La sombra de Lula
Los candidatos a presidir Brasil libran una batalla que ganar¨¢ el que asegure la continuidad
Las de octubre ser¨¢n las primeras elecciones a las que no se presente Lula da Silva desde que la democracia regres¨® a Brasil en los a?os ochenta. Su larga sombra est¨¢ marcando, as¨ª, la campa?a electoral que el jueves dio un paso m¨¢s con el primer debate en televisi¨®n entre cuatro de los nueve candidatos y que se redujo a un mano a mano entre los dos favoritos: Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, y Jos¨¦ Serra, del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), ex alcalde de S?o Paulo y ex ministro de Cardoso.
No trataron los temas m¨¢s espinosos -corrupci¨®n, inseguridad, aborto, matrimonio homosexual-, pasaron de largo ante los retos internacionales de la nueva potencia y solo se enfrentaron en asuntos como fiscalidad y programas sociales, mientras buscaban descalificarse por viejos episodios del pasado de sus respectivas formaciones. Rousseff se mostr¨® m¨¢s insegura, pese a llevar la delantera en las encuestas (con una ventaja del 10%), frente a un Serra con m¨¢s aplomo. No hubo un ganador claro en lo que solo es el inicio de una larga batalla que ganar¨¢ quien sepa convencer que sabr¨¢ administrar mejor el legado de Lula.
Aunque fue durante los dos mandatos de Fernando Enrique Cardoso (1995-2003) cuando Brasil, con sus m¨¢s de 190 millones de habitantes, consigui¨® domesticar la inflaci¨®n y crear las condiciones para que aumentaran cr¨¦ditos, inversiones y puestos de trabajo, han sido las dos legislaturas de Lula (desde 2001) las que han cosechado, y aumentado, los frutos de su enorme crecimiento. Lo m¨¢s relevante de la saludable marcha de la econom¨ªa es que no solo ha beneficiado a las clases poderosas. Las estad¨ªsticas coinciden en se?alar que hay menos pobres (una reducci¨®n de 20 millones entre 2003 y 2008) en un pa¨ªs que se ha convertido en uno de los nuevos l¨ªderes del mundo globalizado, con lo que ha aumentado la autoestima de sus gentes. El reto del sucesor de Lula es asegurar sus conquistas y crear las condiciones para que Brasil siga creciendo cuando las circunstancias cambien.
Como candidata de Lula, Rousseff arranca con ventaja ante un electorado que quiere continuidad. Pero Serra es un rival duro en una batalla que revela la madurez de la democracia brasile?a frente al populismo izquierdista de algunos reg¨ªmenes pr¨®ximos. Queda lo m¨¢s dif¨ªcil: seducir para que se impliquen en pol¨ªtica los que el jueves prefirieron el f¨²tbol al debate.
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