Costa con olor a chumbera
Esta id¨ªlica playa permanece sin urbanizar en el Parque Natural de Almer¨ªa
Ni duchas, ni rampas de acceso, ni chiringuitos, ni barbacoas, ni construcciones de ladrillo acechando la retaguardia y, desde este verano, hasta ni coches. La playa de Genoveses es uno de los pocos lugares que guarda un alto porcentaje de virginidad y se resiste a la civilizaci¨®n pese a haber sufrido m¨¢s de un intento por cambiar el transcurso de su historia. Su situaci¨®n, en el Parque Natural de Cabo de Gata-N¨ªjar, ha sido crucial.
Para adentrarse en lo m¨¢s parecido al para¨ªso costero es necesario recorrer dos kil¨®metros y medio, la distancia que le separa del n¨²cleo urbano de San Jos¨¦, en N¨ªjar. Lo ideal es realizarlo a pie, pero tambi¨¦n hay transporte p¨²blico, un autob¨²s que comunica la urbe con la playa cada media hora. La ¨²nica manera de disfrutar de la cala accediendo en turismo es hacerlo antes de las nueve de la ma?ana o ya esperar hasta las siete de la tarde, el horario de toque de queda que ha establecido este a?o por primera vez la Administraci¨®n regional para salvaguardar el Parque Natural de los abusos de los veh¨ªculos.
Las restricciones en la reserva almeriense afectan a los coches desde este a?o
Alcanzar la fina arena blanca y darse un ba?o en sus aguas cristalinas es la meta de una ruta in¨¦dita, que ha convertido a Genoveses -junto a la vecina M¨®nsul- en uno de los rincones m¨¢s especiales de la costa mediterr¨¢nea. Existen varios itinerarios y el m¨¢s explorado es el que se inicia en el antiguo molino antes de pisar tierra volc¨¢nica. Una servidumbre de paso conduce hasta un sendero bordeado de las tradicionales pitas almerienses hasta una zona m¨¢s frondosa, donde crecen adelfas en las ramblas. Chumberas, amapolas, siemprevivas y campanas moradas son parte de la flora aut¨®ctona. Otro camino se inicia en una entrada anterior al molino, cerrada al tr¨¢fico, pero excelente para los ciclistas y personas que vayan acompa?adas de carritos, ya que el sendero es m¨¢s ancho que el primero. Est¨¢ rodeado de pinos y sus caracter¨ªsticas son diferentes del anterior. Si se opta por el acceso sobre ruedas, el lugar tambi¨¦n sorprende, dado que no se adivina lo que se va a encontrar 500 metros m¨¢s adelante.
En el camino se puede dar el primer saludo a alg¨²n artesano que ofrece ropa de ba?o o accesorios elaborados que dejan descansar sobre una tela echada en el suelo sin romper la est¨¦tica hippie. La arena oscura se dulcifica paso a paso hasta que el mayor disfrute lo alcanza la vista tras comprobar el destino, la inmensidad de una cala ¨²nica de 1.180 metros de longitud. Las expectativas son m¨¢ximas, al igual que la libertad de acci¨®n.
En Genoveses se puede practicar nudismo si se desea, aunque cada vez son menos los que lo realizan. No existe problema, como con el resto. La playa tambi¨¦n es destino para los amantes del surf, por el viento que suele peinar esta costa y discretamente se sit¨²an en uno de sus bordes para practicar este deporte, sin hacerlo masivamente. Sus atardeceres de vivos colores se pueden disfrutar paseando en la alfombra de conchas que, con el tiempo, ha formado el viento como antesala a la arena blanca.
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