"Ha sido un milagro"
El conductor que el domingo atropell¨® a 13 personas en el Rastro pide perd¨®n - "Fallaron los frenos", dice el hombre, vendedor de lencer¨ªa en el mercadillo
Todav¨ªa con los pantalones del pijama hospitalario puestos, Eugenio Gonz¨¢lez, El Fanes, de 58 a?os, explicaba ayer sentado en el sof¨¢ de su casa c¨®mo su coche se hab¨ªa quedado sin frenos y hab¨ªa atropellado el domingo a 13 personas en el Rastro de Madrid. "Me met¨ª en el coche, gir¨¦ el volante para sobrepasar a otro que hab¨ªa aparcado delante. Cuando trat¨¦ de ponerlo en marcha, quit¨¦ el freno de mano. Pero no arranc¨®". No arranc¨®, pero s¨ª que se movi¨®. Baj¨® sin control por toda la Ribera de los Curtidores (distrito de Centro), llev¨¢ndose por delante todo lo que encontraba a su paso por los 400 metros que distan desde el n¨²mero 5 de la calle hasta que se estrell¨® casi a la altura de la ronda de Toledo.
"Se?or, aunque sea que me muera solo yo", pens¨® El Fanes durante el accidente
La furgoneta hab¨ªa pasado una revisi¨®n mec¨¢nica hace un mes
"Fallaron los frenos", asegura El Fanes con preocupaci¨®n. "No fue culpa m¨ªa, sino un accidente". El hombre, vendedor cada domingo en el Rastro, est¨¢ agradecido a Dios, como pastor evang¨¦lico que es, porque el accidente no acab¨® en tragedia. "Fue un milagro para lo que podr¨ªa haber pasado". Es predicador en una parroquia de Entrev¨ªas, y en Dios pensaba mientras su Kia Carnival rojo descend¨ªa desbocado cuesta abajo: "Se?or, aunque sea que muera solo yo". Gonz¨¢lez trat¨® de esquivar a las personas y los puestos dando bandazos y tocando el claxon. Finalmente logr¨® parar el coche estamp¨¢ndolo contra una farola, que se parti¨® por la mitad.
Pidi¨® perd¨®n y vuelve a pedirlo. "Es un hombre religioso que no ha hecho nada", le defend¨ªa Rafael el Patriarca, un vecino del barrio. "Es que solo ha pasado un d¨ªa y estoy muy afectado", reconoce El Fanes. F¨ªsicamente se encuentra bien. El airbag le golpe¨® en el pecho, justo debajo de la barbilla, por lo que el Samur le llev¨® al hospital, pero a las cinco de la tarde ya estaba en casa con el alta m¨¦dica. "Me van a poner collar¨ªn, pero me encuentro mal, as¨ª que ir¨¦ al m¨¦dico de cabecera ma?ana". E insiste: "Pido perd¨®n a todo el mundo: a los heridos y tambi¨¦n a los que no pudieron seguir vendiendo".
El coche, de segunda mano y con seguro a terceros, hab¨ªa pasado una revisi¨®n hace un mes, asegura su due?o. "Me dijeron que hab¨ªan repasado los frenos y que no tendr¨ªa que mirarlos en ocho meses". El Fanes y su esposa, Elvira Gabarre, lo hab¨ªan comprado hace seis meses por 4.000 euros. "Llevo conduciendo desde los 25 y ni siquiera me gusta correr", apostilla el hombre.
"Cuando el coche se me iba, no supe reaccionar echando el freno de mano o poniendo alguna marcha", explica Gonz¨¢lez. Admite que la palanca del freno manual ya le hab¨ªa dado algunos problemas y ten¨ªa que dejar una marcha metida al aparcar.
"Fueron los peores 20 minutos de mi vida", reconoce. El domingo hab¨ªa empezado como otros. La esposa y un amigo de la familia hab¨ªan descargado toda la mercanc¨ªa y los hierros para montar su puesto de lencer¨ªa y medias en el Rastro. Con ello se ganan un sobresueldo los Gonz¨¢lez para llegar a fin de mes. Los dos son pensionistas y tienen a cargo un hijo enfermo. A las 8.45, tras haber desayunado, el marido decidi¨® volver a casa y aparcar el coche, antes de quedarse sin sitio en su barrio.Cerca de donde vive Eugenio Gonz¨¢lez, en la calle del Agua, en el barrio del Pozo del T¨ªo Raimundo (distrito de Puente de Vallecas), se instala todos los fines de semana un mercadillo que hace "casi imposible" el estacionamiento.
Esa era su rutina habitual todos los domingos desde hace m¨¢s de 30 a?os: llevar a su mujer hasta la plaza de Cascorro, preparar el puesto para vender "ropa interior y medias" previamente compradas "en los chinos" y volver a casa hasta que llegara la hora de recoger el tenderete y por tanto, de ir a buscar a su mujer. "Solemos sacar entre 50 y 100 euros cada domingo", contaba Elvira Gabarre, pero ni ellos se han librado de la crisis y las ventas se han reducido.
El matrimonio tiene tres hijos y ocho nietos. Aseguran que no dan abasto con los gastos: alquiler, comunidad, agua, luz... m¨¢s los que genera su hijo enfermo. "Aar¨®n, que tiene 26 a?os, sufre de los nervios, aunque ahora est¨¢ mucho mejor", cuenta la madre. "Para nosotros los gitanos, la familia es muy importante", reconoce Gonz¨¢lez mientras se?ala las fotos de la boda de su hija Sara y del resto de la familia colgadas por todo el sal¨®n.
Eugenio Gonz¨¢lez asegura que recibe una pensi¨®n no contributiva, de unos 300 euros desde el a?o 1996. Su mujer, tambi¨¦n pensionista (cobra cerca de 500 euros), trabaj¨® en tareas de limpieza en el laboratorio del hospital Gregorio Mara?¨®n, pero tuvo que dejarlo por "padecimientos en los pies", asegura. De hecho, muestra un morat¨®n del tama?o de una nuez en la planta del pie que se produjo el domingo, despu¨¦s de salir corriendo detr¨¢s de la furgoneta descontrolada en la que iba su marido.
Desde hace 29 a?os viven en un piso del Instituto de la Vivienda de Madrid por el que pagan 39 euros mensuales "ahora que lo han subido", seg¨²n afirman. Pero no siempre fue as¨ª. Cuando ten¨ªa 20 a?os, El Fanes (ya entonces ten¨ªa ese apodo, que le viene desde ni?o porque estaba "gordito como una fanega") se traslad¨® con Elvira a una "chabolita que hab¨ªa comprado en la colonia de Nuestra Se?ora de los ?ngeles". Antes de los 19 viv¨ªa en otra chabola con sus abuelos, porque sus padres "viajaban mucho".
El vendedor no termina de creerse que anteayer atropellase a 13 personas. "Los medios dicen que hubo muchos heridos, pero yo solo recuerdo a una mujer embarazada a la que golpe¨¦ con el retrovisor y al viejito". Se refiere al hombre de 81 a?os que permanece ingresado en estado grave en el hospital Gregorio Mara?¨®n. "Pero no significa que se vaya a morir", dice con alivio Eugenio Gonz¨¢lez.
La Polic¨ªa Municipal todav¨ªa no se ha pronunciado sobre las causas del suceso. Est¨¢ elaborando el atestado que remitir¨¢ al juzgado de guardia. El autor del accidente quiere dejar claro que no era "un suicida". "No voy a querer matarme yo... y tampoco iba bebido". De hecho, insist¨ªa en que pas¨® la prueba de alcoholemia. Los agentes se la hicieron y dio negativo.
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