Tecnolog¨ªa espa?ola para el nuevo laboratorio de la NASA en Marte
El 'Curiosity' partir¨¢ en 2011 con una estaci¨®n meteorol¨®gica hecha en Madrid
El pr¨®ximo robot que la NASA enviar¨¢ a Marte ser¨¢ un aut¨¦ntico laboratorio rodante, de gran tama?o y cargado de instrumentos cient¨ªficos, para averiguar si el planeta rojo pudiera ser, o pudo haber sido alguna vez, un mundo habitable. Se llama Curiosity y est¨¢ montado y ensayando ya en California. Su lanzamiento est¨¢ previsto para noviembre de 2011 y llegar¨¢ al suelo marciano, a un lugar a¨²n por determinar, en agosto de 2012.
Entre los instrumentos cient¨ªficos que lleva, uno se ha dise?ado y fabricado ¨ªntegramente en Espa?a. Se trata de una estaci¨®n meteorol¨®gica completa y compacta (menos de un kilo y medio). "Es la primera vez que se embarca un aparato entero espa?ol en una misi¨®n de la NASA", afirma Javier G¨®mez Elvira, ingeniero del Centro de Astrobiolog¨ªa (CAB). "Nuestra estaci¨®n, llamada Rems, medir¨¢ la humedad relativa, la presi¨®n, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, la velocidad y direcci¨®n del viento y la radiaci¨®n ultravioleta", explica. Son medidas que no solo caracterizar¨¢n el tiempo meteorol¨®gico, sino que ser¨¢n imprescindibles para contextualizar los an¨¢lisis de composici¨®n del suelo, de minerales, etc¨¦tera, que realizar¨¢n los dem¨¢s equipos del laboratorio.
El nuevo robot es mayor y m¨¢s completo que sus predecesores
El planeta es fr¨ªo, de alta radiaci¨®n ultravioleta y tenue atm¨®sfera
El Curiosity no es un peque?o veh¨ªculo -del tama?o de un horno dom¨¦stico- para ensayar el manejo y control remoto de un artefacto rodante por el suelo del planeta rojo, como fue el hist¨®rico Sojourner/Pathfinder de 1997, ni un ge¨®logo autom¨¢tico, como los gemelos Spirit y Opportunity posteriores. El nuevo laboratorio, acumulando la experiencia de esas misiones previas, da un salto cualitativo importante cient¨ªfica y tecnol¨®gicamente.
"El coste de la misi¨®n del Curiosity se acerca a los 2.000 millones de d¨®lares (unos 1.500 millones de euros) y el de nuestro Rems es de 10 millones", explica ?lvaro Gim¨¦nez, director del CAB. La misi¨®n estaba dise?ada para partir en 2009, pero los problemas surgidos con unos rodamientos, que no funcionaban bien a 50 grados bajo cero, obligaron a retrasarla, a?ade este astrof¨ªsico.
La estaci¨®n meteorol¨®gica espa?ola est¨¢ ya en California, en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), donde se est¨¢ colocando en el Curiosity. De su dise?o y desarrollo, as¨ª como de las pruebas una vez terminada, se ha ocupado G¨®mez Elvira en el CAB, un centro mixto del CSIC y el INTA situado en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid), y la empresa espacial Crisa la ha fabricado en Tres Cantos (Madrid). La Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a hizo aportaciones al dise?o de la Rems y la empresa EADS-CASA ha fabricado una antena de comunicaci¨®n del veh¨ªculo.
Marte es un mundo dif¨ªcil para los instrumentos terrestres, con tenue atm¨®sfera, alta radiaci¨®n ultravioleta en la superficie, mucho fr¨ªo y un rango amplio de temperaturas. "Los problemas m¨¢s graves que hemos tenido han sido con la electr¨®nica, que tiene que ser capaz aguantar desde 40 grados sobre cero hasta 150 bajo cero, aunque normalmente no llegue a tanto", dice el jefe del proyecto, G¨®mez Elvira. Tambi¨¦n inventar una estaci¨®n meteorol¨®gica de s¨®lo 1,4 kilogramos ha sido todo un reto. Otra pega es la influencia que tiene sobre los instrumentos el generador nuclear que lleva el Curiosity para suministrarle energ¨ªa, en lugar de los paneles solares que se han venido utilizando en misiones as¨ª.
Una caracter¨ªstica de Marte que trae de cabeza a cualquiera que haga un aparato para funcionar all¨ª es el polvo que se mete en todas las rendijas y que cubre visores y sensores. El Rems consta de dos dedos de 15 cent¨ªmetros de longitud que van instalados en el m¨¢stil del robot rodante, m¨¢s un sensor ultravioleta y la caja de electr¨®nica.
"La estaci¨®n tomar¨¢ todas las medidas durante cinco minutos cada hora, 24 horas al d¨ªa", explica G¨®mez Elvira, que lleva seis a?os trabajando en ella. El control de todos los instrumentos del Curiosity estar¨¢ en el JPL durante los dos primeros meses de la misi¨®n y luego pasar¨¢ al lugar de origen de cada uno -el del Rems en el CAB- pero todo coordinado diariamente desde California, apunta Gim¨¦nez.
Examen de habitabilidad
Con sus seis ruedas y un generador radiactivo para suministrar toda la energ¨ªa que necesita, el robot Curiosity va a tener una capacidad de exploraci¨®n cient¨ªfica muy superior a cualquier misi¨®n anterior en el suelo del planeta rojo. "El objetivo es caracterizar Marte desde el punto de vista de la habitabilidad. Ver, por ejemplo, si hay minerales cuya composici¨®n indica que hubo agua en el pasado, o elementos que pudieran ser fuentes de energ¨ªa para los microorganismos; es decir, las condiciones b¨¢sicas de la vida", asegura Javier G¨®mez Elvira.
?lvaro Gim¨¦nez a?ade que no se trata de buscar vida; que "aunque la hubiera, este veh¨ªculo no la detectar¨ªa. No est¨¢ dise?ado para eso". A no ser que fuese algo en movimiento "y lo viera una c¨¢mara", dice con iron¨ªa. La cuesti¨®n de la vida en Marte quedar¨¢ abierta tras esta misi¨®n; otras posteriores se dedicar¨¢n a buscar rastros.
Una decena de instrumentos del Curiosity (la mayor¨ªa de la NASA, pero con colaboraciones de Canad¨¢, Rusia, Alemania, Francia y Espa?a) tomar¨¢n datos de los minerales, su composici¨®n y cantidad, la atm¨®sfera, la meteorolog¨ªa, la radiaci¨®n en la superficie, etc¨¦tera. El plan es que el robot funcione al menos un a?o marciano (dos a?os terrestres) y, con su capacidad de avanzar 200 metros diarios, puede explorar mucho territorio.
El Curiosity mide 2,7 metros de largo y pesa 900 kilogramos, frente a los 174 de los dos robots rodantes que est¨¢n ahora en Marte. Una novedad tecnol¨®gica notable es la forma de llegar all¨ª. El artefacto, tras frenar en la atm¨®sfera marciana con paraca¨ªdas, cubrir¨¢ los ¨²ltimos metros colgado de una plataforma con retrocohetes, hasta posarse en el suelo suavemente. "Este descenso es una obra maestra de la ingenier¨ªa", dice G¨®mez Elvira.
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