CiU y PP congelan la Sindicatura
Cuatro de las siete plazas de la Sindicatura de Cuentas est¨¢n pendientes de renovaci¨®n - No habr¨¢ soluci¨®n hasta despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas
Los partidos catalanes se han hartado los ¨²ltimos meses de reclamar la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional, con cuatro de sus miembros con el mandato caducado, para intentar enderezar el Estatuto. Aunque, finalmente, no tuvieron ¨¦xito, la demanda puso sobre la mesa la anomal¨ªa que viv¨ªa el Alto Tribunal. Sin embargo, la pulcritud de algunas formaciones no tiene su eco en Catalu?a: la Sindicatura de Cuentas, el ente que fiscaliza los presupuestos de los organismos p¨²blicos, tiene pendiente la renovaci¨®n de cuatro miembros -incluido el s¨ªndico mayor, Joan Colom- desde febrero pasado. Uno de ellos, Alexandre Pedr¨®s, propuesto por el PP, muri¨® en junio, y su plaza est¨¢ vacante. Para elegir a los miembros de la instituci¨®n se necesitan tres quintas partes de los votos en el Parlament, lo que obliga al tripartito a ponerse de acuerdo con CiU o el PP.
El tripartito teme que CiU controle el ente fiscalizador y dificulte su trabajo
En los Gobiernos de Pujol, la Sindicatura retras¨® los informes inc¨®modos para CiU
Pero la Sindicatura se quedar¨¢ como est¨¢ hasta despu¨¦s de las elecciones, previstas para octubre, a la espera de nuevas mayor¨ªas. El bloqueo de CiU y PP se evidenci¨® en el pen¨²ltimo pleno de la legislatura, cuando se negaron a proponer sus candidatos: "Las instituciones deben renovar cuando toca, y no estar sometidas a calendarios electorales", denunci¨® David P¨¦rez, del PSC. Se sum¨® Dolors Camats, de Iniciativa: "Desde febrero hemos intentado renovar la Sindicatura. No ser¨¢ posible, y nos dicen que es porque el calendario electoral est¨¢ demasiado cerca".
Ambos aludieron a los bandazos que dio CiU para justificar su bloqueo. Primero se escud¨® en que estaba pendiente un cambio en la ley de la Sindicatura, una norma que lleg¨® al pleno en mayo. Caducada esta excusa, CiU anunci¨® que esperaba a las elecciones: "Es mejor acompasar esta renovaci¨®n con el calendario electoral", argument¨® Oriol Pujol, el portavoz parlamentario. Camats le respondi¨® en el hemiciclo: "La forma de elecci¨®n debe ser independiente de las mayor¨ªas en el Parlament", sostuvo. Los mandatos de los s¨ªndicos son de seis a?os, una validez fijada en la ley para que la Sindicatura no dependa de las legislaturas.
Pero la intenci¨®n de CiU es otra. Lanzados en los sondeos, los nacionalistas conf¨ªan en obtener una holgada victoria que, traducida en un mayor n¨²mero de esca?os en el Parlament, le permita exigir tres puestos en la Sindicatura, uno m¨¢s que ahora. Ello le dar¨ªa el control del ente -formado por siete miembros- y dejar a uno de los partidos peque?os sin s¨ªndico. Con el PP apoyando el bloqueo, ICV-EUiA teme ser perjudicado.
El tripartito cree que el control de CiU en la Sindicatura se traducir¨¢ en una opacidad que, denuncian, ya tuvo precedentes en los gobiernos de Jordi Pujol. Los episodios turbios y los bloqueos se sucedieron, sobre todo en la ¨²ltima legislatura de CiU en el poder. En 2000 se evidenci¨® el retraso con el que algunas cuentas llegaban al Parlament: la Sindicatura present¨® con 515 d¨ªas de demora la revisi¨®n de las cuentas de 1997.
Tambi¨¦n aquella ¨¦poca se vivi¨® un bloqueo, aunque propiciado por la divisi¨®n entre los s¨ªndicos de CiU: el ente estuvo paralizado 15 meses por la incapacidad de escoger un s¨ªndico mayor, que necesit¨® de 50 votaciones para ser elegido. Todo ello produjo la congelaci¨®n de informes que acusaban a CiU, amontonados en los cajones de la Sindicatura. Tres a?os tardaron en redactar la fiscalizaci¨®n del caso Pallerols, de presunta financiaci¨®n irregular de Uni¨® a trav¨¦s de fondos de la Uni¨®n Europea, un informe que para colmo de irregularidades fue rechazado por incompleto. En 2002, las excusas rozaron ya el mero surrealismo: el s¨ªndico mayor paraliz¨® durante dos meses una petici¨®n por carta a los Ayuntamientos -solicitando informaci¨®n acerca de una empresa propiedad de un hijo de Pujol- justificando que no ten¨ªa dinero para comprar los sellos. Tanto desprop¨®sito era habitual en aquellos a?os.
La elecci¨®n de Joan Colom como s¨ªndico mayor, con el tripartito en el Gobierno, propici¨® jornadas m¨¢s tranquilas para la Sindicatura. Los grupos de la izquierda, con la transparencia como bandera, jalearon al ente en los primeros a?os al frente del Ejecutivo, cuando detect¨® numerosas irregularidades de los gobiernos de CiU. Cuando toc¨® indagar en las cuentas del tripartito -por ejemplo, las irregularidades detectadas en la construcci¨®n del Hospital del Baix Llobregat, cuyas obras se pagaron dos veces-, la Sindicatura no se ahorr¨® las cr¨ªticas, aunque ha podido seguir trabajando sin preocuparse por si faltaban sellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.