Rock bajo los aviones que llegan y se van
"Aviones a punto de salir..." no es solo una frase de su canci¨®n Amelie. Es una realidad que marc¨® su infancia y juventud, y tambi¨¦n una de las sensaciones que les forj¨® como m¨²sicos. Rub¨¦n y Leiva proceden de la Alameda de Osuna, barrio de Madrid lindante al aeropuerto de Barajas y cantera del mejor rock madrile?o de los ¨²ltimos tiempos -los recordados Buenas Noches Rose o los canallas Le Punk de Alfa tambi¨¦n son de all¨ª-. Tambi¨¦n es el paisaje en medio del cual este d¨²o sigue armando sus canciones. M¨¢s concretamente en el espacioso ¨¢tico de la nueva casa de Leiva, comprada con el esfuerzo de no pocos ¨¦xitos y cientos de conciertos: "Es un refugio en el barrio de toda la vida, con luz natural, situado en una terraza. Aqu¨ª nos sentimos a salvo del ruido y, dentro de la ciudad, es un rinc¨®n tranquilo". Innumerables ventajas para quien no aspira a chalets pomposos, a pesar de formar parte de la n¨®mina de estrellas del rock patrio, sino que valora la vida del barrio por encima de todo para encontrar la armon¨ªa y el equilibrio necesarios para seguir creando. Leiva explica: "Aqu¨ª podemos bajar a tomar algo o a comer un men¨² al bar de siempre. Tenemos nuestro propio horario y nadie nos dice a qu¨¦ hora tenemos que empezar o marcharnos; podemos trabajar por la ma?ana o por la noche. Nos gusta la idea de no tener que bajar a Madrid para hacer nuestro trabajo de todos los d¨ªas". Rub¨¦n apunta: "Estamos en casa y no hay un contador corriendo".
Paredes blancas, solo manchadas por p¨®steres de los Beatles o Elvis. Instrumentos musicales: pianos, guitarras ac¨²sticas, el¨¦ctricas, panderetas -"nada hay tan imprescindible en un estudio de grabaci¨®n como una pandereta"-, bottle necks, p¨²as amarillas por el suelo... La l¨®gica y cl¨¢sica imaginer¨ªa que circunda a una banda de rock en el sitio donde brotan sus riffs: "El disco Aviones lo hicimos aqu¨ª, sin toda la movida que hay en el centro. Trajimos las guitarras y a nuestro t¨¦cnico Carlos; compramos al principio unas alfombras y un piano y, poco a poco, hemos ido sumando equipo. Tenemos nuestro propio estudio". El horario, dice Rub¨¦n, es el laboral de toda la vida: "Somos diurnos. Solemos quedar por la ma?ana y, en cuanto va oscureciendo, paramos para bajar a tomar unos quintos". Aunque Leiva aprecia como momento favorito "esa hora de la melancol¨ªa: no es del todo de noche, pero tampoco es de d¨ªa". Para lo suyo, hacer canciones, afirma: "Solo nos hace falta tiempo. Rub¨¦n suele traerse su guitarra espa?ola que cost¨® 11 euros y con eso nos basta. Con tener una idea es suficiente para hacer una canci¨®n".
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