Al rescate del mercado de Arg¨¹elles
Comienza la rehabilitaci¨®n del centro comercial de la calle de Altamirano - El recinto, cerrado desde el s¨¢bado, perder¨¢ puestos y ganar¨¢ un s¨²per
Ha empezado la reforma del mercado de Arg¨¹elles, un lugar donde las tiendas se mantienen abiertas con problemas y que tiene un aspecto apolillado desde el bajo -un espacio de 700 metros cuadrados que solo conserva una charcuter¨ªa y una pescader¨ªa- hasta el piso de arriba, el de administraci¨®n, en cuya sala de reuniones permanecen una mesa de nogal anticuada, una m¨¢quina de escribir Olivetti y un vaso de tubo con nueve flores marchitas.
En ocho meses, durante la primavera de 2011, se espera que acabe la obra que arranc¨® ayer y que costar¨¢ m¨¢s de 4,1 millones de euros, seg¨²n inform¨® el Ayuntamiento, que aportar¨¢ aproximadamente 1,25 millones. El mercado (cerrado desde el s¨¢bado) tal vez pueda as¨ª recuperar el pulso con sus tres plantas reformadas: la baja con m¨¢s espacio y 20 puestos nuevos de "tipolog¨ªa tradicional" (terminolog¨ªa de la nota de prensa municipal) para los mismos negocios de siempre, y con un supermercado en el s¨®tano.
El Ayuntamiento invertir¨¢ 1,25 millones en una obra que cuesta 4,1
La rehabilitaci¨®n se har¨¢ por partes; el 1 de septiembre reabren los puestos en el s¨®tano y m¨¢s adelante subir¨¢n a la planta baja, que va a ganar 100 metros cuadrados con el cierre del patio de luces del mercado.
La fachada se restaurar¨¢ con el aspecto que ten¨ªa cuando se inaugur¨® (sin las marquesinas que construyeron los comerciantes, con el letrero original del mercado) y se eliminar¨¢n cinco tiendas, indemnizaci¨®n por delante, de las 32 que subsisten, supervivientes de la decadencia de un mercado que lleg¨® a tener unos 80 puestos.
El recinto, que se construy¨® sobre un solar en el que hab¨ªa comercio ambulante, ha perdido con el tiempo mucha de su clientela tradicional. En uno de los dos puestos de la planta baja recog¨ªa ayer sus ¨²ltimas cosas un charcutero. Con la tienda vac¨ªa, un par de jamones ib¨¦ricos en el mostrador, el encargado de El Rey del Jam¨®n, que se identific¨® a secas como El Pr¨ªncipe del Jam¨®n, explicaba la situaci¨®n de su negocio: "Tenemos algo de la clientela de toda la vida; los hijos de los clientes de mis padres siguen llamando y encarg¨¢ndonos lo que tenemos: chorizos, jam¨®n y salchichones ib¨¦ricos. Nuevos vienen pocos, porque la coyuntura es la que hay", dijo, refiri¨¦ndose al vac¨ªo desangelado de la planta baja.
El gerente del comercio, Pablo Pinilla, que lleva en su cargo 18 a?os, coment¨® que la actividad ha deca¨ªdo mucho: "Esta era una zona muy poblada, con familias de siete u ocho personas; ahora quedan pisos grandes con pocos inquilinos y gente mayor".
Madrid ha cambiado. Arg¨¹elles, tambi¨¦n. Del ruido de este lugar, cuando el recinto a¨²n no exist¨ªa y se vend¨ªa en la calle, quedan los versos de un antiguo vecino del barrio, el poeta chileno Pablo Neruda: "Todo / eran grandes voces, sal de mercader¨ªas, / aglomeraciones de pan palpitante...".
La inauguraci¨®n
El 2 de diciembre de 1949, la prensa local recogi¨® as¨ª la inauguraci¨®n:
"Ayer fue abierto al p¨²blico el nuevo mercado de Arg¨¹elles. Las personas encargadas de la alimentaci¨®n -de hacer las compras de art¨ªculos nutritivos- en cada familia perteneciente al barrio -y entre ellas, muchas amas de casa, a las que les gusta vigilar en todos los aspectos el asunto culinario- se encontraron con el nuevo gran mercado que despeja las calles de los antiguos y engorrosos tenderetes que las obstru¨ªan".
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