Con flores a Michelle
Michelle Obama, esposa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su hija Sasha llegaron ayer al aeropuerto de M¨¢laga en loor de fuerzas vivas locales y en olor de periodistas al acecho de una imagen fortuita. La primera dama estadounidense parti¨® rauda hacia el hotel balneario Villa Padierna, cerca de Marbella, donde tiene previsto descansar (si le dejan) durante cuatro d¨ªas y donde tendr¨¢ que pagar la factura de 40 habitaciones. Michelle es causa (indirecta, claro) de un espect¨¢culo dantesco. Hay codazos entre los pol¨ªticos locales y auton¨®micos para ser recibidos por Michelle, bofetadas para salir en televisi¨®n explicando o apunt¨¢ndose el efecto econ¨®mico de la visita sobre el turismo (evaluado en unos 800 millones de euros) y empujones para ofrecer regalos a la reci¨¦n llegada. He aqu¨ª algunos de los exquisitos presentes que se ofrendan: abanicos pintados a mano, una mantilla espa?ola, una clase magistral de flamenco y un cat¨¢logo sobre los libros ilustrados por Picasso.
En ocasiones como esta aflora la vocaci¨®n cortesana de la clase pol¨ªtica, retratada en aquellos solemnes cabezazos de Josep Piqu¨¦ ante George Bush. Es un resabio at¨¢vico de la mentalidad que todo lo espera del poder superior, del que emana la fortuna y la desgracia. La costumbre de la d¨¢diva y el culto de latr¨ªa. Como la sociedad espa?ola se ha modernizado a trav¨¦s de la televisi¨®n, el atavismo se manifiesta como curiosidad agobiante. Es lo que los ilustrados del XVIII percib¨ªan como aldeanismo hispano.
Parece un mal s¨ªntoma que el concejal de Turismo de Marbella haya protestado contra las acusaciones de "catetismo" proferidas desde la oposici¨®n. Si se niega con tanta vehemencia es por la mala conciencia que causa la sobreactuaci¨®n pol¨ªtica. Desde la euforia por los efectos econ¨®micos de la visita, a todas luces excesiva, hasta la marcha de peregrinantes con flores a Michelle, los Ayuntamientos andaluces de la zona se han dejado llevar por un entusiasmo pueril. La elegancia exige m¨¢s naturalidad y m¨¢s distancia. Solo falta que la alcaldesa de Marbella y el de Benahav¨ªs, sede del car¨ªsimo hotel, despidan a Michelle con el estribillo musical de Lina Morgan: "Agradecidos / y emocionados, / solamente podemos decir / gracias por venir".
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