Menos Estado y m¨¢s trabajo
El presidente cubano, Ra¨²l Castro, anuncia que el Gobierno reducir¨¢ a su ritmo la presencia en la econom¨ªa y que habr¨¢ un dr¨¢stico recorte del empleo p¨²blico
No empujen que me paro. Fue el primer mensaje a los que apremian al Gobierno de Ra¨²l Castro para que acometa reformas econ¨®micas, animados por el proceso de excarcelaci¨®n de un grupo de presos pol¨ªticos, actualmente en marcha. Lo segundo, una cuesti¨®n sem¨¢ntica: los cambios en Cuba ser¨¢n "ajustes al modelo socialista", no "reformas de mercado", concepto de poco recorrido en el discurso oficial. Aclarado esto, en su ¨²ltima alocuci¨®n ante el Parlamento Ra¨²l Castro anunci¨® algunas medidas largamente esperadas: el Estado reducir¨¢ su papel, se ampliar¨¢n los m¨¢rgenes para los negocios privados y el trabajo por cuenta propia y se autorizar¨¢ la contrataci¨®n de mano de obra asalariada para incentivarlos. Como se le quiera llamar, se trata de una minirreforma, si no capitalista s¨ª realista, y lo importante ahora es conocer su verdadero alcance.
El r¨¦gimen volver¨¢ a conceder licencias para el "trabajo por cuenta propia"
Castro neg¨® desavenencias en la c¨²pula de poder, "unida" como nunca
El prop¨®sito es hacer frente a una crisis econ¨®mica que tiene en su base la ineficiencia del modelo socialista y que ha puesto al pa¨ªs al borde de la bancarrota. Seg¨²n c¨¢lculos del propio Ra¨²l Castro, sobran 1.300.000 trabajadores en sus puestos laborales, cerca de un tercio de la poblaci¨®n activa en una econom¨ªa controlada por el Estado en un 90%.
El domingo, el presidente cubano dio a los diputados un norte sobre qu¨¦ tipo de ajuste va a ejecutarse. La reforma laboral se har¨¢ en varias fases (el plan para desinflar las plantillas es a tres a?os) y para empezar se modificar¨¢n las garant¨ªas salariales que cobran los desocupados. No dijo si los subsidios desaparecer¨¢n, pero s¨ª que se suprimir¨¢n "los enfoques paternalistas que desestimulan la necesidad de trabajar para vivir".
Para que los cientos de miles de cubanos que dejar¨¢ de emplear el Estado puedan buscarse la vida, el Gobierno eliminar¨¢ prohibiciones vigentes para el autoempleo y volver¨¢ a conceder licencias para el ejercicio del "trabajo por cuenta propia", practicado hoy por 150.000 personas. Tambi¨¦n autorizar¨¢ cooperativas y microempresas en sectores como el de servicios, y una importante novedad: los particulares podr¨¢n contratar mano de obra asalariada, algo permitido hasta ahora solo en el sector campesino.
Castro adelant¨®, eso s¨ª, que el r¨¦gimen fiscal para el sector privado ser¨¢ "actualizado", con cuotas a la seguridad social y grav¨¢menes sobre ingresos, ventas y uso de fuerza de trabajo.
Se trata, seg¨²n el mandatario, de uno de los "cambios estructurales y de concepto" que prometi¨® en julio de 2007 y que los cubanos m¨¢s reclamaban. Sin embargo, sobre el tema de las reformas y sus ritmos, Ra¨²l regres¨® al discurso del pasado 26 de julio, pronunciado por el vicepresidente primero, Jos¨¦ Ram¨®n Machado Ventura. Los cambios, parafrase¨®, "paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros, sin improvisaciones ni precipitaciones, para no errar y dejar atr¨¢s, definitivamente, errores o medidas que no se avienen a las condiciones actuales". Del no me empujes que me paro, pas¨® a referirse a los rumores sobre supuestas desavenencias en la c¨²pula del poder, sobre todo entre ¨¦l y su hermano Fidel. De eso nada, dijo, la dirigencia cubana est¨¢ "unida" m¨¢s que nunca, lo que no excluye "las discrepancias honestas" pero "con los mismos prop¨®sitos finales de justicia social y de soberan¨ªa nacional".
Ra¨²l Castro tambi¨¦n habl¨® por primera vez en p¨²blico sobre el proceso de excarcelaci¨®n de los presos pol¨ªticos, a quienes no concedi¨® tal condici¨®n sino la de simples "contrarrevolucionarios" al servicio de Washington. Y, aviso para navegantes, dijo que su liberaci¨®n es muestra del "poder" de la revoluci¨®n, pero advirti¨® de que no debe interpretarse como un cheque en blanco a la oposici¨®n ni de que "habr¨¢ impunidad para los enemigos de la patria". Sobre Estados Unidos, nada nuevo: "En esencia nada ha cambiado", asegur¨®, aunque ahora exista "menos ret¨®rica" y m¨¢s contactos.
Antes del discurso de Castro, el ministro de Turismo, Manuel Marrero, se refiri¨® a una medida de apertura al capital extranjero que el Gobierno pudiera poner en pr¨¢ctica en breve. En enero, dijo, se iniciar¨¢n negociaciones para construir 16 campos de golf con capital internacional, reforma que permitir¨¢ la venta de casas a extranjeros, una pol¨ªtica inmobiliaria que comenz¨® en los a?os noventa y fue congelada hace una d¨¦cada.
Algo qued¨® demostrado el domingo y es que los dos hermanos act¨²an m¨¢s coordinadamente de lo que se supone. Fidel Castro, ya restablecido de salud, no asisti¨® a la reuni¨®n del Parlamento. No hizo sombra a Ra¨²l en ese foro, y a la misma hora recibi¨® al ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi, representante de un modelo que los gobernantes cubanos hasta ahora se han resistido a imitar. No son pocos los que consideran en Cuba que una apertura econ¨®mica a la china es la ¨²nica posibilidad de salvaci¨®n de la revoluci¨®n. Si de nuevo el socialismo cubano se queda corto en los cambios, se llamen ajustes o reformas, veremos qu¨¦ pasa.
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