El zapatero que no se resign¨®
Prada a Tope empez¨® elaborando productos para turistas y peregrinos
Si Jos¨¦ Luis Prada (Cacabelos, 1945) comulgara con el dicho "zapatero, a tus zapatos", no hubiera conseguido poner la guinda a su vida. Diversific¨® el negocio de calzados heredado de su padre y ajust¨® la oferta a la demanda. Y lo hizo echando mano de lo mejor de su tierra: meti¨® el Bierzo en el bote en forma de cerezas en aguardiente, pimientos asados, casta?as en alm¨ªbar, mermeladas y vinos, y lo etiquet¨® con la marca Prada a Tope.
Desde los 14 a?os, Prada se revel¨® como un inconformista. La zapater¨ªa familiar no marchaba bien, y su padre decidi¨® ponerlo al frente para ver si la juventud aportaba algo nuevo. El negocio, al pie del Camino de Santiago, ech¨® a andar por una nueva ruta. "Empec¨¦ por cambiar el escaparate, para hacerlo m¨¢s atractivo, e incluso puse una peque?a barrica de vino con una zueca donde los que pasaban pod¨ªan echar un trago", cuenta. Y as¨ª fue como, a base de estilo, consigui¨® embriagar a su pueblo. "Atend¨ªa muy bien a las se?oras, y de esa forma consegu¨ªa que vinieran tambi¨¦n las hijas a comprar", recuerda. En los a?os sesenta, pas¨® de ser s¨®lo zapater¨ªa a convertirse en un aut¨¦ntico zoco con todo tipo de novedades. "Cada temporada iba a las ferias a Londres y Barcelona: est¨¢bamos a la ¨²ltima".
En los a?os sesenta el negocio dio el salto de zapater¨ªa a zoco artesanal
"Soy un so?ador con los pies en la tierra", confiesa Jos¨¦ Luis Prada
El negocio iba bien, tan bien que lleg¨® a su techo de crecimiento, y a Prada comenz¨® a molestarle esa barrera sobre su cabeza. Cumpli¨® con el Estado haciendo la mili en la Legi¨®n y luego sent¨® cabeza en una boda que ya revelaba su gusto por lo enxebre: "Nos casamos en un carro de bueyes". No fue su ¨²nica excentricidad, pues asegura ser un pionero del tunning: "Ten¨ªa un Renault preparado con unos cuernos en el parachoques y puertas de madera, todo pintado a mi gusto". Con estas cosas, poco a poco, se iba construyendo el personaje.
En 1978, dio el salto a la l¨ªnea de negocio en la que terminar¨ªa por asentarse. En una reproducci¨®n de una palloza al pie del Camino de Santiago, se lanz¨® a vender productos t¨ªpicos del Bierzo elaborados artesanalmente. Pero otra vez tuvo que ajustarse a la demanda: "La gente nos ped¨ªa comida, as¨ª que mand¨¦ a casa a mi mujer a buscar un jam¨®n y una empanada de batall¨®n, y de este modo empec¨¦ en la hosteler¨ªa". El lugar concentraba tanta clientela que los vecinos lo bautizaron como "la Moncloa de San L¨¢zaro".
Para preservar la tradici¨®n como el mejor valor de la comarca respet¨® en sus conservas la esencia artesanal. S¨®lo fuera del bote se impone lo moderno, con una etiqueta pop donde se retrata a s¨ª mismo con unas gafas Ray-Ban y su nombre unido a una expresi¨®n muy suya: "Prada a Tope". La marca ha contribuido a mostrar al mundo las excelencias de un rinc¨®n del mundo hasta hace poco desconocido que hoy se asocia a la calidad y el respeto ambiental: El Bierzo.
En la cruzada de mejorar el futuro de su tierra, Prada tambi¨¦n se comprometi¨® con sus vecinos como alcalde de Cacabelos en dos ocasiones: primero con la UCD y, en una legislatura m¨¢s reciente, con el PP. Entregado a todas sus causas, en su primera etapa como regidor dio con sus huesos en la c¨¢rcel durante 20 d¨ªas por oponerse a la privatizaci¨®n de un camino vecinal. El ¨²nico trullo que hab¨ªa conocido hasta el momento era el dep¨®sito donde cae el mosto tras pisar las uvas de los menc¨ªas del Bierzo, pero enseguida se integr¨®: "En pocos d¨ªas acab¨¦ liderando a los presos para reclamar unas canastas de baloncesto".
Dej¨® la pol¨ªtica para priorizar sus proyectos. En 2001, compr¨® el Palacio de Canedo, en Arganza. El lugar recuerda a Falcon Crest, con la antigua mansi¨®n se?orial rodeada de vi?edos, pero todo con un aire m¨¢s r¨²stico donde nunca encajar¨ªa Angela Channing. Prada lo restaur¨® con materiales nobles y propios de la comarca para convertirlo en posada de calidad. "Se trataba de seguir con la misma l¨ªnea de negocio, pero con un nivel superior", explica. Adem¨¢s de hotel, cuenta con un restaurante y en ¨¦l se comercializan productos t¨ªpicos de la marca Prada a Tope, desde vino a cosm¨¦ticos, pasando por las tradicionales conservas y mermeladas artesanales.
Pionero en muchos campos, Prada tambi¨¦n trabaja para preservar el medio ambiente y los ecosistemas bercianos desde su fundaci¨®n. Actualmente repobla el bosque con especies aut¨®ctonas de Barredo. "Soy un so?ador con los pies en la tierra", confiesa. De momento, los productos t¨ªpicos que comercializa en sus negocios y en la red de franquicias de restaurantes seguir¨¢n alimentando sus sue?os.
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