oles que quedaban en Duisburgo. La oficina Erasmus de la universidad los reuni¨® ayer por la tarde en el campus para tratar de consolarlos. Despu¨¦s, todos se fueron a cenar algo a un McDonald's. Juntos, como a lo largo del a?o que han pasado en Alemania. Pero en esta ocasi¨®n no estaban todos. Faltaban dos.
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